Mensaje del 2 de agosto de 2015 en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina
“Queridos hijos, Yo, como Madre que ama a sus hijos, veo cuan difícil es el tiempo en el que viven. Veo su sufrimiento. Pero deben saber que no están solos. Mi Hijo está con ustedes. Está en todas partes: es invisible, pero lo pueden ver si lo viven. Él es la luz que les ilumina el alma y les concede la paz. Él es la Iglesia que deben amar y por la que siempre deben orar y luchar; pero no solo con las palabras sino con las obras de amor. Hijos míos, hagan que todos conozcan a mi Hijo, hagan que sea amado, porque la verdad está en mi Hijo nacido de Dios, Hijo de Dios. No pierdan el tiempo en reflexionar demasiado, se alejarán de la verdad. Con un corazón simple acepten Su Palabra y vívanla. Si viven Su Palabra, amarán con un amor misericordioso. Se amarán los unos a los otros. Cuanto más amen estarán más lejos de la muerte. Para aquellos que vivan la Palabra de mi Hijo y la amen, la muerte será la vida. ¡Les doy las gracias! Oren para que puedan ver a mi Hijo en sus pastores, oren para que lo puedan abrazar en ellos.”