Extractos
de mensajes de la Santísima Virgen a la Sra. María Esperanza de Bianchini
25 de enero de 1985 3:00 p.m.
¡Hijitos, desde ésta, mi montaña
santa de este lugar bendito, entre estos árboles les contemplo en mi gruta de
oración… y en el silencio y recogimiento me hago sentir para que la gracia del
Espíritu Santo entre de lleno en vosotros y recibáis la divina vocación a un
servicio, aquí, en mi Tierra de Promisión y trabajéis dulcemente por el amor de
mi Amadísimo Hijo..!
16 de febrero de 1989 4:00 p.m.
¡Hijita, hijitos, aquí estoy
conviviendo entre vosotros..! ¡Hijitos, mi Corazón late de delicias celestiales
al contemplar cada rostro vuestro que viene a buscar la esperanza de días
mejores, para afianzar vuestros pasos en el camino que conduce al Monte Sión,
ya que mi fuente de aguas de Betania debe reconstituir vuestras almas a una
vida nueva que los conlleve a vivir vida de apóstol, o sea, servicio, entrega a
la misión de amor que debe reafirmar vuestra confianza a la luz del Nuevo
Amanecer de mi Divino Jesús
Él, mi Amadísimo Hijo, desea que
todos vosotros viváis acunados en este Corazón materno con los carismas y
gracias del Espíritu Santo logrando, por ese medio, que todos mis hijos se den
las manos basados en el mandamiento: ¡Amaos los unos a los otros! Es la única
verdad que puede salvar al hombre de una guerra entre hermanos, o sea, que en
estos tiempos, recurran a la buena siembra del bien, que es la identificación
del amor y la verdad de un Pueblo de Dios que anhela justicia social… ya que
mientras no se unan, vivirán vida de angustia, pena, sombra y quebranto. ¡He
aquí, hijitos, el amor de una Madre que os ama para servir de punto de partida
a una ley de justicia, amor, paz y reconciliación!
¡Oración… Meditación… Penitencia…
Eucaristía...!
25 de marzo de 1976 8:30 a.m.
Hijita,
aquí me tenéis con mis manos enriquecidas de gracias y envueltas con los
resplandores de luz para llamar a todos mis hijos a la conversión; ¡esta es la
semilla de gloria que les ofrezco como María Reconciliadora
de todos los Pueblos y Naciones, porque vengo a reconciliarles!
¡Reconciliación es la herencia de la fraternidad divina de mi Divino Hijo!
¡Hijita, lleva mi mensaje a todos, os guardaré aquí en mi Corazón desde hoy y
por siempre!
1° de abril de 1989 4:30 p.m.
Hijita,
hijitos míos, trato de hablar con todos vosotros para deciros que os llevo de
mis manos cubriendo vuestras espaldas con mi manto materno. ¡Hijitos, os llamo
a mi lugar de mi nueva aparición como María Reconciliadora de todos los Pueblos
y Naciones para que abráis operaciones sobre la siembra que haréis en los
corazones de los niños inocentes… otros, jóvenes ansiosos de verdad, amor y
justicia! Os llamo porque ha llegado el Gran
Momento de Reconciliación en un darse las manos… y necesitáis,
cuanto antes, prepararos; como por ejemplo con: la siembra de doctrina;
catequesis; ejercicios espirituales; Evangelio; y más que todo, Eucaristía,
Comunión diaria, alimento del alma; acompañada del trabajo, de una labor en la
cual podáis producir sembrando los surcos con la semilla santa del alimento.
¡Porque la tierra que les he
puesto en nuestras manos es justa para realizar la obra de amor que debe
salvar a muchas almitas ansiosas de dar de sí su contributo de sembrar! ¡Es por
ello, hijitos, extiendo mi amor a todos mis hijos moradores de la Tierra y
fieles a Jesús para que descubran el maravilloso
secreto de la unidad que contribuye a encontrar la clave del
reino de Dios! ¡Os guardo!
03 de mayo de 1977 11:00 a.m.
¡Hijita,
seguid vuestro caminito que lo hemos preparado! ¡Hijita, la obediencia ha de
ser la base de vuestra vida interior para permanecer en contacto y en unión con
el Señor! ¡Hijitos, sed muy buenos, espontáneos, naturales… ello les hará la
vida más tranquila y feliz! ¡Hijita, hijitos, ayudadme a conquistar el corazón
de todos vuestros hermanos!
21 de junio 1987 4:30 p.m.
¡Hijitos,
ya se avecina la hora… y sentiréis lo que producirá en vosotros ese algo maravilloso
que comunica al alma esa cualidad de discernimiento sobre su presencia en medio
de vosotros! ¡Hijitos, recogeos en el silencio… este es y será el milagro de
vuestra propia vida… ved claramente y comprobad lo que está sucediendo a
vuestro alrededor pudiendo estar en paz… y vivir desde este momento para
atestiguar y proclamar, a cada hora del día, el milagro de vuestra propia
existencia con un corazón que palpita con el de mi Divino Hijo, Jesús!
¡Sí, hijitos, porque sentiréis
sus suspiros, su calor, su presencia y los cielos y la Tierra cantarán juntos!
Ahora, a esperar serenamente con la clave que abre la puerta de la salvación y
decid silenciosamente: “¡Señor Jesús, te esperamos porque nos lo has prometido…
y las promesas de Dios no pueden fallar; y estamos aquí para poseerte, amarte y
vivir siempre a tu lado con tu Madre..!
Hijitos, esperad unos segundos… el Señor os repite:
“¡Quien come mi Cuerpo y bebe mi Sangre estará sano y salvo, entrando a morar
para siempre en la Casa de mi Padre! ¡Estáis aquí para aprender y entro de
lleno a vuestros corazones para modelarlos y hacerlos dignos de éste, mi Cuerpo
Místico ..!
06 de julio 1987 11:30 a.m.
Hijitos
míos, reafirmad vuestra confianza en el adorable Corazón de mi Jesús enamorado
de las complacencias de su Padre! ¡Apoyaos en las promesas del Señor que oye
las plegarias de sus hijos, y la misericordia suya los afianza para siempre! No
os preocupéis, ya que se multiplicarán las vocaciones religiosas y
sacerdotales. ¡Apóstoles de mi Corazón… llenaos de gratitud que saborearán el
amor y la sabiduría… ya que el Espíritu Santo los iluminará en estos tiempos
apocalípticos con su divina gracia, sosteniéndoles con frutos copiosos y lluvia
divina!
¡Hijos,
no dejéis de llevar mi medalla milagrosa para cubriros, siendo protegidos… como
también repartidla a manos llenas para que se convierta el pecador, se sanen
los enfermos y se reconstituyan los valores morales del mundo de hoy!
22 de agosto de 1976
1:30 p.m.
Hijita, cuando todos los hombres de la Tierra tomen su cruz amorosamente, ya no habrá más dolor ni llanto, porque vivirán resucitando cada día con mi Amadísimo Hijo en un constante y vivido: ¡Aleluya… aleluya… aleluya..!
Hijita mía, yo deseo que vos le hagas sentir el valor de la oración y la importancia de mi nueva aparición como Reconciliadora de los Pueblos, ya que bajo esta advocación encontrarán las condiciones esenciales y determinantes en preparar sus almas, para recibir la gracia del Espíritu Santo… con las comunicaciones y visitas del Señor por la fe… ya que la fe es la base del cristianismo… ¡y el aumento de esa misma fe hará que busquen con sincero amor al Padre Nuestro y al Corazón de mi Divino Hijo junto al mío…!
Hijita, cuando todos los hombres de la Tierra tomen su cruz amorosamente, ya no habrá más dolor ni llanto, porque vivirán resucitando cada día con mi Amadísimo Hijo en un constante y vivido: ¡Aleluya… aleluya… aleluya..!
Hijita mía, yo deseo que vos le hagas sentir el valor de la oración y la importancia de mi nueva aparición como Reconciliadora de los Pueblos, ya que bajo esta advocación encontrarán las condiciones esenciales y determinantes en preparar sus almas, para recibir la gracia del Espíritu Santo… con las comunicaciones y visitas del Señor por la fe… ya que la fe es la base del cristianismo… ¡y el aumento de esa misma fe hará que busquen con sincero amor al Padre Nuestro y al Corazón de mi Divino Hijo junto al mío…!
8 de septiembre de 1989
6:30 p.m.
Hijita, hijitos míos, en este día que se conmemora mi nacimiento… Natividad de María, he querido que me viesen, tal cual, como la niña cuando me llevaron al Templo mis padres… y deseo que esa imagen quede grabada en vuestras almas, para conservar en sus corazones la paz que emana como un fulgor del propio seno del Padre Nuestro… sí, hijitos, quiero que me llevéis con vosotros de manera que nada los separe de ésta, vuestra Madre… debéis de saber que la verdad resplandece siempre… y así camináis junto a mí, les conduciré hacia los remansos donde está más clara el agua, porque viene de los manantiales de mi gruta de oración… sí, hijitos, yo los quiero proteger de las tentaciones del mundo, a vosotros jóvenes, para que hagáis la voluntad de Dios en vuestros caminos y ¡ser así merecedores de su misericordia y de su amor infinito..!
¡He aquí, pues, que estando en mi compañía, habrá gozo en vuestros corazones, alabanza, música de una oración nacida de las colinas de mi Monte Santo..! Es por ello, que al congregarse todos vosotros en el Nombre del Señor en ésta, mi Tierra de Promisión, sembrará con mi Divino Hijo en todos los surcos la semilla santa… porque esta tierra es buena y bendita y hay que realizar las obras de amor que constituirán la realización de un mundo nuevo… ¡donde la unidad será el sello y la clave del reino de Dios entre todos los hombres de la Tierra..!
Hijitos, os ruego, defended vuestros derechos y aquilatad vuestra fe en ansias de superación espiritual… llevando el mensaje de una Madre… ¡que bajo distintas advocaciones se presenta a sus hijos para llamarlos a la conversión..!
Todos los lugares donde me he hecho sentir están llenos de espiritualidad, comprensión y mucho amor a mis hijos para que se salven todos… y aquí, en vuestra patria, ¡basta adentrarse en la constitución de la estructura del hombre del pueblo para encontrarse con almas sensibles y dignos del amor de mi Señor..! ¡Es por ello, que confiad en vuestra Madre… y seguid vuestro camino que conduce al Monte Santo..!
Hijita, hijitos míos, en este día que se conmemora mi nacimiento… Natividad de María, he querido que me viesen, tal cual, como la niña cuando me llevaron al Templo mis padres… y deseo que esa imagen quede grabada en vuestras almas, para conservar en sus corazones la paz que emana como un fulgor del propio seno del Padre Nuestro… sí, hijitos, quiero que me llevéis con vosotros de manera que nada los separe de ésta, vuestra Madre… debéis de saber que la verdad resplandece siempre… y así camináis junto a mí, les conduciré hacia los remansos donde está más clara el agua, porque viene de los manantiales de mi gruta de oración… sí, hijitos, yo los quiero proteger de las tentaciones del mundo, a vosotros jóvenes, para que hagáis la voluntad de Dios en vuestros caminos y ¡ser así merecedores de su misericordia y de su amor infinito..!
¡He aquí, pues, que estando en mi compañía, habrá gozo en vuestros corazones, alabanza, música de una oración nacida de las colinas de mi Monte Santo..! Es por ello, que al congregarse todos vosotros en el Nombre del Señor en ésta, mi Tierra de Promisión, sembrará con mi Divino Hijo en todos los surcos la semilla santa… porque esta tierra es buena y bendita y hay que realizar las obras de amor que constituirán la realización de un mundo nuevo… ¡donde la unidad será el sello y la clave del reino de Dios entre todos los hombres de la Tierra..!
Hijitos, os ruego, defended vuestros derechos y aquilatad vuestra fe en ansias de superación espiritual… llevando el mensaje de una Madre… ¡que bajo distintas advocaciones se presenta a sus hijos para llamarlos a la conversión..!
Todos los lugares donde me he hecho sentir están llenos de espiritualidad, comprensión y mucho amor a mis hijos para que se salven todos… y aquí, en vuestra patria, ¡basta adentrarse en la constitución de la estructura del hombre del pueblo para encontrarse con almas sensibles y dignos del amor de mi Señor..! ¡Es por ello, que confiad en vuestra Madre… y seguid vuestro camino que conduce al Monte Santo..!
22 de octubre de 1989 2:30 a.m.
¡Hijita mía, mi Corazón os di… mi Corazón os doy… y mi corazón os seguiré dándoos por siempre..! Hijita, hijitos, les he llamado a que vinieran a mi encuentro, de manera que pudieran sentirme y mirar reflejada mi imagen en mi gruta de oración… dándoles mi mensaje en el silencio de este apartado rinconcito del Refugio Mater… ¡y pudieran atender a mi petición...!
Hijita, hijitos, hablo con todos vosotros… escuchadme: En todas partes y lugares del mundo hay muchas familias que a través de los días, del tiempo, han ido transformándose en grandes familias… y he aquí, que yo vengo para que todas esas familias no lleguen a separarse o a dividirse nunca… porque deseo que cuánto más grande fuese la familia, se amen más y más… pudiendo aumentar su propia fuerza espiritual para vivir vida evangélica… y para que desde ahora mismo se haga un llamado para un programa de Solidaridad Humana de Familias Sanas… con espiritualidad renovada… reuniéndose y creando un núcleo de hijos de Dios verdaderos… y vayan creciendo, ¡convirtiéndose en grandes comunidades que establezcan contactos con todos sus hermanos del mundo entero..! ¡Así, mis pequeños, comenzad desde ahora mismo..!
¡Os guardo aquí en mi Corazón..!
27 de noviembre de 1978 9:00 a.m.
Hijita mía, para el año 1983 podrás con gran claridad comenzar a realizar la labor del movimiento de tierra… y luego en el ’84… ¡el Gran Acontecimiento de mi presencia en el lugar..! ¡Y he allí, el gran triunfo de una marcha que unifica, restablece, aquilatar a multitudes que irán llegando a mi lugar escogido para estos tiempos..!
¡Y para un 13 de mayo… yo les arrullaré en mis brazos… volverán a ser como niños sanos, buenos y honestos..! ¡Todos los allí presentes, me sentirán unos… otros me verán… conmoviéndose sus corazones..! ¡Hijita, ya llega ese gran día..!
8 de diciembre de 1986 11:00 a.m.
Hijita, hijitos, como ya os
anunciara anteriormente, aquí estoy; unos me sentirán… otros me verán entre los
arbustos… otros apercibirán las perfumadas rosas de mi jardín del cielo… ¡y aún
más, los enfermos que beban mi agua en mi gruta de oración serán aliviados unos,
curados otros, obteniendo la salud y la paz..!
Hijita, donde yo pongo mis pies es como sembrar la semilla… ¡y he aquí, que la doctrina y el Evangelio se hacen cumplir por la fe que brota del corazón de quien me busca..!
Y yo os digo: Se salvarán todos… ya que la Iglesia renueva y llama a la fe ardiente… cuando se acercan sus hijos al aprisco de mi Divino Hijo… para alimentarse con su Cuerpo Místico… y hoy, hijita, ¡se alimentarán muchos..! Hoy es Fiesta de Ángeles en el mundo entero y aquí en mi Tierra de Promisión, ¡vengo a llamar al hombre a una reconciliación con sus hermanos..! ¡Yo vengo a dar paz al mundo y tranquilidad a los pueblos y naciones..! ¡Yo vengo a reinar en el corazón de los más humildes… y vengo a enternecer a los más soberbios y orgullosos… para que rectifiquen su actuación… acompañándome todos..!
Hijita, donde yo pongo mis pies es como sembrar la semilla… ¡y he aquí, que la doctrina y el Evangelio se hacen cumplir por la fe que brota del corazón de quien me busca..!
Y yo os digo: Se salvarán todos… ya que la Iglesia renueva y llama a la fe ardiente… cuando se acercan sus hijos al aprisco de mi Divino Hijo… para alimentarse con su Cuerpo Místico… y hoy, hijita, ¡se alimentarán muchos..! Hoy es Fiesta de Ángeles en el mundo entero y aquí en mi Tierra de Promisión, ¡vengo a llamar al hombre a una reconciliación con sus hermanos..! ¡Yo vengo a dar paz al mundo y tranquilidad a los pueblos y naciones..! ¡Yo vengo a reinar en el corazón de los más humildes… y vengo a enternecer a los más soberbios y orgullosos… para que rectifiquen su actuación… acompañándome todos..!
Oración
Padre Misericordioso, Tú que bendijiste a María Esperanza con abundantes dones espirituales a fin de consolar a tu Pueblo, sirviéndote como esposa, madre y misionera en la promoción de la unidad de la familia y de la reconciliación de todos los pueblos; Tú que la hiciste figura central de todas las manifestaciones de la Virgen bajo la advocación María Virgen y Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones, en Betania; concédenos seguir su ejemplo de humildad, esperanza y amor incondicional.
Te pedimos por la intercesión de tu amada sierva María Esperanza, que sanes y reconcilies nuestras familias, y unas fraternalmente a la humanidad entera.
Particularmente te suplicamos por piedad nos concedas (Se pide la gracia.) por los méritos y oraciones de tu sierva. Asimismo te suplicamos humildemente que sea inscrita en el catálogo de los santos, como modelo universal de las bienaventuranzas.
Todo ello te lo suplicamos conforme a tu santísima voluntad la cual tu sierva amó hasta el final, por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amén.
Con la aprobación eclesiástica de Su Excelencia, Mons. Paul Bootkoski Obispo de Metuchen, Nueva Jersey, 4 de diciembre, 2009
Para mayor información o para reportar un milagro ir a: www.mariaesperanza.org
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María Esperanza de Bianchini
Sierva de DiosVenezuela (22/11/1928) Estados Unidos (07/08/2004)
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Datos Biográficos
María Esperanza nació en Barrancas, estado Monagas en Venezuela a orillas del río Orinoco, el 22 de noviembre de 1928, día de Santa Cecilia, quien es patrona de los músicos. Aunque deseaba ser religiosa, el Señor la llamó a ser esposa, madre de siete hijos y abuela de veinte nietos.
Desde temprana edad, María Esperanza fue dotada de carismas, como la sabiduria en momentos de desaliento, el don del entendimiento, el don de curación, el don del consejo, discernimiento, visiones, locuciones, éxtasis, levitaciones, emanación de aromas a santidad, los estigmas y la habilidad de leer el corazón de su prójimo, los cuales siempre utilizó para favorecer a los necesitados.
Más allá de estas gracias, su vida fue de entrega a Dios y de oración, dando ejemplo de obediencia a la voluntad de Dios, de caridad y humildad a todos lo que se cruzaron en su camino.
María Esperanza creó el 19 de abril de 1979 la Fundación Betania, movimiento laico destinado a la evangelización, formación de la juventud, desarrollo del bien común, la vida familiar y de los derechos de justicia social, asentando las bases de un mundo nuevo en el “amaos los unos a los otros”, bajo el lema: “Escudados en la fe trabajar por un mañana mejor.”
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El 25 de marzo de 1984 fue un momento decisivo en la vida de María Esperanza y su Fundación. Este día, la Madre de Jesús se le apareció a ella y a 150 personas en Finca Betania, Venezuela, como “María, Virgen y Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones”. La Iglesia aprobó tales apariciones en 1987.* Debido a que María Esperanza era la vidente principal en Betania, este acontecimiento hizo que tuviese reconocimiento internacional.
Después de las apariciones en Betania, María Esperanza realizó una incansable labor misionera llevando el mensaje de amor, reconciliación y unidad familiar alrededor del mundo, a través de numerosos encuentros, charlas y conferencias.
Después de una enfermedad muy similar al Mal de Parkinson, María Esperanza entregó su alma al Señor en Long Beach Island, Nueva Jersey, Estados Unidos de Norte América, el 7 de agosto de 2004, a la edad de 75 años.
La Fundación Betania continúa llevando a cabo el trabajo apostólico de María Esperanza.
* Monseñor Pío Bello Ricardo, Obispo de los Teques, Instrucción Pastoral sobre las apariciones de la Santísima Virgen en Finca Betania, (1987), Diócesis de Los Teques, Venezuela.
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