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sábado, 1 de octubre de 2011

Diálogos en el Silencio de Dios - Esther - Granada España

Sep 2011


Querida hijita de mi corazón.
Soy tu Padre amoroso del cielo.
Me gozo plenamente en ti y en tu existencia.
No sabes cuánto te quiero.
He entregado a Mi hijo Jesús por ti, pero Yo he muerto de amor con Él en el calvario para que tu vivas eternamente.
No quiero de vosotros cosas extraordinarias.
¿Qué podrías hacer de extraordinario si sois criaturas tan pequeñas?
Quiero de vosotros lo que es propio de los niños: amar y confiar.
Yo soy vuestro padre.
Yo haré lo difícil y vosotros lo fácil.
No os preocupéis ni soportéis cargas ni culpas.
Yo, al crearos en tanta pequeñez, asumo vuestra impotencia y no os exijo más que vuestro amor.
Si amáis, todo está perfectamente cumplido.
Si Me amáis y amáis a vuestro prójimo y os amáis a vosotros mismos, sois
Mis Cristos en la tierra.
Nada os agobie en esta vida efímera.
Es todo muy veloz, muy pasajero.
Solo el amor es eterno.
El cielo, es el reino del amor.
El cielo y el amor son Mi ser.
Yo soy vuestro cielo eterno e imperecedero.
Yo soy el que os ama y el que os transformará en puro amor.
¿De qué preocuparos?
Si llegáis a vivir de la fe en Mi providencia, os aseguro que nada os faltará.

NADA.

Todo lo tendréis porque Yo soy Dios y domino todas las cosas y todos los corazones.
Vivid en la sencillez de los bebés que saben con certeza que sus padres darán su vida por él, antes de que nada le falte.
Pues si vuestros padres, que no son buenos, dan su vida por sus bebés¡Cuánto más vuestro Padre y creador que ya os ha dado Su propia vida por medio de Jesús, Mi hijo amado!
Así pues, quiero que liberéis vuestras mentes y vuestros corazones y viváis esta vida en absoluto gozo y acción de gracias porque sabéis que Yo estoy con vosotros, os cuido y os amo.
Y Mi amor no es pasajero, ni depende de vuestros actos.
Mi amor es incondicional seáis como seáis, estéis como estéis y Me améis o aun no Me améis.
No puedo dejar de amaros porque soy el amor mismo.
Y el amor ama.
Y no deja de amar.
Jamás rechaza a ninguno de sus hijos.
Jamás repudia al espíritu de su propio espíritu.
Porque tú, hijito Mío, tienes Mi esencia, eres parte de Mi espíritu celestial.
Si os llamo hijos, es porque lo sois.
Y el hijo participa de la esencia del Padre.
¡No sabéis, ni podéis comprender quienes sois!
SOIS DIOSES CONMIGO.
Sois Mis hijitos amados.
Sois Mi gozo y Mi ternura.
Sois lo más grande de la creación y vuestro destino es ser dioses eternamente.
Creed lo que os digo aunque sobrepase vuestro anhelo e imaginación.
Ya os dije, a través de los hijos a los que en vida he llevado a
vislumbrar el cielo, que no podéis siquiera imaginar lo que tengo preparado para Mis hijos, tras esta prueba de amor que es vuestra estancia en la tierra.
No seáis incrédulos.
Leed a los santos.
Creed al menos a los santos que os hablan de Mí y de Mi corazón.
Ellos son como vosotros y os será más fácil fiaros de sus palabras.
Yo os espero lleno de ansia para coronaros de gloria y felicidad.
Esperadlo todo de Mí.
Incluso lo que no alcanzáis ni a imaginar.
Y que esa esperanza cierta os haga llevadera esta vida en la tierra.

Amén.