Mensaje del 2 de marzo de 2014
“Queridos hijos, vengo a ustedes como Madre y deseo que en mí, como Madre, encuentren refugio, consuelo y descanso.
Por lo tanto, hijos míos, apóstoles de mi amor, oren. Oren con humilde devoción, con obediencia y con plena confianza en el Padre Celestial.
Tengan confianza como yo la tuve, cuando me dijeron que iba a traer la Bendición prometida.
Que de su corazón a sus labios llegue siempre un: “¡Hágase Tu voluntad!”
Por lo tanto, tengan confianza y oren, para que pueda interceder por ustedes ante el Señor, a fin de que Él les dé la bendición celestial y los llene del Espíritu Santo.
Entonces podrán ayudar a todos aquellos que no conocen al Señor; ustedes, apóstoles de mi amor, los ayudarán a que con plena confianza puedan llamarlo “Padre”.
Oren por sus pastores y confíen en sus manos benditas.
¡Les agradezco!”
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