martes, 4 de marzo de 2014

Nuestra Señora de La Salette, Francia

No se puede entender el mensaje de María sin encadenar sus principales apariciones. Hay un eje, una concentración de apariciones Marianas que debemos comprender: La Medalla Milagrosa, La Salette, Lourdes, Knock, Fátima, Amsterdam, Garabandal, Akita, Rwanda, Betania, San Nicolás y Medjugorje (entre las principales) son una cadena que nos conduce a un mensaje que se teje como un todo.
Y la Salette, aparición aprobada por la Iglesia, es una pieza importante en este rompecabezas que no podemos desconocer ni obviar.
En los Alpes franceses se presenta en el año 1846 la Madre de Dios a dos niños pobres, ignorantes y escasos de formación religiosa. La aparición de La Salette se produce dieciséis años después de la aparición de la Rue de Bac en París (la Medalla Milagrosa) y doce años antes de la aparición de Lourdes. En la comuna y parroquia de La Salette-Fallavaux, cantón de Corps, departamento de Isere y diócesis de Grenoble, se produce esta manifestación amorosa de la Santísima Virgen María. En este lugar montañoso y rural, situado a 35 kilómetros de la ciudad de Grenoble, sitio crudo en las costumbres y en el clima, se dan las condiciones para que Dios hable a través de Su Madre a los sencillos de corazón.
Sólo fue una aparición de un par de horas, y es una de las más importantes en la historia de la Iglesia, por varias razones:
1- Por su mensaje de conversión, contra el “pecado”, causa del mal y la guerra.
2- El no tomar el domingo como día de descanso y asistencia a la Santa Misa.
3- Por sus profecías para los últimos tiempos, solo comparable con Garabandal y Fátima.
4- Es la única aparición de la que ha surgido una Congregación Religiosa de sacerdotes, otra de monjas, y una Confraternidad de seglares apóstoles de los últimos tiempos.
Se puede afirmar que el siglo XIX fue el caldero donde fermentaron todas las doctrinas que envenenaron al hombre, alejándolo de Dios y conduciendo al mundo a la apostasía que predomina en nuestros tiempos. María tuvo en La Salette la dura misión de advertirnos de los peligros que se cernieron sobre nosotros a partir de entonces, y fue tan traumático el efecto de sus palabras que aún hoy producen controversia. ¿Pero que puede hacer una Madre amorosa cuando ve a sus niños en grave peligro, si no es protegerlos diciéndoles abiertamente la verdad sobre sus errores?. Ese es el espíritu de La Salette.

LA APARICIÓN
Sucedió este gran acontecimiento el 19 de septiembre de 1846 en una meseta montañosa al sudeste de Francia, cerca del poblado de La Salette. Un niño llamado Maximino Giraud, de once años y Melanie Mathieu de quince años estaban cuidando el ganado. Melanie estaba acostumbrada y entrenada a este tipo de trabajo desde que tenía nueve años de edad, pero todo era nuevo para Maximino. Su padre le había pedido que lo hiciera como un acto generoso para cooperar con el granjero que tenía a su ayudante enfermo por esos días.
Los dos jóvenes volvían en la búsqueda de sus utensilios donde habían llevado su almuerzo y cerca de la quebrada en donde habían hecho la siesta divisaron un globo luminoso que parecía dividirse. Melanie pregunta a Maximino si el ve lo que ella esta viendo. ¡Oh Dios mío!, exclamó Melanie dejando caer la vara que llevaba. Algo fantásticamente inconcebible la inundaba en ese momento y se sintió atraída, con un profundo respeto, llena de amor y el corazón latiéndole más rápidamente.
Vieron a una Señora que estaba sentada en una enorme piedra. Tenía el rostro entre sus manos y lloraba amargamente. Melanie y Maximino estaban atemorizados, pero la Señora, poniéndose lentamente de pie, cruzando suavemente sus brazos, les llamó hacía ella y les dijo que no tuvieran miedo. Agregó que tenía grandes e importantes nuevas que comunicarles. Sus suaves y dulces palabras hicieron que los jóvenes se acercaran apresuradamente. Melanie cuenta que su corazón deseaba en ese momento adherirse al de la bella Señora.
Al despertarme y no ver nuestras vacas llamo a Maximin y trepo el pequeño montículo. Habiendo visto que nuestras vacas estaban tranquilamente recos­tadas, yo bajaba de allí y Maximin subía, cuando, de pronto, veo una bella luz más brillante que el sol, y apenas he podido decir estas palabras: —”¿Maximin, ves, allá? ¡Ah! ¡Dios mío! “Al mismo tiempo dejo caer el bastón que tenía en la mano. No sé qué de delicioso acontecía en mí en ese momento, pero yo me sentía atraída, sentía un gran respeto lleno de amor, y mi corazón hubiera que­rido correr más rápido que yo.
Yo miraba fijamente esta luz que estaba inmóvil, y, como si ella se hubiese abierto, percibí otra luz mucho más brillante, y que estaba en movimiento y, en esta luz, una Bellísima Señora sentada sobre nuestro “Paraíso” con la cabeza en­tre sus manos. Esta Bella Señora se ha levantado, ha cruzado un poco sus brazos, y mirándonos, nos ha dicho: “Acercaos, hijitos míos, no tengáis temor, estoy aquí para anunciaros una gran noticia ” . Estas dulces y suaves palabras me hicieron volar hacia ella, y mi corazón hubiese querido estrecharse a ella para siempre. Habiendo llegado muy cerca de la Bella Señora, frente a ella, a su de recha, comienza ella su discurso y también las lágrimas comienzan a correr de sus bellos ojos.

DESCRIPCIÓN DE LA VIRGEN
La Santísima Virgen era muy alta y bien proporcionada; parecía ser tan ingrávida que se la hubiese movido con un soplo; sin embargo, permanecía in-móvil y bien plantada. Su fisonomía era majestuosa, imponente, pero no impo­nente como son los señores de aquí abajo. Ella imponía un temor respetuoso. Al mismo tiempo que Su Majestad imponía respeto imbuido de amor, atraía hacia sí. Su mirada era dulce y penetrante; sus ojos parecían hablar con los míos, pero la conversación venía de un sentimiento vivo y profundo de amor hacia esa belleza encantadora que me fundía. La dulzura de su mirada, su aire de bondad incomprehensible hacía comprender y sentir que ella atraía a Sí, y que deseaba entregarse; era una expresión de amor que no puede expresarse con la lengua de la carne ni con las letras del alfabeto.
El vestido de la Santísima Virgen era blanco plateado, muy brillante, no tenía nada de material: estaba compuesto de luz y de gloria, cambiante y cen­telleante. No hay expresión ni comparación que pueda darse sobre la tierra.
La Santa Virgen era toda bella y toda formada de amor; contemplándola, yo languidecía por fundirme en ella. En su ropaje, como en su persona, todo respiraba la majestad, el esplendor, la magnificencia de una Reina incomparable. Parecía blanca, inmaculada, cristalina, resplandeciente, celeste, fresca, nueva como una Virgen; parecía que la palabra Amor se escapaba de sus labios argentados y todo puros. Me parecía una buena Madre, llena de bondad, de amabilidad, de amor por nosotros, de compasión, de misericordia.
La corona de rosas que tenía sobre la cabeza era tan bella, tan brillante, que no puede uno darse una idea de ella; las rosas de distintos colores no eran de la tierra; era un conjunto de flores lo que ceñía la cabeza de la Santísima Virgen en forma de corona; pero las rosas se intercambiaban o se reemplazaban; además, del corazón de cada rosa salía una luz tan bella que arrebataba, y hacía a las rosas de una belleza esplendente. De la corona de rosas se elevaban como ramas de oro y una cantidad de otras florecillas entremezcladas con brillantes.
Todo formaba una bellísima diadema, que brillaba ella sola más que nuestro sol de la tierra.
La Santa Virgen tenía una hermosísima Cruz suspendida de su cuello. Esta Cruz parecía ser dorada —digo dorada por no decir una placa de oro; pues he visto algunas veces objetos dorados con diversos tonos de oro, lo que a mis ojos hacía un efecto más bello que una simple placa de oro—. Sobre esta Cruz toda brillante de luz, estaba un Cristo, estaba Nuestro Señor, los brazos extendidos sobre la Cruz. Casi en las extremidades de la Cruz, había de un lado un martillo, del otro una tenaza. El Cristo era de color carne natural, pero brillaba con gran esplendor; y la luz que salía de todo su cuerpo parecía como dardos muy brillantes que hendían mi corazón con el deseo de fundirme en él. A veces el Cristo parecía estar muerto: tenía la cabeza inclinada y el cuerpo estaba como abatido, como por caerse, si no hubiese sido retenido por los clavos que lo retenían a la Cruz.
Yo tenía por ello una viva compasión y hubiese querido repetir al mundo entero su amor desconocido, y filtrar en las almas de los mortales el amor más extremado, y el reco­nocimiento más vivo a un Dios que no tenía necesidad alguna de nosotros para ser lo que es, lo que era y lo que será siempre y que, sin embargo, ¡oh amor incomprehensible al hombre! —se ha hecho carne y ha querido morir, sí, morir, para escribir mejor en nuestras almas y en nuestra memoria el amor enloquecido que tiene por nosotros. ¡Oh! ¡Qué des­dichada soy al hallarme tan pobre expresiones para decir el amor, sí, el amor de nuestro buen Salvador por nosotros pero, por otro lado, ¡Qué dichosos somos de poder sentir mejor lo que no podemos expresar!
Otras veces el Cristo parecía vivo, tenía la cabeza erguida, los ojos abiertos, y parecía estar sobre la Cruz por su propia voluntad. A veces también parecía hablar, parecía querer mostrarnos que estaba en la Cruz por nosotros, por amor a nosotros, para atraernos a su amor; mostrarnos que él tiene siempre un amor nuevo por nosotros, que su amor del prin­cipio y del año 33 es siempre el de hoy, y que permanecerá siempre.
La Santa Virgen lloraba casi todo el tiempo que me habló. Sus lágrimas corrían una a una, lentamente, hasta sus rodillas; luego, desaparecían como cen­tellas de luz. Eran brillantes y llenas de amor. Hubiese querido consolarla, y que Ella no llorase más. Pero me parecía que tuviese necesidad de mostrar sus lágrimas para mostrar mejor su amor olvidado por los hombres. Hubiese querido arrojarme en sus brazos y decirle: ” ¡Mi buena Madre, no lloréis más! quiero amaros por todos los hombres de la tierra”. Pero me parecía que- Ella me decía: “¡Hay tantos de ellos que no me conocen!”.
Yo estaba entre la muerte y la vida, viendo por un lado tanto amor, tanto deseo de ser amada, y por otro tanta frialdad, tanta indiferencia. . . ¡Oh! Madre mía, toda Madre, toda bella y toda amable, amor mío, corazón de mi corazón!
Las lágrimas de nuestra tierna Madre, lejos de amenguar su aire de Ma­jestad, de Reina y de Señora, parecían, por el contrario, embellecerla, hacerla más amable, más bella, más poderosa, más llena de amor, más maternal, más en-cantadora; y yo hubiese comido sus lágrimas, que hacían saltar mi corazón de compasión y de amor. Ver llorar a una Madre, y a una tal Madre, sin tomar todos los medios imaginables para consolarla, para cambiar sus dolores en gozo ¿puede eso comprenderse? ¡Oh Madre más que buena! Vos habéis sido formada de todas las prerrogativas de que Dios es capaz; vos habéis como agotado el poder de Dios; vos sóis buena, y buena aún como la bondad de Dios mismo. Dios se ha engrandecido al formaros como su obra maestra terrestre y celestial.
La Santísima Virgen tenía un delantal amarillo. ¡Qué digo amarillo! Tenía un delan­tal más brillante que muchos soles juntos. No era una tela material; era un compuesto de gloria, y esta gloria era centelleante y de una belleza arrebatadora. Todo en la Santísima Virgen me llevaba fuertemente, y como deslizándome, a adorar y a amar a mi Jesús en todos los estados de su vida mortal.
La Santísima Virgen tenía dos cadenas, una un poco más ancha que la otra. De la más angosta estaba suspendida la Cruz que mencioné anteriormente. Estas cadenas (pues hay que darle el nombre de cadenas), eran como rayos de gloria de un gran esplendor cambiante y centelleante.
Los zapatos (pues zapatos hay que decir), eran blancos, pero de un blanco plateado, brillante, había rosas a su alrededor. Estas rosas eran de un belleza esplendorosa, y del corazón de cada rosa salía una llama de luz muy bella y muy agradable de ver. Sobre los zapatos había una hebilla de oro, no del oro de la tierra, sino, por cierto, del oro del paraíso.
La visión de la Santísima Virgen era ella misma un paraíso perfecto. Ella tenía en sí todo lo que podía satisfacer, pues la tierra había sido olvidada.
La Santa Virgen estaba rodeada de dos luces. La primera luz, más cerca de la Santísima Virgen, llegaba hasta nosotros; brillaba con un esplendor muy bello y centelleante. La segunda luz se extendía un poco más entorno de la Bella Señora, y nosotros nos encontrábamos en ella; era inmóvil (es decir que no centelleaba) pero sí mucho más brillante que nuestro sol de la tierra. Todas estas luces no hacían mal a los ojos, y de ningún modo fatigaban a la vista.
Además de todas estas luces, de todo este esplendor, salían todavía grupos o haces de luces, o rayos de luz, del Cuerpo de la Santa Virgen, de sus vestidos, de todas partes.
La voz de la Bella Señora era dulce; encantada, arrebataba, hacía bien al corazón; saciaba, allanaba todo obstáculo, calmaba, apaciguaba con dulzura. Me parecía que siempre hubiese querido comer de su bella voz, y mi corazón pa­recía danzar o querer ir a su encuentro para fundirse en ella.
Los ojos de la Santísima Virgen, nuestra tierna Madre, no pueden descri­birse con una lengua humana. Para hablar de ellos haría falta un serafín, haría falta más; haría falta el lenguje de Dios mismo, del Dios que ha formado la Virgen Inmaculada, obra maestra de su omnipotencia.
Los ojos de la Augusta María parecían mil y mil veces más bellos que los brillantes, los diamantes y las piedras preciosas más exquisitas; brillaban como dos soles; eran dulces como la dulzura misma, claros como un espejo. En sus ojos se veía el paraíso, atraían a Ella, parecía que Ella quería entregarse y atraer. Cuanto más la contemplaba yo, más quería verla; cuanto más la veía, más la amaba, y la amaba con todas mis fuerzas.
Los ojos de la Bella Inmaculada eran como la puerta de Dios, de donde se veía todo lo que puede embriagar al alma. Cuando mis ojos se encontraban con los de la Madre de Dios y mía, experimentaba en mi interior una feliz revolución de amor y de protestas de amarla y de fundirme de amor.
Mirándome, nuestros ojos se hablaban a su manera, y yo la amaba tanto, que hubiese querido abrazarla en el medio de sus ojos, que enternecían mi alma y parecían atraerla, y hacerla fundir con la suya. Sus ojos implantaron un dulce temblor en todo mi ser; y yo temía hacer el menor movimiento que pudiese serle desagradable en lo más mínimo.
Esta sola visión de los ojos de la más pura de las Vírgenes hubiese bastado para ser el Cielo de un bienaventurado, hubiese bastado para hacer entrar un alma en la plenitud de las voluntades del Altísimo, entre todos los aconteci­mientos que ocurren en el curso de la vida mortal; hubiese bastado para hacerle realizar continuos actos de alabanza, de agradecimiento, de reparación y de expiación. Esta sola visión concentra el alma en Dios y la convierte como en una muerta-viva, que considera sólo como diversiones de niños todas las cosas de la tierra, aun las cosas que parecen más serias; sólo querría oír hablar de Dios y de lo que concierne a su Gloria.

EL MENSAJE PUBLICO
La Virgen María dio a los niños 2 mensajes, uno para hacer público inmediatamente y otro secreto a cada uno de ellos.
La Dama desconocida les habló entonces a los niños. Ellos, según confesaron luego, bebieron palabra por palabra, mientras María derramaba lágrima tras lágrima mientras hablaba. Ella les dijo:
“Si mi pueblo no quiere someterse, me veré obligada a dejar caer el brazo de mi Hijo; es ya tan fuerte y tan pesado, que no puedo contenerlo más. ¡Hace tanto tiempo que sufro por vosotros!. Para que mi Hijo no os abandone, es preciso que le ruegue incesantemente. Y ustedes, ustedes no toman esto como una verdadera advertencia. No importa cuanto recen, no importa lo que hagan, nunca podrán recompensar los dolores que he tomado por todos vosotros”.
“Seis días concede Dios a la gente para trabajar, y se reserva El el séptimo día. Pero la gente no quiere hacerle caso y trabaja el domingo. Esto es lo que hace que el brazo de mi Hijo sea tan pesado. Aquellos que conducen las carretas no pueden jurar sin introducir el nombre de mi Hijo. Estas son las dos cosas que hacen el brazo de mi Hijo tan pesado”.
“Si la cosecha se arruina, es por vuestra culpa. Yo los he alertado el año anterior con la cosecha de papas, pero no tomaron mi advertencia. Todo lo contrario, cuando encontraron que la cosecha de papas se había arruinado blasfemaron y tomaron el nombre de mi Hijo en vano. Se van a seguir arruinando de tal manera que para las Navidades no quedará ninguna”.
“Oh mi pequeña, ¿no comprendes lo que te digo?. Bueno, espera, te lo diré de otro modo. Si tienes semilla de trigo, no es buena para que la siembres. Todo lo que siembres será comido por los insectos, y lo que crezca se transformará en polvo cuando ustedes traten de desgranar las espigas. Vendrá una gran hambruna. Pero antes de que llegue la hambruna, los niños de menos de siete años serán atacados por temblores y morirán en los brazos de quienes los sostienen. Los demás harán penitencia por la hambruna. Las nueces vendrán malas y las uvas se pudrirán”.
“Si se convierten, las piedras y las rocas se transformarán en montañas de trigo, y las papas crecerán solas en la tierra”.
“Ah, mis pequeños, ustedes deben asegurarse de orar bien cada mañana y cada tarde. Cuando no lo puedan hacer mejor, digan al menos un Padre Nuestro y un Ave María. Cuando tengan tiempo, digan más oraciones. Ya nadie asiste a Misa excepto por unas pocas ancianas. El resto trabaja el domingo, todo el verano. Luego, cuando llega el invierno, cuando no saben qué hacer van a Misa a burlarse de la religión. Luego, durante Cuaresma, van al mercado a comprar alimentos, como si fuesen perros”.
“¿Han visto alguna vez trigo arruinado?”.
“No Señora”, ellos respondieron.
“Pero tú, mi pequeño, tu seguramente lo has visto cuando estuviste en la granja de Coin con tu padre. El dueño del campo le dijo a tu padre que vaya y vea el trigo arruinado. Ustedes fueron juntos. Tú tomaste dos o tres espigas de trigo en tus manos y las frotaste, y se transformaron en polvo. Luego fueron a casa. Cuando estaban a una distancia de media hora de Corps, tu padre te dio una hogaza de pan y te dijo: aquí, mi hijo, come al menos algo de pan en este año. No sé quien comerá algo el año próximo, si el trigo continúa de este modo”.
“Bueno, mis pequeños, ustedes harán saber esto a toda mi gente”.
Estas fueron sus últimas palabras.
Mientras tanto los dos pequeños testigos estaban parados totalmente inmovilizados en el lugar donde la conversación se había desarrollado, cuando repentinamente se dieron cuenta que su visitante Celestial estaba a varios pasos de distancia de ellos. En su desesperación por estar junta a María nuevamente, corrieron por la cañada y rápidamente la alcanzaron. Entonces, en la compañía de Maximin y Melanie, la Dama se movió deslizándose por sobre la hierba, sin tocarla, hasta que llegó a la cima de la colina donde los niños, después de su siesta, habían ido a buscar su ganado. Melanie la precedía algunos pasos mientras Maximin estaba a su derecha.
Al llegar a la cima, la Dama se detuvo por unos segundos, y entonces se elevó lentamente a una altura de un metro y medio. Permaneció suspendida en el aire por un momento, elevó sus ojos al Cielo, y dio una mirada hacia el sudeste. En ese momento Melanie se puso enfrente de Ella para verla mejor. Recién en ese instante se dio cuenta que la Visitante Celestial había dejado de llorar (aunque su expresión seguía siendo triste), ya que las lágrimas no habían cesado de caer de sus ojos durante la totalidad de la aparición. La radiante visión empezó entonces a desaparecer.
Dijeron los niños: “Primero dejamos de ver su cabeza, luego el resto del cuerpo. Pareció haberse disuelto en el aire. En el lugar permaneció una gran luminosidad, así como las rosas que estaban a sus pies. Cuando traté de tomar una de las rosas, estas desaparecieron. Nos quedamos mirando por un largo rato, a ver si podíamos verla nuevamente, pero la Hermosa Dama había desaparecido para siempre. Pensamos que podía haber sido una gran Santa. Si hubiéramos sabido que era una gran Santa -dijo Maximin- le hubiéramos pedido que nos lleve con Ella”.

LAS REPERCUSIONES
A la mañana siguiente Melanie y Maximino fueron llevados a ver al párroco. Era un sacerdote de edad avanzada, muy generoso y respetado. Al interrogar a los jóvenes, escuchó todo el relato, ante el cual quedó muy sorprendido y realmente pensó que ellos decían la verdad. En la Misa del domingo siguiente habló de la visita de la Señora y su petición. Cuando llegó a oídos del obispo que el párroco había hablado sobre la aparición desde el púlpito, éste fue reprendido y reemplazado por otro sacerdote. Esto no es sorprendente ya que la Iglesia es muy prudente en no hacer juicios apresurados sobre apariciones.
El Obispo de la Salette encargó a dos teólogos la investigación de la aparición y de todas las curaciones registradas. Durante cinco años se hicieron las más minuciosas investigaciones. En toda Francia, en aproximadamente ochenta diferente lugares, los obispos encargaron canónigos que investigasen las curaciones milagrosas a través de las oraciones a Nuestra Señora de la Salette y del agua de la fuente. Cientos de milagrosos favores fueron registrados.
La Aparición de La Salette fué aprobada oficialmente por el obispo de la Diócesis, y reconocida por S. S. Pío IX. El 19 de septiembre de 1851, (quinto aniversario de la aparición), Monseñor Filiberto de Bruillard, Obispo ordinario de la diócesis de Grenoble (Francia), a la que pertenece la aldea de La Salette, publicó un decreto en el que entre otras cosas,dice:
«Juzgamos que la aparición de la Sma. Virgen a dos pastores el 19 de septiembre de 1846, en la parroquia de La Salette, arciprestazgo de Corps, (Grenoble, Francia), presenta todas las características de verdadera y los fieles tienen fundamento para creerla como indudable y cierta. Aumenta la certeza el concurso inmenso y espontáneo (de gentes) al lugar de la aparición, así como multitud de prodigios, de los cuales es imposible dudar sin ir contra las reglas del testimonio humano. (…) Por tanto prohibimos a los fieles y sacerdotes de nuestra Diócesis hablar públicamente o escribir en contra del hecho que hoy proclamamos.»
El Santo Padre, Pío IX, Pidió a los jóvenes que le fuera enviado el relato de los secretos por escrito. Tiempo después dirá el Santo Padre: “Estos son los secretos de la Salette, si el mundo no se arrepiente, perecerá”.

LOS SECRETOS
La Hermosa Señora de la Salette comunicó secretos que se debían revelar años más tarde. Este secreto, sin embargo, no está incluido en la aprobación dada por la Iglesia a la aparición ya que fue divulgado posteriormente.
El “secreto” de Maximino nunca ha sido revelado por el Vaticano. El de Melamie, tampoco, pero ella hizo dos, y el segundo nos ha llegado, con señales de autenticidad, ¡es tremendo para los últimos tiempos, el Papa Juan Pablo II dijo en 1982, “estamos en el corazón de las profecías de La Salette”…

EL SANTUARIO
Pronto vinieron multitudes y en menos de dos años hubieron dos sanaciones que mas tarde serían reconocidas como milagros.
Cinco años mas tarde, el obispo de Grenoble proclamó a las apariciones “dignas de confianza y ciertas”. Como signo positivo mencionó la reunión “inmensa y espontánea” de multitudes en el lugar de las apariciones, como también el hecho del milagro.
La Salette es una de las apariciones que fueron aprobadas en el siglo XIX. Un año después de la aprobación se puso la primera piedra del santuario.
Las multitudes continuaron accediendo al lugar de las apariciones a pesar de su extrema lejanía en las alturas de los Alpes y aunque, hasta el 1867, no se podía ir sino a pie o en burro.
En 1872 los Asuncionistas organizaron la primera gran peregrinación a La Salette. Este santuario influenció mucho al avivamiento de peregrinaciones Marianas que ha ocurrido a partir del siglo XIX.
Varias congregaciones se han fundado por inspiración de La Salette, entre estas, los Misioneros y las Hermanas de Nuestra Señora de La Salette, que están dedicados a propagar el mensaje de reconciliación.

LOS VIDENTES DE LA SALETTE
Dos niños fueron designados en el plan de Dios para ser testigos de la aparición de María en La Salette: Maximino Giraud y Melanie Calvat. Ellos eran extremadamente pobres y faltos de educación, sencillos y humildes.
Maximino Giraud vivía en la localidad de Corps con su padre. Tenía solo 17 meses de edad cuando su madre murió, mientras su padre se volvió a casar poco tiempo después.
Maximino vivió una difícil infancia, pasando mucho tiempo en total abandono, en la sola compañía de su perro y una cabra con los que vagabundeaba por las calles de Corps. La asistencia a la escuela no era obligatoria en ese entonces, por lo que él nunca fue a clases. Tampoco recibió demasiada educación religiosa. Maximin hablaba el Patois, dialecto local utilizado por todo el pueblo, pero también aprendió algo de francés mientras vagabundeaba entre los choferes y los viajeros en la estación de carruajes del pueblo. Maximino tenía 11 años en 1846, cuando fue testigo de la aparición.
Melanie Calvat estaba cercana a cumplir los 15 años para la época de la aparición, pero no los aparentaba. Ella también era del pueblo de Corps, como Maximin. Su padre tomaba cualquier trabajo que le ofrecieran con tal de sostener a la enorme familia que estaba bajo su responsabilidad: entre 1827 y 1844 nueve niños nacieron del matrimonio Calvat, siendo Melanie la cuarta. Ella fue contratada como pastora por los hacendados del lugar antes de cumplir los diez años de edad, hecho que nos da una medida de su pobreza y sencillez. Esta forma de vida hizo crecer a Melanie como una niña retraída y callada, siendo que tampoco sabía leer ni escribir. Como nunca podía asistir a las clases del catecismo por estar ocupada pastoreando hacienda, no fue aceptada por el sacerdote local para tomar la primera comunión. En la primavera de 1846 Melanie estaba al servicio de la familia Pra, de Albandins, en las cercanías de La Salette
Melanie y Maximino no se conocían entre si con anterioridad a la aparición. Vivían en cierto modo vidas paralelas, como tantos otros niños de aquella época: imposible no establecer una comparación con los tres pastorcitos de Fátima, que en 1917 recibieron a María en Cova de Iría, Portugal.

¿QUE PASÓ CON ELLOS LUEGO DE LA APARICIÓN?
MAXIMINO GIRAUD quiso estudiar teología, después medicina. Fué siervo papal; murió en su patria a los 38 años de edad.
Trató de ser sacerdote y entró en el seminario menor. Tenía mucha dificultad en aprender, tuvo muchas dudas sobre su vocación y se retiró del seminario. Muchos se preguntan por qué, acaso ¿no tuvo la gracia de la vocación o no correspondió a ella? Podemos decir que la vida íntima de cada alma es un misterio, las gracias que recibe y la respuesta que ésta da.
Afirman que Maximino tenía una fe profunda, y en la virtud de la castidad fue muy íntegro y delicado llegando a decir en confidencia: “Cuando se ha visto a la Santísima Virgen, uno no piensa más en mujeres”. Trabajó en un hospital por un tiempo, luego llegó a ser soldado y finalmente terminó administrando una pequeña tienda de artículos religiosos.
Se habla de un mal entendido entre el Santo Cura de Ars y Maximino. El joven visitó al santo cuando tenía una crisis vocacional. El Cura de Ars que hasta entonces había sido entusiasta de las apariciones se decepcionó al interpretar que Maximino se retractaba de haber visto a la Virgen. Como buen obediente se remitía a la autoridad del obispo y del Papa que habían aprobado las apariciones. “Dios no confirmaría con milagros una superchería, ni la Iglesia la enriquecería con indulgencias” (Journal d´une Institutrice, pag. 117). Maximino por su parte negaba que él se hubiese retractado.
Conforme a las explicaciones del muchacho el cura estaba sordo y se le entendía mal, además sólo se le podía hablar en el confesionario y hubo un mal entendido: él le dijo haber mentido a veces, el cura de Ars entendió que se refería a la aparición… Parece ser que años después el santo cura recibió una prueba de Dios de la autenticidad de la aparición de la Salette, (aunque en realidad no era necesaria, dado el juicio de la Iglesia basado en el estudio de los hechos y en los milagros reconocidos). No dejó de ser providencial el incidente de Ars, pues de él hablaron tanto los periódicos que acudió el arzobispo de Lyón al Papa Pío IX quién de esa forma recibió el secreto y aprobó la aparición.
MELANIE CALVAT probó en varios conventos, no fué admitida a los votos perpetuos. Estigmatizada y bajo constante dirección espiritual del obispo de Lecce, un virtuoso varón, murió en Italia a los 73 años de edad.
Cuando trató de entrar a la vida religiosa visitó varias comunidades, pero no permanecía suficiente tiempo en ellas. Le era muy difícil la vida comunitaria.Recibió mucha persecución por haber sido elegida especialmente para comunicar los mensajes. Aún en medio y llena de contradicciones, rechazos e injurias poseía una fuerte valentía y una tenacidad admirable para difundir al mundo el mensaje de Nuestra Señora de la Salette.
Su vida de oración era intensa, algunos milagros son atribuídos a ella aún estando en vida. Uno de ellos es la enfermedad del Rev. Combe sanada al día siguiente después que Melanie le dijera que estaría bien y que viviría hasta la ancianidad. El sacerdote admirado le preguntó: “¿Qué dijiste?” “Bueno ,contesta Melanie, tan solo oré a la Señora y le dije: Madre mía, el P. Combe está enfermo, el trabaja para ti y lo has dejado así.” La vida del P. Combe duró hasta sus 82 años.
En junio de 1904, Melanie deja Francia y se traslada a un pequeño pueblo llamado Altamura en el sur de Italia. El obispo Mons. Cecchini, O.P:, es amigo suyo y la recibe con agrado. Encuentra una casa fuera de la ciudad. Está tranquila y alegre en su soledad. Todos los días va a la Catedral. El 15 de diciembre no fue. Había muerto durante la noche del 14 de diciembre. Forzaron la puerta de su casa y la encontraron en el piso completamente vestida.
En febrero de 1903 había profetizado que forzarían la puerta de su casa y la encontrarían muerta, en un lugar desconocido de Italia. Dos de sus vecinos cuentan que la noche anterior se había oído la preciosa melodía del Tantum Ergo en la habitación de la dama francesa y que también oyeron una campanita como la que es usada para llevar el Sagrado Viático a los moribundos. La gente de Altamura sostienen que la Sagrada Comunión fue traída a Melanie por el mismo Señor.





El Mensaje Secreto de La Salette

En 1846 la Virgen María se le apareció a dos niños en la Salette, Francia. Dos mensaje secretos entregó la Virgen María ese día, uno a cada niño. El entregado a Maximino nunca fue revelado públicamente por el Vaticano.
El mensaje dado a Melanie en forma de secreto contiene muchas revelaciones proféticas y está dividido en 33 partes.
Esta es la versión escrita por Melanie en 1879 rememorando el mensaje de 1846. Algunos dicen que en esa época Melanie estaba dolida por el tratamiento que había recibido de la iglesia…
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El relato de la aparición puede leerse en la historia de la Virgen de la Salette
El secreto dado a Melanie constituye lo que comúnmente se conoce como “el Secreto de la Salette”; la Virgen María le dijo: “esto que Yo te voy a decir no será siempre secreto, puedes publicarlo en 1858”. Un extracto del mismo fué publicado en 1879 por Melanie, con imprimatur del Obispo de Lecce- Italia.
En el año 1999, en forma inesperada, el sacerdote francés Michel Corteville encontró en los archivos del Vaticano una caja con los documentos oficiales de las apariciones de Nuestra Señora de La Salette (septiembre de 1846), perdidos hacía mucho tiempo. Fue así que pudo defender con éxito la tesis sobre dicho tema en la célebre Facultad de Teología Angelicum, de la Orden Dominica en Roma, y posteriormente escribir un libro en colaboración con el P. René Laurentin. *
El descubrimiento despertó un gran interés en el mundo católico dado que, aunque aprobado por el Papa Beato Pío IX, el mensaje de La Salette había provocado en su momento una reacción violenta por parte de los enemigos de la Iglesia y también en medios católicos liberales, al punto que se difundieron falsos mensajes. La confusión generada motivó que en 1915 la Santa Sede prohibiera la publicación de toda versión del mensaje, aunque de ninguna manera desalentaba la devoción a Nuestra Señora de La Salette.
La revista “Cruzada” ofreció a sus lectores las partes principales de la redacción del mensaje de La Salette hecha por una de las videntes, la pastorcita Melanie, considerado el más completo por el P. Corteville.
*René Laurentin –Michel Corteville, Découverte du secret de La Salette, Paris, Fayard, 2002, con Imprimatur de Mons. Michel Dubost, Oispo de Évry, y nihil obstat de Don Bernard Billet, de la abadía de Notre-Dame de Tournay.
Los 33 mensajes son los siguientes:
1. Melanie, lo que voy a decirte ahora no permanecerá siempre en secreto. Podrás publicarlo en 1858.
2. Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, los sacerdotes, por su mala vida, por sus irreverencias y su impiedad al celebrar los santos misterios, por amor del dinero, por amor del honor y de los placeres, los sacerdotes se han transformado en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes reclaman venganza, y la venganza está suspendida sobre sus cabezas. ¡Desdicha de los sacerdotes y las personas consagradas a Dios que por sus infidelidades y su mala vida crucifican de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al cielo, y llaman la venganza,y he aquí que la venganza está a sus puertas, pues no hay más nadie para implorar misericordia y perdón para el pueblo; no hay más almas generosas, no hay más persona digna de ofrecer la Víctima sin mancha al Eterno en favor del mundo.
3. Dios va a golpear de una manera sin ejemplo.
4. ¡Desdichados los habitantes de la tierra! Dios va a agotar su cólera, y nadie podrá sustraerse a tantos males reunidos.
5. Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias; se han convertido en esas estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la antigua serpiente poner divisiones entre los que reinan, en todas las sociedades y en toda las familias; se sufrirán penas físicas y morales; Dios abandonará los hombres a sí mismos y enviará castigos que se sucederán durante más de treinta y cinco años.
6. La sociedad está en la víspera de las plagas más terribles y de los más grandes acontecimientos; hay que esperar ser gobernado por una vara de hierro y beber el cáliz de la cólera de Dios.
7. Que el Vicario de mi Hijo, el Soberano Pontífice Pío IX, no salga más de Roma después del año 1859; pero que sea firme y generoso, que combata con las armas de la fe y del amor; yo estaré con él.
8. Que desconfíe de Napoleón; su corazón es doble y cuando querrá ser a la vez Papa y emperador, enseguida Dios se retirará de él; él es esa águila que, queriendo siempre elevarse, caerá sobre la espada con que deseaba servirse para obligar a los pueblos a elevarle.
9. Italia será castigada por su ambición al querer sacudirse el yugo del Señor de los Señores; también ella será entregada a la guerra, la sangre correrá por todas partes; las iglesias serán cerradas o profanadas; los sacerdotes, los religiosos serán expulsados; se los hará morir y morir de una muerte cruel. Muchos abandonarán la Fe y será grande el número de los sacerdotes y religiosos que se apartarán de la verdadera religión; entre estas personas habrá incluso Obispos.
10. Que el Papa se cuide de los hacedores de milagros pues ha llegado el tiempo en que los prodigios más asombrosos tendrán lugar sobre la tierra y en los aires.
11. En el año 1864, Lucifer con un gran número de demonios serán soltados del infierno: abolirán la fe poco a poco, incluso en las personas consagradas a Dios; los cegarán de tal manera, que, a menos de una gracia particular, estas personas tomarán el espíritu de esos ángeles malos; muchas casas religiosas perderán enteramente la fe y perderán muchas almas.
12. Los malos libros abundarán sobre la tierra y los espíritus de las tinieblas extenderán en todas partes un relajamiento universal para todo lo que concierne al servicio de Dios; tendrán un gran poder sobre la naturaleza; habrá iglesias para servir a estos espíritus.
De un lado a otro serán transportadas personas por estos malos espíritus e incluso sacerdotes, pues ellos no se habrán conducido según el buen espíritu del Evangelio, que es espíritu de humildad, de caridad y de celo por la gloria de Dios.
Se resucitará a muertos y a justos [es decir que esos muertos tomarán la figura de almas justas que han vivido sobre la tierra, con el fin de seducir mejor a los hombres; éstos que se dicen muertos resucitados, que no serán sino el demonio bajo sus figuras, predicarán otro Evangelio contrario al del verdadero Cristo-Jesús, negando la existencia del cielo o aún las almas de los condenados.Todas estas almas parecerán unidas a sus cuerpos] (nota de Melanie).
Habrá en todas partes prodigios extraordinarios puesto que la verdadera fe se ha extinguido y la falsa luz ilumina al mundo. Desdichados los Príncipes de la Iglesia que sólo se hayan ocupado en acumular riquezas sobre riquezas, en salvaguardar su autoridad y en dominar con orgullo.
13. El Vicario de mi Hijo tendrá mucho que sufrir, pues, por un tiempo, la Iglesia será librada a grandes persecuciones; esto será el tiempo de las tinieblas; la Iglesia tendrá una crisis terrible.
14. Olvidada la santa fe de Dios, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser superior a sus semejantes. Se abolirán los poderes civiles y eclesiásticos, todo orden y toda justicia serán pisoteados; sólo se verán homicidios, odio, celos, mentira y discordia, sin amor por la patria ni por la familia.
15. El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el fin para recibir su sacrificio.
16. Los malvados atentarán muchas veces contra su vida sin poder dañarle; pero ni él ni su sucesor… verán el triunfo de la Iglesia de Dios.
17. Los gobiernos civiles tendrán todos un mismo designio, que será abolir y hacer desaparecer todo principio religioso para hacer lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios.
18. En el año 1865 se verá la abominación en los lugares santos; en los conventos, las flores de la Iglesia se pudrirán y el demonio se hará como rey de los corazones.
Que los que están a la cabeza de las comunidades religiosas tengan cuidado con las personas que deben recibir, pues el demonio hará uso de toda su malicia para introducir en las órdenes religiosas personas entregadas al pecado, ya que los desórdenes y el amor de los placeres carnales serán extendidos por toda la tierra.
19. Francia, Italia, España e Inglaterra estarán en guerra; la sangre correrá en las calles, el francés combatirá con el francés, el italiano con el italiano; luego habrá una guerra general que será espantosa. Por un tiempo Dios no se acordará de Francia ni de Italia, puesto que el Evangelio de Jesucristo no se conoce ya más. Los malvados desplegarán toda su malicia; se matará, se masacrará mutuamente hasta en las casas.
20. Al primer golpe del rayo de su espada las montañas y la tierra entera temblarán de pavor puesto que los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasan la bóveda de los cielos.
París será quemada y Marsella será engullida por el mar, muchas grandes ciudades serán sacudidas y engullidas por terremotos: se creerá que todo está perdido; sólo se verán homicidios, sólo se oirán estrépito de armas y blasfemias.
Los justos sufrirán mucho; sus oraciones, sus penitencias y sus lágrimas subirán hasta el Cielo y todo el pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia, y pedirá mi ayuda y mi intercesión. Entonces Jesucristo, por un acto de su justicia y de su misericordia, ordenará a sus ángeles que todos sus enemigos sean ejecutados.
De pronto, los perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos los hombres entregados al pecado perecerán, y la tierra será como un desierto. Entonces se hará la paz, la reconciliación de Dios con los hombres.
Jesucristo será servido, adorado y glorificado; en todas partes florecerá la caridad. Los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Santa Iglesia que será fuerte, humilde, piadosa, pobre, celosa e imitadora de las virtudes de Jesucristo.
El Evangelio será predicado en todas partes, y los hombres harán grandes progresos en la fe, porque habrá unidad entre los obreros de Jesucristo y los hombres vivirán en el temor de Dios.
21. Esta paz entre los hombres no será larga; veinticinco años de abundantes cosechas les harán olvidar que los pecados de los hombres son causa de todas las aflicciones que acontecen sobre la tierra.
22. Un precursor del anticristo con sus ejércitos de varias naciones combatirá contra el verdadero Cristo, el único Salvador del mundo; derramará mucha sangre y querrá aniquilar el culto de Dios para hacerse tener como un Dios.
23. La tierra será golpeada por toda clase de plagas (además de la peste y el hambre, que serán generales) ; habrá guerras hasta la última guerra, que será hecha por los diez reyes del anticristo, que tendrán todos un mismo designio, y serán los únicos que gobernarán el mundo.
Antes que esto acontezca habrá una especie de falsa paz en el mundo; sólo se pensará en divertirse; los malvados se entregarán a toda clase de pecados, pero los hijos de la Santa Iglesia, los hijos de la fe, mis verdaderos imitadores, crecerán en el amor de Dios y en las virtudes que me son más queridas.
Dichosas las almas humildes conducidas por el Espíritu Santo. Yo combatiré con ellas hasta que lleguen a la plenitud del tiempo.
24. La naturaleza reclama venganza para los hombres, y, esperando lo que debe ocurrir a la tierra manchada de crímenes, se estremece de pavor.
25. Tiembla, tierra, temblad vosotros, los que hacéis profesión de servir a Jesucristo y que por dentro os adoráis a vosotros mismos; pues Dios va a entregaros a su enemigo, puesto que los lugares santos se hallan en la corrupción; muchos conventos no son más las casas de Dios sino el pasto de Asmodeo y los suyos.
26. Será durante este tiempo que nacerá el anticristo, de una religiosa hebrea, de una falsa virgen que tendrá comunicación con la antigua serpiente, el señor de la impureza; su padre será Ev.; al nacer vomitará blasfemias, tendrá dientes; será, en una palabra, el diablo encarnado; lanzará gritos terribles, hará prodigios, sólo se alimentará de impurezas.
Tendrá hermanos que, aunque no sean demonios encarnados como él, serán hijos del mal; a los doce años se señalarán por sus valientes victorias, pronto estará cada uno a la cabeza de ejércitos asistidos por legiones del infierno.
27. Las estaciones se alterarán, la tierra sólo producirá malos frutos, los astros perderán sus movimientos regulares, la luna sólo reflejará una débil luz rojiza; el agua y el fuego darán al orbe de la tierra movimientos convulsivos y horribles terremotos que engullirán montañas, ciudades, etc.
28. Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del anticristo.
29. Los demonios del aire con el anticristo harán grandes prodigios sobre la tierra y en los aires, y los hombres se pervertirán cada vez más. Dios cuidará de sus fieles servidores y de los hombres de buena voluntad; el Evangelio será predicado en todas partes, ¡Todos los pueblos y todas las naciones tendrán conocimiento de la verdad!
30. Yo dirijo un apremiante llamado a la tierra; llamo a los verdaderos discípulos de Dios viviente y reinante en los cielos; llamo a los verdaderos imitadores de Cristo hecho hombre, el único y verdadero Salvador de los hombres; llamo a mis hijos, mis verdaderos devotos, aquellos que se han entregado a mí para que los conduzca a mi Hijo divino, aquellos que, por así decir, llevo en mis brazos; aquellos que han vivido de mi espíritu; llamo en fin a los apóstoles de los últimos tiempos, los fieles discípulos de Jesucristo que han vivido en desprecio del mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la humildad, en el desprecio y en el silencio, en la oración y en la mortificación, en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento y desconocidos del mundo.
Es tiempo de que salgan y vengan a iluminar la tierra. Id y mostraos como mis hijos queridos, yo estoy con vosotros y en vosotros con tal vuestra fe sea la luz que os ilumine en estos días de infortunio.
Que vuestro celo os haga como hambrientos de la gloria y del honor de Jesucristo. Combatid, hijos de la luz, vosotros, los pocos que veis, pues he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines.
31. La Iglesia será eclipsada, el mundo se hallará en la consternación. Pero he aquí a Enoch y Elías llenos del Espíritu de Dios; ellos predicarán con la fuerza de Dios, y los hombres de buena voluntad creerán en Dios, y muchas almas serán consoladas; harán grandes progresos por virtud del Espíritu Santo y condenarán los errores diabólicos del anticristo.
32. ¡Desdichados los habitantes de la tierra! habrá guerras sangrientas y hambres, pestes y enfermedades contagiosas; habrá lluvias de un espantoso granizo de animales, truenos que sacudirán las ciudades, terremotos que engullirán países; se oirán voces en los aires, los hombres se darán de golpes con su cabeza en los muros; llamarán a la muerte y, por otro lado, la muerte hará su suplicio, la sangre correrá por todas partes.
¿Quién podrá vencer si Dios no disminuye el tiempo de la prueba? Por la sangre, las lágrimas y las oraciones de los justos Dios se dejará doblegar; Enoch y Elías serán matados; Roma pagana desaparecerá; el fuego del cielo caerá y consumirá tres ciudades; todo el universo será sacudido de terror, y muchos se dejarán seducir porque no han adorado al verdadero Cristo viviente entre ellos. Es el momento; el sol se oscurece; sólo la fe vivirá.
33. He aquí el tiempo; el abismo se abre. He aquí el rey de los reyes de las tinieblas. He aquí a la bestia con sus súbditos, diciéndose salvador del mundo. Se elevará con orgullo en los aires para ir hasta el cielo; será ahogado por el soplo de San Miguel Arcángel. Caerá, y la tierra, que desde hace tres días estará en continuas evoluciones, abrirá su seno lleno de fuego, él será sumergido para siempre con todos los suyos en los abismos eternos del infierno. Entonces el agua y el fuego purificarán la tierra y consumirán todas las obras del orgullo de los hombres y todo será renovado: Dios será servido y glorificado.

QUE SUCEDIO EN 1864 EN QUE LUCIFER FUE LIBERADO

Se hizo una búsqueda para ver qué evento relacionado con satán puede haber tenido lugar en 1864. Esto es lo que ocurrió de acuerdo a
http://www.panix.com/~squigle/vcs/marxism.html
El aislamiento político de Karl Marx terminó en 1864 con la fundación de la Asociación Internacional de los Trabajadores. Aunque él no fue ni su fundador ni su jefe, pronto se convirtió en su líder espiritual.
Su primer encuentro público, convocado por líderes de la unión comercial inglesa y representantes de los trabajadores, tuvo lugar en la sala de San Martin en Londres el 28 de Septiembre de 1864.
Marx, que había sido invitado a través de un intermediario francés para asistir como un representante de los trabajadores Alemanes, se sentó silenciosamente en la plataforma. Fue erigido un comité para producir un programa y una constitución para la nueva organización. Después de que varios borradores habían sido propuestos y que no se tenían por satisfactorios, Marx, trabajando en un subcomité, aportó su inmensa experiencia periodística. Su “Dirección y Reglas Provisionales de la Asociación Internacional de los Trabajadores”, a diferencia de sus otros escritos, reforzó los logros positivos del movimiento cooperativo y de la legislación parlamentaria; la conquista gradual del poder político permitiría al proletariado británico exender estos logros a escala nacional.
Se puede decir que allí nació el comunismo.

Os estoy hablando del anticristo, Mis pequeños, que ya está entre vosotros. Mensajes de Dios Padre a J. V. Febrero 18 del 2014

Feb 18_14 Os estoy hablando del anticristo, Mis pequeños, que ya está entre vosotros.ImprimirE-Mail
Rosario vespertino.

Temas:
  • Lo que os pido, Mis pequeños, y a lo que voy con ésta explicación, es que, cuando vosotros oréis, siempre lo hagáis con el mayor fervor posible, que os concentréis en lo que estáis haciendo, que no divaguéis.
  • Me di por vuestra salvación, Me di para que tuvierais Vida eterna, y voy a defender ése compromiso con Mi Padre y, por eso, persigo  vuestra alma hasta salvarla.
  • Os estoy hablando del anticristo, Mis pequeños, que ya está entre vosotros, que os conoce perfectamente y que os quiere engañar para que os apartéis de Mí, de Mis Leyes y de Mi Amor.
  • Os he pedido varias veces que Me regaléis todo vuestro ser, que Yo pueda vivir plenamente en vosotros, como Vivía al Principio, con vuestro Primeros Padres.
  • Hay infiltración dentro de Mi Iglesia, a la cual no debéis escuchar porque si se habla en contra de lo que Yo os he dejado en las Sagradas Escrituras, éstos, no vienen de Mí.


Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María a J. V.

Primer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: Lo que os pido, Mis pequeños, y a lo que voy con ésta explicación, es que, cuando vosotros oréis, siempre lo hagáis con el mayor fervor posible, que os concentréis en lo que estáis haciendo, que no divaguéis.
Hijitos Míos, estoy aquí con vosotros, Mis pequeños, Yo vuestra Madre, la Siempre Virgen María, siempre acompaño a aquellos que aman a Mi Hijo, a aquellos que aman a Nuestro Dios. Estoy aquí, junto a vosotros, de rodillas rezando con vosotros éste Santo Rosario, al cual Me han invitado. Ciertamente, el Cielo está con vosotros, estáis unidos al Cielo cuando os unís, de corazón, a Nuestro Dios y Señor.
Esto os lo digo, Mis pequeños, a vosotros y a todos aquellos alrededor del mundo que oráis, no tan de corazón, que os distraéis, y que no Nos invitáis. Cuando vosotros oráis, el Cielo os acompaña, Mis pequeños. Se os ha explicado que estáis en la Comunión de los Santos, y ninguna oración que vosotros hagáis se pierde. Todo se toma, Mis pequeños, para vuestro bien y el de vuestros hermanos que más lo necesiten dentro de la Comunión de los Santos.
Lo que os pido, Mis pequeños, y a lo que voy con ésta explicación, es que, cuando vosotros oréis, siempre lo hagáis con el mayor fervor posible, que os concentréis en lo que estáis haciendo, que no divaguéis y si sucede, en ésos momentos, en que estáis con el Cielo orando, pedid ésa Gracia especial para que vosotros estéis plenamente, de alma, de corazón, presentes con Nosotros.
No os imagináis, Mis pequeños, lo que una oración, dicha de todo corazón, puede lograr. Grandes milagros se pueden dar, grandes conversiones, mucho Amor se puede derramar del Cielo hacia la Tierra, cuando vuestra oración es dicha con Fe, con amor y saliendo desde lo más profundo de vuestro corazón.
Como os dije, Mis pequeños, Yo estoy de rodillas junto a vosotros, orando y llevando vuestras oraciones a Mi Hijo, para que os conceda lo que necesitéis y además conceda a vuestros hermanos lo que ellos necesitan, estén en donde estén.
Seguid adelante, Mis pequeños, os acompaño y que ésta explicación, que os acabo de dar, sea para que vosotros oréis con mayor fervor y con más Fe, para que entendáis que de vuestras oraciones van a nacer infinidad de bendiciones para vuestros hermanos en la Comunión de los Santos.
Vuestra oración es necesarísima pero, sobre todo, lo que más necesario es, vuestro amor y la intención de todo corazón que hagáis de vuestra oración para el bien de vuestros hermanos. Amén.
Os amo, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Me di por vuestra salvación, Me di para que tuvierais Vida eterna, y voy a defender ése compromiso con Mi Padre y, por eso, persigo  vuestra alma hasta salvarla.
Hijitos Míos, ¡Cuánto dolor! ¡Cuánto miedo y terror tenía Yo en ésos momentos, al estar en el Huerto de los Olivos! Veía vuestros pecados pasados, presentes y futuros. Qué dolor Me causaban vuestros pecados y para eso Me mandaba Mi Padre, para darMe por vosotros pero, a la vez, eso Me daba gran gusto, porque nuevamente las Puertas del Cielo se abrirían para recibiros, para recibir a las almas buenas, a las almas que luchan por su salvación, aún a pesar de la maldad que se vive en la Tierra y de los ataques que recibís de satanás, día a día.
¡Almas que perseveran, almas que sufren, almas que se ofrecen, almas que salvan a otras almas! Pero, también, Mi Parte Humana, sufría y se aterraba por lo que iba a padecer. ¡Cuánto dolor y, sobre todo, cuánta soledad de parte de los Míos! Los que Me seguían, Me abandonaron, uno de ellos, hasta Me traicionó.
Los verdugos, llenos de la maldad de satanás, destrozaban Mis Carnes, se burlaban de Mi Bondad, de Mi Hermosura Divina, se burlaban porque Yo no era como ellos. A pesar de sus ultrajes, obscenidades, malas palabras, no les devolvía ningún tipo de mal y eso les molestaba más.
Cuánto dolor Me causaban las almas que días antes, semanas y meses antes, Me seguían, alababan Mis Palabras y hasta Rey Me querían hacer y, cómo, de un momento a otro, cambiaron su corazón, decían amarMe horas antes y, horas después, vociferaban en contra Mía. ¡Qué débil es la naturaleza humana! ¡Qué débil es vuestra Fe! ¡Qué débil es vuestro amor hacia vuestro Dios! Cambiáis tan rápido, no defendéis lo que creéis. Prácticamente no hubo nadie que quisiera defenderMe de los insultos, golpes, salivazos.
¡Cuánto dolor Me dio todo esto, Mis pequeños! Y Me sigue dando, porque lo Vivo incruentamente, aún en éstos tiempos. Me hacéis a un lado de vuestra vida, no queréis saber más de Mí, Me seguís golpeando, escupiendo, blasfemando, os queréis deshacer de Mí, no queréis tenerMe junto a vosotros, para que no sintáis Mi Juicio por vuestro mal proceder.
Decís que os hago la vida pesada, porque, ciertamente, os amo y en vuestra conciencia pongo toda vuestra maldad, para que os arrepintáis y volváis a Mí, ¡pero no!, no Me agradecéis ése acto que os puede llevar al arrepentimiento y a vuestra salvación, al contrario, mejor Me hacéis a Mí a un lado, para que podáis seguir pecando libremente y no tener remordimientos.
Ciertamente, no Me podéis hacer a un lado de vuestra existencia, porque Me lleváis a Mí dentro de vosotros, y lo que Yo vaya a permitir, en ésta purificación que se os avecina, es haceros un bien, Mis pequeños. Sois como niños, no sabéis todavía qué hacer ni qué camino tomar y, por eso, voy a permitir los dolores que tendréis, para que recapacitéis. Entended que esto será para vuestro bien, porque Yo no puedo permitir que Mi entrega por vosotros sea estéril, sea inútil. Me di por vuestra salvación, Me di para que tuvierais Vida eterna, y voy a defender ése compromiso con Mi Padre y, por eso, persigo  vuestra alma hasta salvarla. Yo sufrí por vosotros, Me di por vosotros, ahora sufriréis vosotros por vosotros mismos. Yo tomaré vuestro dolor y lo uniré al Mío, sin que vosotros lo sepáis, para que vuestro dolor, os lleve al remordimiento, para que recordéis lo que vuestro Hermano Mayor, Hermano Divino, vuestro Dios Encarnado, hizo por vosotros, por vuestra salvación.
Ciertamente, el dolor, os llevará a la Sabiduría y ella os ayudará a vuestra salvación eterna, Mis pequeños.
Como os dije, he de luchar para conseguir vuestra salvación, Mi donación debe ser fructífera y vosotros, seréis Mi trofeo. Vuestra salvación será Mi trofeo que Yo presentaré a Mi Padre, para que Él vea que Mi donación fue un éxito. He salvado muchas almas y seguiré salvando muchas almas.
Vosotros, Mis pequeños, hermanos Míos, los que entendéis éstas Palabras y lo que siente Mi Corazón, acompañadMe en cada momento del Huerto, de la entrega, de Mi Pasión, de Mi Muerte y Resucitaréis Conmigo, también, porque también quiero que estéis vosotros en el momento de Mi Gloria, en el momento de Mi Triunfo, porque vosotros también triunfaréis Conmigo y gozaréis Conmigo, por el Gozo que Yo Le di a Nuestro Padre por vuestra salvación.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os estoy hablando del anticristo, Mis pequeños, que ya está entre vosotros, que os conoce perfectamente y que os quiere engañar para que os apartéis de Mí, de Mis Leyes y de Mi Amor.
Hijitos Míos, os repito, continuamente, Me pidáis el Discernimiento Santo porque, sabiendo lo débiles que sois, lo inmaduro que sois en lo espiritual, fácilmente satanás os puede engañar.
El hombre siempre va a buscar lo atractivo, lo maravilloso, lo que se sale de sus capacidades y que le asombran. Cuando vosotros os asombráis por algo o por alguien, le seguís, porque está en vosotros, siempre, ésa vanidad de querer ser superiores, de sentiros superiores a vuestros hermanos. Sabiendo esto satanás, por eso os presentará un personaje con capacidades superiores a las normales, para que os asombréis y le sigáis y os llene de sus mentiras, las cuales, vosotros, rápidamente aceptaréis porque, seguiréis asombrados con todo lo que os dirá y lo que le veáis hacer.
Os estoy hablando del anticristo, Mis pequeños, que ya está entre vosotros, que os conoce perfectamente y que os quiere engañar para que os apartéis de Mí, de Mis Leyes y de Mi Amor.
Vosotros, los que pidáis el Discernimiento Santo, os lo concederé, porque no quiero perder vuestras almas y porque seréis lo suficientemente humildes, reconociendo que necesitáis de Mí, para no apartaros de Mí, os daréis perfectamente cuenta de lo que es la debilidad del hombre, cuando veáis a vuestros hermanos, cómo se dejarán engañar tan fácilmente de éste personaje tan dañino para vosotros, que Me quitará innumerables almas y las llevará a su perdición eterna.
Mis pequeños, Yo Soy la Verdad, el Único que os puede dar Vida eterna. Satanás, a través de su representante, el anticristo, os prometerá muchas cosas, especialmente aquellas por las cuales vosotros os doblegáis fácilmente, como es el poder, el dinero, el libertinaje, todo aquello que os he pedido en los Mandamientos que os di, para que no cayerais en la tentación y os mantuvierais al margen del pecado.
Satanás es muy hábil, Mis pequeños, conoce vuestras debilidades y él sabe cómo mostraros las tentaciones, para que caigáis y, al caer, os quiere separar de Mí, para que ya no recibáis Mi Gracia, al cerrar vosotros vuestro corazón hacia Mí y abrir vuestro corazón hacia él.
Muchos estragos causará en infinidad de almas. Ciertamente, vuestro libre albedrío no trabajará para vuestro lado, ayudándoos a discernir contra el mal que os presentará en forma agradable éste representante de satanás. Luchas fraternas habrán, porque algunos de vuestros hermanos sí se darán cuenta del error a donde os estará llevando éste personaje pero, al tratar de advertir a sus hermanos, a aquellas personas que les rodeen, sufrirán y, algunos, hasta la muerte tendrán por el ataque de vuestros hermanos, que no querrán hacer caso a sus advertencias.
Preparaos pues, Mis pequeños, orando, ayunando, viviendo vida de mortificación, para que satanás no os pueda hacer caer a través de su representante el anticristo. Cuidaos de dejar entrar sus palabras y conceptos a vuestra mente y a vuestro corazón. Tenéis las Sagradas Escrituras, ahí tenéis toda la Verdad, él las tratará de cambiar. Aunque se haga pasar por Mí, vuestro Dios, no os engañará, respaldaos en ellas. Las Escrituras, su Sabiduría, os mantendrán libres de los ataques de satanás, porque os daréis cuenta de la mentira que saldrá de sus labios.
Cuidaos, Mis pequeños, sed humildes y sencillos, recordad que satanás siempre buscará llevaros por caminos de soberbia, de vanidad, por eso la humildad es el gran escudo contra su presencia en vuestra vida y, el ser humildes, os ayudará a acercaros a Mí, a pedirMe continuamente Mi protección y Mi ayuda y vosotros, también en humildad, aceptaréis Mi ayuda, aunque la veáis pequeña, aún así, será inmensamente grande.
Os amo, Mis pequeños, orad, orad, no os apartéis de la oración en ningún momento para que no sucumbáis.
Gracias, Mis pequeños
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os he pedido varias veces que Me regaléis todo vuestro ser, que Yo pueda vivir plenamente en vosotros, como Vivía al Principio, con vuestro Primeros Padres.
Hijitos Míos, al insistiros sobre la Humildad, con eso os estoy ayudando a que vosotros alcancéis la perfección.
Sí, Mis pequeños, la perfección os va a dar la santidad, os va a ayudar grandemente a que alcancéis la santidad de vida. Cuando vosotros actuáis en humildad, os hacéis pequeños, os reconocéis pequeños y, de ésta forma, si Me lo pedís, Yo os puedo ir llevando a que todo lo que hagáis sea perfecto.
Quiero que seáis perfectos, Mis pequeños, porque Yo quiero entrar en vosotros. Os he pedido varias veces que Me regaléis todo vuestro ser, que Yo pueda vivir plenamente en vosotros, como Vivía al Principio, con vuestro Primeros Padres.
Cuando vosotros Me dejáis, a Mí, actuar, pensar y vivir por vosotros, todo se os hace más fácil y os sale perfecto. Vuestros hermanos, que están a vuestro alrededor, perciben Mi Presencia en vosotros, gozan de vuestra existencia y de vuestra presencia entre ellos y, a la vez, vosotros podéis hacer grandes cosas, aún hasta milagros, para el beneficio de sus almas, de sus cuerpos, de su vida.
Pero así como les ayudáis, y podéis hacer grandes cosas en lo material, en lo físico, también les ayudáis en lo espiritual. Cuando vosotros movéis a un alma hacia el bien y le ayudáis a recapacitar sobre su vida pasada, antes del momento en que os encontrarais con ella ya, desde ése momento les ayudáis a tomar otro rumbo en su vida, que les hará encontrarMe a Mí, y así ésa alma, se va a ir perfeccionando, ésa alma ya fue tocada por Mí, pero en vosotros. Vuestros hermanos os ven a vosotros, pero Me perciben a Mí, por los hechos, por las palabras que ellos reciben de vuestros labios y por vuestro ejemplo. Imaginad un mundo en donde todos vosotros estéis envueltos de Mí, que sea Mi Presencia en cada uno de vosotros, eso es el Cielo, es el vivir Mi Voluntad, es el vivir Mi Amor, es el vivir Mi Sabiduría, es el vivir todo Mi Ser. ¿No se os antoja acaso esto, Mis pequeños? No más guerras, no más maldad, todo perfección, todo vida de Cielo y, esto lo podéis lograr, Mis pequeños, con vuestra donación, dejándoMe Vivir a Mí, vuestro Dios, en vosotros y, esto, gracias a la Humildad. Cuando os reconocéis que no sois nada ante Mis Ojos, sabiendo que estáis infinitamente limitados a las grandes cosas que podríais hacer, cuando lo aceptáis y Me pedís Mi ayuda, es en ése momento, cuando Yo puedo entrar en vosotros y os puedo dar Mi Vida Divina en vuestra vida humana.
Tratad, Mis pequeños, porque ya quiero que el Cielo esté en vosotros y alrededor de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre
Sobre: Hay infiltración dentro de Mi Iglesia, a la cual no debéis escuchar porque si se habla en contra de lo que Yo os he dejado en las Sagradas Escrituras, éstos, no vienen de Mí.
Hijitos Míos, ya os estáis dando cuenta de cómo satanás os ataca, llevándoos a la duda de las Verdades que se os han enseñado.
Ciertamente, hay supuestos sacerdotes, infiltrados dentro de Mi Iglesia, que os llevan al error y tratan de negar las Verdades que se os han dado en las Sagradas Escrituras. Sus mentiras son repetidas por hermanos vuestros sin Fe, sin amor hacia Mí, y que tratan de crear más confusión, porque esta es la forma en la que más os ataca satanás. Os ataca de ésta forma, porque vosotros no buscáis la Fe Verdadera, una Fe fuerte, contra toda tempestad, contra todo ataque. Os conformáis con una Fe débil que, fácilmente, con un viento suave, caéis y no os levantáis, porque no queréis. No tratáis de reforzar vuestra Fe, vuestros principios y, esto es a través de la práctica en la vida de los Sacramentos, en la vida de oración, en la vida del estado de Gracia. Si vosotros no ponéis de vuestra parte, Mis pequeños, ya no digo que caeréis en la primera tempestad que se os presente, o sea, en el primer ataque de satanás, caeréis con los primeros vientos suaves que os acechen, porque no estáis preparados para soportar las pruebas fuertes.
Vosotros mismos no os estáis defendiendo contra la maldad de satanás, estáis debilitados porque no habéis crecido, porque no queréis. Yo os he dejado todo lo necesario para que vosotros crezcáis y os robustezcáis y, de esta forma, podáis defenderos contra los ataques de satanás. Por eso, os vuelvo a repetir, hay infiltración dentro de Mi Iglesia, a la cual no debéis escuchar porque si se habla en contra de lo que Yo os he dejado en las Sagradas Escrituras, éstos, no vienen de Mí, ni son Mis pastores, ni son Mis representantes fieles que os puedan dar y ayudar a tener una Fe firme para soportar las pruebas que tendréis y que serán cada vez más fuertes.
Gracias, Mis pequeños.

DIÁLOGO ENTRE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y LUZ DE MARÍA - 3 MARZO 2014

DIÁLOGO ENTRE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Y SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA
3 DE MARZO DEL 2014



Cristo:                 

Amada Mía, Mi Pueblo permanecerá a Mi Lado, y en cumplimiento de Mi Voluntad, Me retornará la Tierra que les fue dada en heredad. Entonces Yo reinaré sobre toda criatura humana y la paz habitará en cada uno de Mis hijos.

¿SABES AMADA MÍA, CÓMO MIRO A LOS MÍOS EN ESTE INSTANTE?

Les miro disfrutando del libre albedrío, como aquél que cree no ser mirado por quien todo lo mira…
Les miro desligándose de Mí, entregándose a la perdición y a todo aquello tan mundano que les lleva a ser cadáveres deambulantes, sin conciencia de lo que pierden...

Yo deseo el bienestar de Mis hijos, y recibo el rechazo de la humanidad que en medio de las sombras,  elige libremente,  el gozo momentáneo.

¿SABES, AMADA, CUÁL ES EL PECADO DE LA HUMANIDAD?

Luz de María:

Mi Señor, ¡son tantos…!

Cristo:

Amada, la INCONSCIENCIA ES EL PECADO DE ESTA GENERACIÓN; no se detienen a meditar en sus actos, en sus obras, en cómo retomar el camino para reencontrarse Conmigo. El hombre camina despacio como si el tiempo continuara y no se hubiese detenido….  Esta generación no cree en Mis Llamados ni en los de Mi Madre. Aquellos que se llaman a sí mismos cristianos, son copias deformadas de Mis Leyes y de Mi Voluntad.

No es verdadero el que dice amarme,  y habiéndose adentrado en Mí, permanece con su corazón invadido por la falta de amor al hermano.

No es verdadero el que dice amarme, y sus manos se encuentran vacías; éstas no tienen actos, ni buenas obras a favor de todo cuanto le rodea por Voluntad Divina.

“La fe sin obras es muerta”. Las creaturas aún no son conscientes de que sólo Yo Soy Verdad,  Libertad y Vida.  No son conscientes, ya que, sumergidos en lo banal, continúan en un camino equivocado que les lleva a perderse en manos de satanás, pasando a formar parte de su botín.

Diles a tus hermanos que Yo Soy Misericordia para los que Me buscan con prontitud, luchando contra su propio egoísmo humano, para liberarse del querer propio, contaminado por la vanidad, soberbia, ira, hipocresía y por la mentira.  Se miente a sí mismo el que Me llama Padre, y olvida que Yo les llamo a ser uno en Mí.

LA FRATERNIDAD EN ESTE INSTANTE, ES EL ARMA PARA QUE SATANÁS NO PENETRE en los que en Mi Nombre y en el de Mi Madre, se congregan en Mi Voluntad preparándose en el espíritu y siendo acción para testimoniar Mi Palabra, alertando a sus hermanos sobre el instante presente y sobre la inminente cercanía del cumplimiento de los acontecimientos que purificarán a la humanidad y que Mi Madre por amor a Sus hijos ha transmitido.

¡AY DE AQUELLOS, QUE COMO PIEDRAS IMPENETRABLES, SEAN MOTIVO DE DIVISIÓN!

Cristo:

Amada, ¿SABES CÓMO SUFRO POR LOS MÍOS?

Luz de María:    

Te miro Mi Señor en la Cruz, expiando los pecados de la humanidad, sangrante y dolorido…

Cristo:

Esta Mi Sangre es por aquellos consagrados que se pierden, amando a la sociedad más que a Mí, esclavizándose al dinero y perdonando pecados a quienes les proveen de un mayor estatus, e ignorando las necesidades de Mi Pueblo. Estas Mis heridas, son por ellos, que cierran Mis Templos y no alertan a los que, ignorantes, continúan en el pecado ofendiéndome una y otra vez.  Hija, Mis consagrados deben ser a imagen Mía; la pobreza eleva el espíritu, la opulencia lucha contra el tiempo que no es tiempo, los compromisos sociales no dejan cabida para la oración, y sin la oración ¿cómo van a guiar a Mis ovejas?

Esta Mi Sangre es por aquellos hermanos tuyos, que desprecian Mis Llamados y luchan en contra de estos mismos Llamados, por los que persiguen a Mis instrumentos. Esta Mi Sangre es por aquellos instrumentos que han guardado silencio por temor y cobardía.

¿Sabes, hija Mía, cómo vendré a buscar a los Míos en Mi Segunda Venida?

Con Mis Legiones, con Mi Poder…. estremeciendo cuanto existe, pero el hombre de ciencia  y muchos de Mis propios hijos fingen desconocerlo y hasta lo niegan. Los Cielos se abrirán,  y cuanto ha sido creado, exultará de gozo al mirarme; los elementos se agitarán, y el hombre que ha vivido lejos de Mi Voluntad, se aterrorizará y se arrepentirá por no haber escuchado a su debido tiempo Mis Súplicas, para que retornaran a Mí.   Antes de Mi Segunda Venida, llegaré a lo profundo de la consciencia de las criaturas humanas, para que se escudriñen a sí mismas y se miren tan cual son.

Amada Mía, continúo siendo el Amor que suplica Amor, y en esta súplica miro con dolor el padecer de Mis hijos…
Oren por Brasil, el agua le purificará.

Soy Rey despojado de Su Reino.  Amados:

Oren por Chile, la tierra se estremecerá causando dolor.
La Tierra se estremecerá con mayor potencia en uno y otro lugar del mundo.

Miro a Mi Pueblo… ¡y son tan pocos los que mantienen una verdadera conciencia de lo que es ser Cristiano!

Oren hijos Míos, oren; la guerra se acerca causando destrozos, mutilando a los inocentes, con armamentos fuera del control humano; será el hombre de ciencia, el verdugo de su propia raza.
La energía nuclear es el gran Herodes de este instante.

Diles a Mis hijos  que no decaigan, que no teman el ser señalados por alertar a los que Me desconocen e ignoran el devenir de esta generación.

Diles que Mi Pueblo será triunfante y junto a Mí, le levantaré para que no sufra, mas la conciencia debe permanecer dispuesta a donarse por Mí.   No todos los hombres ignoran cuanto acontecerá, pero  lo dejan de lado para no perturbarse al tener que luchar por ser mejores.

La tecnología es el látigo que continuamente golpea la mente de Mis hijos, hasta dejarles en la inmovilidad total y sin voluntad para prepararles a la violencia, con la que combatirán en contra de sus hermanos.

Luz de María:

Continuando Mi Señor en la Cruz, exclamó:

Cristo:

Pueblo Mío, mantente alerta, que los falsos ídolos han usurpado cuanto es Mío; disfrazados de corderos, los lobos conviven dentro de sus hogares contaminando las mentes de los inocentes.

Pueblo Mío, retorna a Mí, que el instante se agota.

YO LES PROTEJO, USTEDES DECÍDANSE,  Y CON VALENTÍA ENTRÉGUENSE A MÍ, RENUNCIANDO A LO QUE LES SEPARA DE MÍ.   LES BENDIGO.

Luz de María:

Al retirarse Nuestro Señor con una bendición para toda la humanidad, medito y comparto con ustedes:

“No sólo de pan vive el hombre…”

Vemos cómo la violencia aumenta sobre la Tierra, invadiendo los territorios y causando sufrimiento a nuestros hermanos. 

La Naturaleza no da tregua. Y aún así, se continúa sin meditar en la Palabra Divina.

¿Dónde está la inteligencia, la consciencia y la disposición del hombre que ignora la realidad,  por una equivocada conveniencia?

Cristo es el mismo de ayer, de hoy y de siempre; Sus Leyes son para todos, sin distingos y para todos los tiempos.

El Amor nos llama a ser unidad, respetándonos como hermanos de un Mismo Padre.

No seamos pasivos en la Fe, sino al contrario, seamos activos, llevando a la praxis las enseñanzas de Cristo a todos nuestros hermanos.   Que el Cielo nos juzgue por exceso de obras, no por permanecer en silencio, a sabiendas de que el instante presente es el preludio de la total invasión de satanás y de su engendro, el anticristo.

Oremos, sí, meditemos, sí, y a la vez seamos acción en favor de las almas para despertar a los dormidos.

Amén.

lunes, 3 de marzo de 2014

Feb 12_14 Ved Mi Misericordia antes que Mi Justicia, Mis pequeños, Yo Soy todo Amor.

Feb 12_14 Ved Mi Misericordia antes que Mi Justicia, Mis pequeños, Yo Soy todo Amor.ImprimirE-Mail
Rosario vespertino.
Temas:
  • Llevad Mi Mensaje de Amor a todos los pueblos de la Tierra y hacedles saber a vuestros hermanos, que Yo, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, estoy con todos vosotros.
  • Cuando acudís a Mí, Me llenáis de alegría, porque Me dejáis compartir vuestra vida, que muchos no lo hacen.
  • No os aprovechéis de vuestra imaginación, creyendo que, porque Soy todo Misericordia, he de perdonar todo tipo de pecado que vosotros cometáis y os aprovechéis de Mi Bondad.
  • Siempre ponedMe a Mí, unido a vuestras intenciones, a vuestro trabajo, a todo lo que hagáis, para que todo lo hagamos en unidad, como Yo lo hago todo en la Unidad de Mi Trinidad Sacrosanta.
  • Nunca dudéis, Mis pequeños que un alma que vosotros conozcáis de algún hermano vuestro, al que hayáis visto que ha vivido en el mal por muchos años, pueda tener una transformación hacia el bien, esto está en Mi Poder.

Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Llevad Mi Mensaje de Amor a todos los pueblos de la Tierra y hacedles saber a vuestros hermanos, que Yo, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, estoy con todos vosotros.
Hijitos Míos, Yo voy a través del mundo tratando de enderezar los caminos de aquellos hermanos vuestros que Me están fallando, vuestras oraciones ayudan, en gran manera, a ésa hermandad que vosotros manifestáis a través de vuestras oraciones y a través del deseo de lograr la salvación de vuestros hermanos. Es invaluable, Mis pequeños, ante Mis Ojos y, todas ésas bendiciones que reciben vuestros hermanos por vuestra intercesión, ciertamente se os están regresando a vosotros, para que también vosotros gocéis del logro que vosotros obtenéis en la salvación de vuestros hermanos.
Vuestro interés, Mis pequeños, por ayudarMe a salvar almas, os acarrea, definitivamente, un bienestar espiritual. Vosotros, sois protegidos por Mí y, también, os consiento, dándoos lo que necesitáis de aquí del Mundo y, así, no solamente recibís en lo espiritual sino, también, en lo material. Yo conozco vuestras necesidades, tanto materiales como espirituales y consiento más a aquellas almas que están Conmigo y que están haciendo bien su parte espiritual, que es lo más importante en el hombre, ya que si vosotros salváis a un alma, Mis Bendiciones caen fuertemente sobre vosotros y los vuestros.
Ciertamente, estáis viendo mucho mal a vuestro alrededor y, aparentemente, a pesar de vuestras oraciones, no logran cambiar muchas almas que vosotros quisierais cambiar, pero de eso no os preocupéis, Mis pequeños, dejádMelo a Mí, que Yo Me haré cargo de lo que vuestras oraciones desean, estad seguros que nada se pierde. Cuando vosotros, en la oración, confiados estáis y Me pedís por vuestros hermanos, ya sea en lo individual, como para pueblos o naciones, para todo el Mundo o para el Universo entero, vuestra oración nunca será desoída.
Ciertamente habrá muchos cambios con ésta Purificación que se ha de venir. Escucho el clamor de Mi pueblo, el clamor de aquellas almas que están conmigo y se dan cuenta de que esto que estáis viviendo, en cierta forma, es insufrible. Vosotros no fuisteis creados para sufrir de la manera en que estáis sufriendo, satanás se aprovecha de las situaciones, pero vosotros no os debéis dejar amedrentar por él, la oración es mucho más poderosa que los ataques de él.
Orad por vuestros hermanos que tienen una Fe muy raquítica. Ciertamente, muchos de vosotros, habéis ido creciendo a lo largo del tiempo, desde vuestro primer encuentro Conmigo, vuestro Dios y Creador. Antes no confiabais en Mí, no orabais o si lo hacíais, no lo hacíais con verdadera Fe de que ibais a recibir lo que pedíais. Ahora, vais orando, vais recibiendo y os alegráis de todo ello, porque así os dais perfectamente cuenta de que os estoy escuchando; sí, Mis pequeños, aún en las pequeñas cosas, estoy con vosotros.
Así pues, Mis pequeños, no dudéis en ningún momento, confiad en Mí, vuestro Dios, de que Yo estoy observando todos los acontecimientos y los voy guiando para su mejor fin y para la salvación de vuestras almas. Orad por los que no oran, agradadMe, Mis pequeños, tomando la posición de Mi Hijo Jesucristo, que Él veía por Mis intereses en todo momento y haced que vuestra vida sean Mis intereses y ya no vuestros intereses.
Os bendigo, Mis pequeños, llevad Mi Mensaje de Amor a todos los pueblos de la Tierra y hacedles saber a vuestros hermanos, que Yo, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, estoy con todos vosotros y que todos, todos, tenéis el derecho de entrar en algún momento en el Reino de los Cielos.
Os amo, Mis pequeños, recibid Mi Bendición de Padre, os amo. Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Cuando acudís a Mí, Me llenáis de alegría, porque Me dejáis compartir vuestra vida, que muchos no lo hacen.
Hijitos Míos, vosotros podéis hacer grandes cosas con vuestras pequeñeces. No es necesario que tengáis que hacer cosas extraordinarias, como sacrificios, que casi pongan a vuestra vida en peligro, hechos, que no solamente os pueden llevar a un peligro grande, sino que también puedan afectar hasta vuestra humildad. Lo que Yo os pido, es lo de todos los días, bien lo sabéis y, además, detalles que queden entre Yo y vosotros. No necesitan saber vuestros hermanos lo que estáis haciendo, tanto en oración como en donación, para ayudarMe en la salvación de las almas.
Así como vosotros trabajaréis y estáis trabajando en lo secreto para Mí, vuestro Dios y, digo en lo secreto, queriendo decir en humildad, en sencillez, así es como Yo quiero que trabajéis cuando no estéis trabajando en grupos, porque al estar Conmigo en lo íntimo, en lo sencillo, Me gustan mucho éstos detalles que vosotros Me ofrecéis.
Os he dicho que hay infinidad de almas en las que Yo no cuento para nada en su vida. Viven por vivir, viven al día y, en lo espiritual, no digamos lo mal que viven. ¡Si vosotros, conocierais Mi Corazón, si vosotros realmente entendierais lo que la palabra, “Padre”, significa a nivel Divino!, no os podríais imaginar cuánto os amo, no entenderíais tanto Amor y, quizá, a veces, esto se os haga hasta demasiado en palabras, pero en hechos, es muchísimo más difícil el querer entender la palabra “Padre” a nivel Divino. Y, esto es porque os he creado Yo, Mis pequeños, os he creado para que vosotros gozarais de Mis bienes, de todo lo creado, tanto en lo material como espiritualmente hablando. Recibís bendiciones continuamente día y noche, porque os estoy cuidando, os voy protegiendo, os voy guiando por el camino que Yo quiero que llevéis para completar, primeramente, vuestra vida, para que podáis vosotros dar lo más que podáis darMe de vuestros actos y de vuestra existencia.
Como o dije, no os podéis imaginar, a nivel Divino, cuánto os amo y, simplemente, con esto que os estoy diciendo, es como para que vosotros os arrodillarais ante Mi Presencia, pusierais vuestra frente en el suelo y Me agradecierais de corazón tanto Amor que os tengo a cada uno de vosotros, aún sabiendo que vosotros cometéis faltas contra Mi Sacratísimo Corazón y que vosotros no tenéis las capacidades espirituales como para agradarMe.
Vuestra sencillez, vuestra humildad, vuestro amor, dándoMe vuestras pequeñas cosas de cada día, dejándoMe acompañaros en vuestras obligaciones de estado de cada día, tomándoMe en cuenta en cada situación de vuestra vida, de todos los días. Cuando Me dais Mi lugar, como vuestro Padre y Creador que Soy, cuando Me preguntáis qué es lo que quiero o Me pedís ayuda para resolver algún detalle de vuestra vida, de vuestro trabajo, de vuestras relaciones sociales o familiares. Cuando acudís a Mí, Me llenáis de alegría, porque Me dejáis compartir vuestra vida, que muchos no lo hacen.
Cuando Yo Soy parte de vuestra existencia, muchos de vosotros sabéis cómo pago, os lleno de Bendiciones, Mi Presencia está con vosotros, el Cielo llega a vosotros, porque el Cielo Soy Yo.
No desperdiciéis pues la oportunidad que tenéis, Mis pequeños de agradarMe día a día, tomándoMe en cuenta para vuestros actos de cada día, sean de lo que sean, compartidMe y veréis la diferencia. Ya no haréis vosotros vuestras cosas por vosotros mismos y para vosotros mismos, si Me llamáis, Yo ahí estaré y os daré todo lo que necesitéis.
Os bendigo, Mis pequeños, gracias, Mis pequeños.
Tercer MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: No os aprovechéis de vuestra imaginación, creyendo que, porque Soy todo Misericordia, he de perdonar todo tipo de pecado que vosotros cometáis y os aprovechéis de Mi Bondad.
Hijitos Míos, cuando vosotros Me pedís Sabiduría, estáis pidiendo el don del Espíritu Santo. Os he pedido varias veces que Me pidáis el don del Espíritu Santo, que os va a dar un Discernimiento Santo para todos los acontecimientos que estáis viviendo, y se han de venir, para bien de toda la humanidad.
Ciertamente, estáis tan acostumbrados a las cosas del mundo, que no necesariamente vais a ver con buenos ojos lo que Yo voy a permitir para vuestra purificación. Os he dicho que Soy un Dios Misericordioso y, que de Mí, solamente puede salir bien, un bien para cada uno de vosotros, un bienestar para todo el género humano, pero no para aquellos que no están Conmigo, que, aunque quisiera que se salvaran, ellos mismos se oponen a Mi Gracia y a Mi Amor.
Os he explicado que Yo no condeno, las almas que se han satanizado, han llegado a tal grado de necedad espiritual y de ataque a todo lo Mío, a todo lo que viene de Mí, que ellos se apartan totalmente de Mi Fuente de Gracia, de Mi Fuente de Perdón y de Misericordia.
Entended bien, Mis pequeños, que cuando las almas se condenan, es porque ellas mismas lo piden, no porque Yo las condene, así que, si no estáis vosotros en ésa situación, buscad pues la santidad y buscad el ser mejores, porque os he dicho que todos, todos vosotros tenéis derecho al regreso a vuestro Hogar Celestial y eterno.
Ciertamente, os ensuciáis con el pecado que existe en el mundo y, aunque os ensuciáis y caéis, vosotros tenéis Mi Perdón si Me lo pedís, si lo buscáis y, sobre todo, si ponéis de vuestra parte para no volver a ofenderMe y ensuciaros nuevamente con el pecado que cometisteis y con otros muchos que podéis cometer. Conozco vuestra naturaleza caída y vuestra naturaleza puede caer muchísimas veces porque os atrae el mal, os atrae lo prohibido, os atrae todo aquello que puede mover vuestros sentidos humanos hacia el mal pero, tan pronto como os dais cuenta del error en el que caísteis y, volteáis hacia Mí, en ése momento Yo también Me manifiesto, Mi Misericordia os abraza y os perdona cuando vosotros Me pedís el perdón de vuestros pecados y una ayuda para no volverlos a cometer.
Ved Mi Misericordia antes que Mi Justicia, Mis pequeños, Yo Soy todo Amor y siempre estaré buscando vuestra salvación eterna. No malinterpretéis Mis Palabras, no imaginéis cosas que no existen sobre Mí, Soy todo Amor, todo Perdón, todo Misericordia, pero también Soy todo Justicia cuando ésta se tiene que dar, porque hay Justicia para buenos y hay Justicia para malos, no puedo ser igual con unos como con otros. Si vosotros mismos juzgáis en el mundo a los que os tratan bien y a los que os tratan mal, ¿qué acaso no tengo Yo ése mismo derecho?
Así que, tened cuidado también con lo que hacéis, porque si obrasteis en el bien, bien tendréis, pero si obrasteis en el mal, también vuestro castigo tendréis. Así pues, no os aprovechéis de vuestra imaginación, creyendo que, porque Soy todo Misericordia, he de perdonar todo tipo de pecado que vosotros cometáis y os aprovechéis de Mi Bondad. Ciertamente, os amo infinitamente, porque Yo os creé, pero también os exijo que, para que tengáis de Mis Bienes, tenéis que cumplir con ciertos requisitos, como son principalmente los Mandamientos que os he dado, así que, si no cumplís con ellos, ciertamente, Mi Justicia también os llegará y, ésta se dará en Misericordia. Sí, trataré de buscar vuestro perdón en todo momento si vosotros os arrepentís, pero Mi Justicia, os juzgará correctamente y tendréis, al final, lo que vosotros cultivasteis a lo largo de vuestra existencia.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Siempre ponedMe a Mí, unido a vuestras intenciones, a vuestro trabajo, a todo lo que hagáis, para que todo lo hagamos en unidad, como Yo lo hago todo en la Unidad de Mi Trinidad Sacrosanta.
Hijitos Míos, Yo no Soy un Dios elitista, vosotros sois Mi Creación, vosotros sois los que cometéis ése grave pecado de soberbia al sentiros unos superiores a los otros, por causa de los recursos económicos que tenéis.
Mis pequeños, Yo veo vuestras almas y voy a juzgar vuestras almas, no voy a juzgar qué cantidad de dinero tenéis cada uno de vosotros ni tampoco voy a juzgar más benévolamente a aquellos que tengan más dinero, como lo hacéis vosotros en vuestro mundo, que les dais los mejores lugares y tratáis mejor a los que más dinero tienen que a aquellos que no lo tienen.
Qué sorpresa os llevaréis vosotros, los que más dinero tenéis, creéis que podréis comprar el Cielo con vuestras propiedades, con vuestros bienes y, especialmente, porque estáis acostumbrados a ello. El Cielo se compra con Amor, no con bienes materiales, ¿de qué Me sirven vuestros bienes materiales si Yo Soy el Dueño de todo? Si acaso los tenéis, es porque Yo lo he permitido u os he dado las capacidades para que lo podáis hacer. Si no lo tenéis, os he dado dones, dones, que son más importantes que cualquier cantidad de bienes materiales que podáis tener y, así, ciertamente, hay hombres buenos con mucho dinero, pero también hay hombres malos o muy malos, también con mucho dinero. También hay hombres buenos con poco dinero, pero también muy malos, también, con poco dinero. Por eso os vuelvo a repetir, Yo no Me fijo en los bienes que tengáis dentro de lo material, Yo Me fijo en lo que hayáis hecho de bien con los dones que Yo os concedí a cada uno de vosotros cuando bajasteis del Cielo a servirMe.
Los dones, son para que vosotros os vayáis perfeccionando en el Amor. Los dones, os llevan a la Sabiduría, los dones os llevan a vivir en las virtudes, los dones, os llevan a servir a vuestros hermanos y no a aprovecharos de ellos. Los dones, os llevan a la perfección, y al Cielo no entran almas que no sean perfectas en el Amor y, esto es, la santidad. Vosotros debéis utilizar los dones que Yo os he dado, sean cuales fueren, para crecer en perfección en el Amor, y no para acrecentar los bienes materiales que podáis hacer y, a veces, aprovechándoos de vuestro hermanos, quitándoles lo mucho o lo poco que tengan dentro de lo material, para solamente enriquecer vuestras arcas, pero os vaciáis de lo espiritual y, con ello, ponéis en peligro vuestro futuro eterno.
Esto os lo he explicado muchas veces, pero muchos de vosotros no entendéis, especialmente cuando estáis buscando puestos políticos, puestos de trabajo que os van a dejar más dinero, puestos empresariales en donde estáis buscando solamente crecer en vuestras empresas y ganar más de los bienes del mundo. Bienes materiales, bienes vacíos, bienes fríos, que no os llevan hacia la perfección espiritual.
Si Yo permito, o he permitido, en vuestra vida, mucho de los bienes materiales, debéis utilizarlos para el bien, ayudando a vuestros hermanos. No necesariamente repartiendo a vuestros hermanos de vuestros bienes porque, muchas veces, solamente el repartir, con ello no les vais a ayudar en gran cosa, les daréis de comer uno, dos, tres días, pero realmente no les ayudaréis a tener una entrada constante que les ayude a vivir a ellos y a sus familias. Si os he concedido de los bienes de la Tierra, es para que ayudéis a vuestros hermanos a que, con un trabajo, ellos también puedan ganarse la vida dignamente, respetando los bienes de los demás y también compartiendo de lo que ganen con aquellos que ya no pueden trabajar.
Todo esto, Mis pequeños, lo debéis hacer con Sabiduría y con mucho amor, siempre tratando de servir a vuestros hermanos y, siempre, preguntándoMe a Mí, vuestro Dios, cómo debéis hacer las cosas.
Os dije en Mensajes anteriores, que Me debéis tener siempre a Mí presente en vuestra vida. En los momentos en que no sepáis cómo os debéis conducir, debéis acudir a Mí, Yo os daré la respuesta. En los momentos en que estáis actuando y que hacéis las cosas, que aparentemente conocéis bien, ofrecédMelas, para que salgan mejor. Siempre ponedMe a Mí, unido a vuestras intenciones, a vuestro trabajo, a todo lo que hagáis, para que todo lo hagamos en unidad, como Yo lo hago todo en la Unidad de Mi Trinidad Sacrosanta, nunca Me hagáis a un lado; si hacéis todo Conmigo, todo saldrá perfecto.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: Nunca dudéis, Mis pequeños que un alma que vosotros conozcáis de algún hermano vuestro, al que hayáis visto que ha vivido en el mal por muchos años, pueda tener una transformación hacia el bien, esto está en Mi Poder.
Hijitos Míos, así como Yo tomo almas y éstas almas viven en el bien y, además, os dan buen ejemplo, también hay almas que toma satanás y son las que os atacan, las que producen temores a vuestro alrededor, las que os llevan a vivir sin paz y no tener ésa armonía que deben tener todas las almas que están Conmigo.
Mis pequeños, vosotros, los que estáis Conmigo, que habéis permitido que Yo entre a vuestro corazón, dais fruto, vuestras obras así lo dicen. Sois almas agradables a Mis Ojos, ayudáis a vuestros hermanos en múltiples formas y, os quieren. Vosotros producís un ambiente de paz y de amor a vuestro alrededor, las almas se acercan a vosotros a pedir apoyo, a pedir consejo, a pedir algún tipo de ayuda, no necesariamente sólo material sino, a veces, aunque sea para que les escuchéis y les podáis convidar de vuestra Sabiduría con la que Yo os he regalado.
Las almas malas, que se han dejado posesionar por satanás, causan problemas, no viven en paz ni ellas mismas. Vuestros hermanos se apartan de ellas, no transmiten alegría ni paz ni amor. No se les tiene confianza, salen de ellas palabras malas, ataques, groserías, maldad. No os gusta convivir con éste tipo de almas porque no producen un bien. Vosotros mismos os dais cuenta de que su corazón no está lleno de Mí, no viven para Mí, no transmiten Mi Vida y no os acercáis a ellas porque no hay crecimiento espiritual con que os puedan ayudar.
Hay almas que se van satanizando cada vez más y más. Estas son las que van causando mayores problemas a vuestro alrededor, en la sociedad, en los gobiernos. Ellas pertenecen a sectas secretas, sectas satánicas que mueven los hilos de la historia sin que vosotros os deis cuenta. Causan guerras, mueven la economía como les parece, causan revueltas sociales, afectan a miles o a millones de personas en diferentes formas, pero siempre en lo malo. A éstas almas, vosotros debéis ayudarlas. Os he dicho que cuando están satanizadas, ellas mismas se alejan de Mis Gracias y de Mis Bendiciones, pero hay muchas de ellas que están presionadas por sus superiores y quisieran zafarse de éstas almas malas y, aunque tienen cierta maldad en su corazón, hay arrepentimientoPor ellas, sí os pido que intercedáis para que se puedan zafar de la maldad, vuestras oraciones serán escuchadas y muchas de éstas almas podrán salvarse y vivir nuevamente Conmigo en el bien.
Nunca dudéis, Mis pequeños que un alma que vosotros conozcáis de algún hermano vuestro, al que hayáis visto que ha vivido en el mal por muchos años, pueda tener una transformación hacia el bien, esto está en Mi Poder y en vuestro poder, que es el orar por ellas, intercediendo por ellas de todo corazón.
Recordad que Yo os voy a Juzgar por el bien que salga de vuestro corazón. No juzguéis, como os he dicho otras veces, en vosotros no está el juzgar, porque no conocéis los corazones. En vosotros está el producir amor y amor es velar precisamente por éstas almas que están viviendo en el error y en el pecado grave.
Ciertamente muchas almas son engañadas por éstos grupos secretos y, tontamente por querer tener más de los bienes del mundo, empiezan a trabajar para éstos hermanos vuestros que viven satanizados.
Debéis salvarles, así como Mi Hijo Jesucristo os salvó a cada uno de vosotros, si no hubiera sido por Su Donación, por Su Sangre, por Su Muerte, vosotros no tendríais derecho al Reino de los Cielos. Él se dio por todos, aún por los más malos.
Obrad pues en Misericordia, como Mi Hijo obraba en Misericordia por cada uno de vosotros. No despreciéis ningún alma, porque Yo también podría despreciaros a vosotros por no actuar en amor.
Vivid unidos a Mi Corazón, Mi Amor es Infinito, Mi Amor perdona todo, Mi Amor ama aún al más malo, así debéis amar a vuestros hermanos, orando por ellos, transformándolos con vuestra oración de corazón, vuestra oración les va a abrir los ojos a un nuevo horizonte que no conocen y muchos hermanos vuestros que vivían en el error y en el pecado, en su transformación espiritual pueden llegar a obtener una mejor y mayor espiritualidad que vosotros mismos. Así que no juzguéis, ayudadles, salvad almas, porque si vosotros os salvaréis, es porque Mi Hijo se dio por vosotros. No escatiméis vuestras oraciones, vuestras donaciones por vuestros hermanos, porque Mi Hijo se dio en totalidad por todos vosotros.
Gracias, Mis pequeños.