La Virgen advierte en Garabandal que el Milagro además de los presentes en el entorno geográfico de Garabandal lo verá un obispo muy especial: el Papa lo verá esté donde esté. Para el primer obispo de América, la señal que dio la Virgen y el milagro que ocurrió delante de él le llevaron a cumplir el mandato de la Señora. Para el primer obispo del mundo es lógico suponer que también le llevará a cumplir un importante encargo que ayudará a la conversión del mundo.
En el Apocalipsis se describe una gran señal que apareció en el Cielo relativa a la Mujer vestida como aparece en la señal de Guadalupe. Sin duda la señal milagrosa de Guadalupe y la señal-milagro de Garabandal son partes de un mismo plan de conversión adaptado a cada momento de la historia. Pero antes de llegar el desenlace feliz, tanto en Guadalupe como en Garabandal, hay un intervalo en que las circunstancias impiden a la Virgen dar la señal prometida, fruto como dice el Nican Mopohua de su amable palabra. En Guadalupe, la enfermedad del tío de Juan Diego, impidió que la señal llegara a su destinatario cuando estaba previsto, si bien finalmente resultó para mayor gloria y confirmación de las palabras de la Virgen. En Garabandal nos encontramos ahora en ese intervalo y es seguro que el cumplimiento de la promesa de la Virgen ya no puede tardar.
En este enlace puede conocer con mas detalle la historia de la advocación de la Virgen de Guadalupe y su relación con el Apocalipsis.
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