Rosario vespertino.
Temas:
- El alma que Me busca, que Me ama, está pendiente de Mí, como Yo estoy pendiente de vosotros y, son tan pocas las almas en las cuales Yo Me puedo recostar en su corazón y descansar, al menos unos momentos.
- Os vuelvo a repetir lo que Mi Hijo os dijo: “Buscad el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura”, es Mi Promesa, seguidla, Mis pequeños.
- No sabéis leer los signos de los tiempos, todo está avisado en las Sagradas Escrituras y, quizá, por no querer preocuparos, no os queréis dar cuenta de que ya el tiempo está sobre vosotros.
- Os pido que oréis por aquellos hermanos vuestros, aquellos que son almas donadas a Mí, plenamente. Aquellas de las que os dije que son Mis almas consentidas, en las que puedo Yo reposar.
- Sed de ésos santos de los que os hablé, de ésos santos que entendieron que cuando son tomados por Mí, vuestro Dios, deben desaparecer, su voluntad debe desaparecer, para que Mi Voluntad se dé perfectamente en ellos.
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: El alma que Me busca, que Me ama, está pendiente de Mí, como Yo estoy pendiente de vosotros y, son tan pocas las almas en las cuales Yo Me puedo recostar en su corazón y descansar, al menos unos momentos. Hijitos Míos, no minimicéis ni despreciéis el valor de la oración. Si ésta no fuera tan importante, Mi Hijo no os la hubiera enseñado. Él mismo, estando entre vosotros, en aquél tiempo, oraba continuamente, rezaba, se apartaba de los demás para estar en unión íntima Conmigo. En las Escrituras podéis leer que pasaba, a veces, noches enteras, en Presencia Conmigo, Su Padre.
Mis pequeños, cómo quisiera Yo, vuestro Padre y vuestro Dios, que pudierais hacer algo similar, como lo hacía Mi Hijo. Si comprendierais, como os dije, el valor de la oración, no la dejaríais de hacer. Vuestra vida debe ser oración continua Conmigo.
Yo os di el don de la vida y bajasteis a la Tierra a hacer el bien, a seguir una misión que Yo os concedí.
Os portáis en forma soberbia cuando vosotros no acudís a Mí, a pedirMe ayuda, consejo y cuidado para con vuestra vida y, sobre todo, para poder llevar a cabo, con Sabiduría, con perfección, la misión que a cada alma le encomiendo al bajar a la Tierra.
Suena fuerte lo que os digo, que actuáis con soberbia y, también, podríais decir que es distracción o que simplemente no os importa estar Conmigo y pedirMe lo necesario para poder cumplir vuestra misión. Todo eso, realmente se puede dar.
Pero hay soberbia de vuestra parte, porque el hombre actúa así; se siente que puede hacer todo y que no necesita ningún tipo de ayuda Mía, sentís que os merecéis todo y que Yo tengo la obligación de estar cuidando de vosotros, sin que vosotros retribuyáis algo, en agradecimiento por Mis cuidados hacia vosotros.
Desperdiciáis Mi Presencia, Mis Consejos, Mi Sabiduría y Mi Amor, porque con todo esto y más, podríais hacer cosas extraordinarias, pero muchos de vosotros, alejados de Mí estáis. Otros, dais lo mínimo posible y muy pocos, muy pocos, se atreven y, lo quiero decir así, se atreven a buscarMe y hacer algo más por Mi Reino y, sobre todo, para agradarMe, pero esos, son los menos.
El alma que Me busca, que Me ama, está pendiente de Mí, como Yo estoy pendiente de vosotros y, son tan pocas las almas en las cuales Yo Me puedo recostar en su corazón y descansar, al menos unos momentos. Pocas son las almas en las cuales Yo puedo gozar de su paz, que es la Paz que Yo les concedo, porque Me buscan, porque Me aman, porque quieren vivir para Mí.
¡Cuánto podría Yo hacer por vosotros! Recordad que acrisolo a las almas para ponerlas a prueba, a ver si son almas en las cuales Yo pueda confiar y Me pueda Yo sentir a gusto al vivir en ellas.
Haced un esfuerzo mayor, Mis pequeños, para que Yo Me pueda deleitar en vosotros, en vuestro corazón, como lo hacía con vuestros Primeros Padres, antes del Pecado Original.
Estas almas que Me buscan y que Me consienten, son las almas que Me dan contento, son almas santas, son almas en las que puedo confiar, que no tienen ningún revés, son de una sola pieza y, a través de ellas, son en las que Yo puedo hacer grandes cosas.
Son almas a través de las cuales Me manifiesto, como vosotros lo podéis constatar en la vida de muchos hermanos vuestros, que son los ejemplos entre vosotros, que son los santos de la Iglesia, son almas y han sido almas que Me dan mucho contento y Yo quisiera que todos vosotros fuerais así. Ciertamente sufren, porque no son almas muy aceptadas entre los hombres, porque las ven raras, diferentes, que parece que no viven en el Mundo, que distraídas están de las cosas del Mundo y, es verdad, Mis pequeños, ellas están Conmigo, Me ven a Mí y el Mundo pasa a un segundo plano, pero, ciertamente atienden al Mundo orando, ayudando, intercediendo.
Sed pues de éstas almas que Me traen mucho amor a Mi Corazón y en las cuales Yo puedo descansar, Yo puedo olvidar por un momento tanto desamor, tanta maldad, tanta grosería y blasfemia contra Mi Santísimo Nombre, porque éstas almas, éstas almas que amo tanto, se han llenado de Mi Amor. Sed como ellas y dejadMe también morar plenamente en vosotros. Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: Os vuelvo a repetir lo que Mi Hijo os dijo: “Buscad el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura”, es Mi Promesa, seguidla, Mis pequeños. Hijitos Míos, hace algunos años os avisé que cuando se vinieran ya los últimos momentos previos a la purificación, se iba a saber todo lo que había estado escondido para el Mundo, y Me refiero a la maldad que os rodea. Se abrirán las cloacas, os decía, saldrá la inmundicia de satanás, se conocerá cómo habéis sido atacados por satanás y máxime ahora, en que él se siente fuerte, poderoso y, de hecho, imparable, porque ya ha tomado todo su poder. Es el dragón de las siete cabezas que ya se implantó en el Mundo, y esto sucedió porque poco caso hicisteis a Mis Palabras, que os advertían desde hace mucho, mucho tiempo, que esto iba a suceder. Tenéis todo esto anunciado en las Sagradas Escrituras y no os importó leer todo esto que se os advirtió y menos hacer un plan para contrarrestar toda la maldad de satanás.
Sí, Mis pequeños, vosotros no planeáis, prácticamente nada y menos si se trata de Mí, vuestro Dios y de lo que a Mí se refiere.
Yo Soy el Olvidado, ¿de qué os ha servido de que Mi Hijo se diera totalmente por vosotros?, que Lo crucificaran, que Lo asesinaran. Se dio para vuestro crecimiento espiritual, se dio para abrir las Puertas del Paraíso que estaban cerradas por el Pecado Original. Se dio para mostraros que es Dios, porque fue asesinado, pero Resucitó. Se dio para daros una nueva vida, para que crecierais con Sus Enseñanzas y para que fuerais perfectos, como Yo, vuestro Padre, Soy Perfecto, pero ¿cuántos, cuántos de vosotros apreciáis esto y todo lo demás que hizo por vosotros y lo que hemos hecho por vosotros?
En cambio, hicisteis trato con satanás y a él sí le seguís, le obedecéis y, ¿qué habéis ganado siguiéndole y aceptándole todo lo que os ha enseñado? Para vosotros ha sido maldad, destrucción y no ganasteis nada con él, al contrario, perdisteis, perdisteis un gran Tesoro, Me perdisteis a Mí, y a Mi Santísima Trinidad.
Al no buscarMe, al rechazarMe y algunos, hasta atacarMe, lo único que lograsteis ha sido que os vaya mal en vuestra misión sobre la Tierra. ¿De qué sirvió, para la gran mayoría de vosotros, que Yo os enseñara tanto a través de Mi Hijo, que os mandara Mi Amor, Mi Paz, los Sacramentos e innumerables regalos a través de Mi Hijo?, de nada ha servido, porque muchos, muchos se siguen condenando.
¡Cuánta maldad lleváis en vuestro corazón! No queréis hacer caso de Mis advertencias pero, sobre todo, no os queréis arrepentir de vuestra mala vida. Estáis cegados con el poder del maligno y lo aceptáis en vuestra vida, porque os concede las tonterías que vosotros le pedís con vuestra inteligencia humana.
Ya os he dicho que ésta es la gran diferencia entre los hijos de satanás y los hijos Míos. Los que están con satanás y le pertenecen, actúan con inteligencia humana. La inteligencia humana, ya os he dicho que, deja mucho qué desear. En cambio, los que se han dejado mover por Mi Sabiduría Divina, ésas almas son las que dejan huella en la historia y ayudan a muchas otras almas a salvarse.
¡Cuánto error habéis dejado entrar en el Mundo, y en vuestra vida! “Buscad el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura”, os dijo Mi Hijo y eso no os conviene, a la gran mayoría de vosotros, porque se os pide vivir correctamente y ¿cuántos de vosotros, realmente queréis vivir en rectitud, honestamente?
Os vuelvo a repetir lo que Mi Hijo os dijo: “Buscad el Reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura”, es Mi Promesa, seguidla, Mis pequeños. Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: No sabéis leer los signos de los tiempos, todo está avisado en las Sagradas Escrituras y, quizá, por no querer preocuparos, no os queréis dar cuenta de que ya el tiempo está sobre vosotros. Hijitos Míos, os he anunciado que los tiempos ya no son cortos, sino inminentes, que ya estáis viviendo la purificación, que ya estáis viviendo el inicio de lo más grave de la purificación, y no entendéis, la gran mayoría de vosotros. Aún, muchos de aquellos que son avisados de alguna forma a través Mío o de Mi Santo Espíritu de Amor, ni aún así creen.
En las Sagradas Escrituras, también, os prevengo para que siempre estéis preparados cuando el tiempo de la prueba se acerque ¿acaso no sabéis leer los signos de los tiempos? Los mismos judíos, quienes tenían los Libros Sagrados, no han aprovechado todo esto que os he dicho. No sabéis leer los signos de los tiempos, todo está avisado en las Sagradas Escrituras y, quizá, por no querer preocuparos, no os queréis dar cuenta de que ya el tiempo está sobre vosotros.
¿Cuántos de vosotros quedaréis después de la gran purificación? No quisisteis creer, a pesar de que tuvisteis múltiples oportunidades de arrepentiros y de manteneros en Mí.
¡Cuánto dolor le procuráis a Mi Corazón! Ciertamente, es Mi Justicia, vosotros recogéis lo que habéis sembrado. Hay mucho que debéis aprender y mucho más que debisteis haber aprendido, pero no lo aprovechasteis, no quisisteis vivir bajo Mi Tutela de Padre, de Dios, de Amigo.
Os he dicho que, con vuestra oración, vuestras penitencias, ayunos, sacrificios, todavía podréis aminorar el castigo que se os viene, la tribulación que ya está sobre vosotros dándose. Mucho mal os podréis quitar de encima, pero tenéis que hacer un cambio verdadero de vida y muchos le teméis a éste cambio.
En las Escrituras se os dice que dejéis el hombre viejo y os revistáis del hombre nuevo. Para lograr esto, Mis pequeños, necesitáis Sabiduría Divina, que no queréis pedirMe. Debéis dar el primer paso, que tanto os he dicho que deis para cambiar, para perfeccionaros pero, ni siquiera, el primer paso queréis dar y muchos os arrepentiréis de no haberlo hecho.
Entended, Mis pequeños, que os amo infinitamente. Sed valientes, arrojados, dadMe Mi lugar en vuestra vida y llevadMe en vuestro corazón y así, aseguraréis vuestro triunfo eterno. No Me hagáis a un lado en vuestra vida y, tened cuidado con ello, porque aquél que prefiere el Mundo antes que a Mí, pierde mucho y podéis perderos eternamente.
Os amo y os busco continuamente porque os amo pero, ciertamente, que no estamos en la misma sintonía. Yo derramo Mi Amor por vosotros continuamente, pero vosotros no queréis entender ni os queréis confiar plenamente a Mí, os estáis perdiendo de regalos inconmensurables por no estar Conmigo. Vosotros tenéis la culpa del mal que se manifiesta en vuestra vida, porque no estáis protegidos por Mi Gracia, porque no la queréis tomar, porque no queréis estar Conmigo. Aquellos que, sabiamente, se han unido a Mí, que Me han buscado de todo corazón, que respetan Mis Preceptos y Mis Leyes, estos verdaderos hijos, se merecen todo Mi Bien y son ejemplo entre vosotros.
Entended, Mis pequeños, antes de que sea demasiado tarde, para una gran mayoría de vosotros, y os ganéis la condenación eterna. Sí, Mis pequeños, eterna. Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: Os pido que oréis por aquellos hermanos vuestros, aquellos que son almas donadas a Mí, plenamente. Aquellas de las que os dije que son Mis almas consentidas, en las que puedo Yo reposar. Hijitos Míos, os he pedido que oréis los unos por los otros pero, ahora, os pido que oréis por aquellos hermanos vuestros, aquellos que son almas donadas a Mí, plenamente. Aquellas de las que os dije que son Mis almas consentidas, en las que puedo Yo reposar. Orad doblemente por ellas, primeramente, porque ellas Me producen mucho contento y Yo les concedo infinidad de bienes, los cuales se reflejan en vosotros, porque un alma que está Conmigo, al volverse otro Cristo, está intercediendo constantemente por vuestro bienestar y, eso es por lo segundo que quiero que oren porque, por su oración, evitan que mucho mal llegue a la Tierra y, eso, a todos vosotros os conviene.
Protegedlas con vuestra oración, con vuestra donación, y también ofreciendo cosas grandes por estas almas escogidas por Mí, que fueron creadas para ello porque, lo más importante que Me dan es su “sí”, su “fiat”. Lo que quiero para estas almas, de parte de vosotros, es que protejáis a éstas almas que Yo Creo, de vez en vez, para que velen por la humanidad. Realmente, es su donación, su unión perfecta con Mi Hijo, Jesucristo, lo que hace que Mi bien se derrame sobre vosotros, porque ellas ya se han olvidado de sí mismas, como así también lo hizo Mi Hijo y éstas almas, que se donan así y por las que vosotros recibís Mis Bendiciones, por su intercesión, son almas muy atacadas por satanás. Por eso os pido que las protejáis con vuestra oración y con todo lo demás que podáis hacer por ellas, sacrificios, penitencias, ayunos, porque a través de ellas, vosotros recibís innumerables bienes del Cielo.
Sed agradecidos, Mis pequeños. Ciertamente, si Yo no os digo esto, hubieran pasado desapercibidas para vosotros estas almas, que se dan por cada uno de vosotros, porque se han unido perfectamente a Mi Hijo Jesucristo. Cubridlas con vuestra oración, protegedlas de todo mal y, sobre todo, porque a vosotros os ayudan a no sufrir tanto. Uníos a ellas lo más que podáis y aprended de estas almas que mucho os pueden enseñar. Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: Sed de ésos santos de los que os hablé, de ésos santos que entendieron que cuando son tomados por Mí, vuestro Dios, deben desaparecer, su voluntad debe desaparecer, para que Mi Voluntad se dé perfectamente en ellos. Hace tiempo, Mis pequeños, os hablé de lo que es la madurez en el Amor. Que no fuerais como los niños, que nada más piden y piden, que son, en cierta forma, egoístas. Quieren toda la atención para ellos, quieren que se les esté consintiendo. Vosotros, ya fuisteis consentidos por Mí, os he enseñado mucho, tenéis mucho de Mi parte y ya sois de ésas almas que ya podéis dar, por el conocimiento que tenéis y porque Mis Gracias y Bendiciones se han derramado profusamente sobre vosotros.
Estos son tiempos de donación, estos son tiempos en que Me ayudaréis grandemente con vuestra donación. Al ser ya maduros espiritualmente, ya no buscáis, como el niño pequeño, el dame, dame, sino ahora, ya, al ser adultos, espiritualmente hablando, ya llegáis a Mí y Me decís que en qué vosotros Me podéis ayudar.
Mucho podéis hacer por Mí, Mis pequeños y por vuestros hermanos. Cuando vosotros os hacéis pequeños y os dais perfectamente por Mí, sois instrumentos perfectos.
El instrumento perfecto, es aquel que Yo puedo mover libremente, a Mí Voluntad, sin que ponga nada de su parte.
Imaginad que un martillo o un serrucho pudieran pensar y que los quisierais utilizar para hacer un mueble y, cuando los quisierais usar, cortando o clavando, no saliera de acuerdo a lo que tuvierais ideado, porque ellos se movieran y que todo os saliera mal.
Ciertamente es un ejemplo burdo, sencillo, pero debéis ser, Mis pequeños, olvidados de vosotros mismos, confiando plenamente en Mí, vuestro Dios y que no pongáis nada de vuestra parte y, sobre todo, que no pongáis en tela de juicio Mis decisiones sobre vosotros. Que Mi Voluntad se pueda dar plenamente sobre vosotros y, vosotros, ni siquiera preguntéis o dudéis de lo que Yo estoy haciendo a través de vosotros para el bien de vuestros hermanos.
Ciertamente, Mi forma de actuar y de pensar, es muy diferente a la vuestra. Os he dicho que Yo podría hacer las cosas sin necesidad de vuestra actuación, pero Yo deseo que vosotros seáis corredentores junto con Mi Hijo y, esto es un gran honor para una pequeña creatura, como sois vosotros. Os quiero premiar, ciertamente, de algo que no viene de vosotros, porque Soy Yo, a través de vosotros el que actuará, pero lo que Yo premio, es vuestra docilidad, vuestra confianza, vuestra Fe absoluta en Mí y, el premio que Yo os daré, será inmenso. Vosotros os alegraréis en recibirlo y Yo Me alegraré en dároslo, por eso os pido que actuéis en plena confianza en lo que Yo os pida. No dudéis, a pesar de que vuestra naturaleza humana os lleva a ello. Sed de ésos santos de los que os hablé, de ésos santos que entendieron que cuando son tomados por Mí, vuestro Dios, deben desaparecer, su voluntad debe desaparecer, para que Mi Voluntad se dé perfectamente en ellos. Gracias, Mis pequeños.
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