viernes, 6 de noviembre de 2015

“Esto que tú ahora escribes, no puedes comprenderlo todo; pero estos escritos servirán para convertir muchas almas”

Del Opúsculo: “Escritos Póstumos de la Sierva de Dios Madre María Ràfols”Documentos Hallados el Primer Viernes de Octubre de 1931 y el Día 29 de Enero de 1932.  (Con Aprobación Eclesiástica)
                   Nihil obstat.       Aloyslus Traglia S. R. C. Ass
               S. F. Subprom. Gen.
                Romae 1 Dec. 1931.
JESÚS, MARÍA, JOSÉVillafranca del Panadés, día 19 de Abril del año 1815
Mi dulce Jesús me manda escribir algunas de las mercedes tan grandes que he recibido y estoy recibiendo en estos días que por inspiración divina me encuentro en esta Casa, de tantos recuerdos para mi pobre alma. No obstante la repugnancia tan grande que siento, no puedo negarme más a los mandatos que mi Divino Maestro Cristo Jesús me está reprendiendo con una dulce seriedad. Mi Divino Maestro me enseña estos días a hacer la oración mental en una postura que yo nunca la había hecho así. Mi mayor gusto ha sido siempre hacer oración y como por el día siempre tengo muchas ocupaciones, procuro saciar estas ansias por la noche, cuando no soy vista de nadie. Así, pues, digo que la primera noche que llegué a esta Casita, la pasé en oración, y sobre las once oí la voz de mi Divino Maestro y me dijo estas palabras: “He aquí, Hija mía muy amada, el lugar designado para tu descanso y mi recreo. Yo te he traído a este santo lugar, que ya desde que tú naciste tomé posesión de él y de todo tu ser, eligiéndote para grandes empresas; por eso Yo he tomado un particular cuidado de ti; siendo yo mismo tu Maestro y tu Director, auxiliándome de mi Madre Santísima. Son grandes las gracias que vas a recibir en esta pobre morada. Primeramente quiero advertirte, Hija mía, que siempre que hagas oración por inspiración mía, a altas horas de la noche, cuando no seas vista de las criaturas, póstrate en tierra y con el rostro pegado a ella, me invocarás a Mí, y no te olvides nunca que eres tierra y en tierra te has de convertir. En esta postura permanecerás en oración hasta que de nuevo con toda claridad yo te visite.” 
AI instante que mi Dulce Jesús me dio este mandato, me postré con el rostro pegado a la tierra y me puse en oración por primera vez en esta postura; y tan impresionada estaba, que me fue imposible manifestar mis sentimientos de otra manera que con un profundo silencio y una copiosa lluvia de lágrimas que regaron hasta el suelo. En aquella feliz noche las gracias que recibió mi pobre alma, sólo el Corazón de Jesús puede comprenderlas. Con estas mercedes tan singulares, se enardeció mi pobre alma y prendió el fuego del puro amor de Dios en tal forma, que en aquellos instantes creí morir de amor.
Sobre las doce, poco más o menos, oí otra vez la voz de mi Dulce Jesús, con una dulzura y majestad que yo, miserable criatura, no soy capaz de saberlo explicar; pero mi Jesús quiere que lo escriba, y sólo por darle gusto a Él, yo lo haré lo mejor que sepa; pero ¡ay!, es tan difícil traducir al lenguaje humano las cosas divinas, que no sé cómo empezar, porque no se parecen en nada a estas cosas de la tierra. De pronto me vi toda iluminada con unas luces tan resplandecientes y una variedad de colores tan lindos que yo no sabía en aquellos instantes si estaba en la tierra o en el cielo, y no sabía decir otra cosa en aquellos momentos celestiales más que ¡oh, qué grandes son, Señor, vuestras moradas! Misericordia, Señor, misericordia para los pobres pecadores, no los privéis, Señor, de vuestro Reino. Están ciegos, no les toméis en cuenta lo que os hacen. No os aman, Señor, porque no os conocen. Y entretanto, yo me veía cercada de tanta luz por tochas partes, y tan grande era mi miseria y mi nada que parecía todo mi ser un pequeño granito de arena en un inmenso mar; yo estaba anonadada y abismada entre esa claridad tan grande y sin poder distinguir a mi Jesús por ninguna parte. De pronto, en medio de esa claridad tan celestial, aparece otra mayor así como en forma de una hermosa nube, y rasgándose rápidamente la nube, veo a mi Dulce Jesús que salía de ella, y mostrándome sus preciosas llagas, de las cuales salía multitud de luz en forma de unos rayos tan brillantes y luminosos que me los dirigía a mí. Yo estaba avergonzada de tanta misericordia; y esta humilde morada se convirtió en un instante en un inmenso y verdadero paraíso. ¡Oh, qué grandes son, Señor, tus misericordias con esta vil criatura! ¡Y qué grande es el Corazón de Jesús, y qué misericordia tiene con todos, y cuánto nos ama y mendiga nuestro amor para enriquecernos con sus más preciados dones! Este Corazón Divino es el Manantial de donde salen todas las gracias para purificar nuestras grandes miserias y ruindades; y cuantas más gracias nos da más rico queda Él. Es un Manantial inagotable de donde dimanan todas las verdaderas delicias. Y cómo le devora la sed infinita de salvar almas… Por eso lo que desea su Corazón, amante y misericordioso es manifestarse a nosotros y derramar sus gracias infinitas para enriquecer nuestras miserias. ¡Y cuánto le hacen sufrir nuestras frialdades e ingratitudes y desconfianzas en su Corazón Misericordioso! Por eso me pide con tanta insistencia que escriba las cosas que Él me haga ver y sentir, para que los pobres pecadores, por muy endurecidos que estén, al leer estos escritos en los tiempos venideros, que tan necesitados estarán de Su Misericordia, por los muchos hijos ingratos que le olvidarán y querrán borrar Su memoria y Su Nombre bendito de este mundo, despierten de su profundo sueño y ceguera, y sin ningún temor acudan a Su Corazón Paternal y misericordioso.
Así, pues, ayudada de la divina gracia y con la mayor humildad y de la manera que mejor me sea posible, en medio de mi ignorancia, les diré todo lo que el Señor en su infinita misericordia me dio a entender en aquella noche primera que pasé aquí, y que tan memorable será siempre para mí. Pues bien, cuando yo estaba ya como fuera de este mundo miserable, oigo por segunda vez la voz dulcísima de mi Dueño y Señor, y con su amabilidad acostumbrada me ordenó que me pusiera de rodillas; así lo hice y me puse como tenía de costumbre, las manos cruzadas y apoyadas al Santo Cristo, y me dijo con mucha majestad: “Hija mía, ya sabes que te he traído a esta Casa para fortificar y recrear tu espíritu.” También me dijo: “Quiero que vivas desprendida y tu corazón no esté pegado a nada de la tierra; por eso es mi voluntad que ese crucifijo que tienes en tanta estima y no está conforme con la pobreza que tú profesas, lo claves en esta misma habitación que tú moras, y Yo haré que permanezca aquí, sin que nadie pueda arrancarlo hasta que tus Hijas vengan en los tiempos venideros a reconocer y venerar por primera vez esta santa Casa santificada con mi presencia. Cuando visiten esta habitación, Yo haré que una de tus Hijas al verlo lo reconozca por tuyo, y sin ningún esfuerzo ni respeto humano, por inspiración mía lo desclavará y al dueño de esta Casa muy conmovida se lo pedirá.” Mientras el Corazón de Jesús me hablaba estas palabras, me hizo sentir con toda claridad los grandes designios que sobre esta Casa y sus cercanías tiene. No los consigno ahora todos porque me repugna y avergüenza hablar de estas cosas tan grandes que el Corazón de Jesús quiere realizar sobre esta Casa… (siendo yo tan indigna de recibir estas gracias tan singulares). Me dio a entender que el Santo Cristo lo guarden en Zaragoza en la Casa Madre, y que lo tengan en veneración hasta que mis Hermanas habiten esta humilde morada, y entonces quiere mi Dulce Jesús que lo veneren en este mismo lugar, “que Él preparará las cosas y los acontecimientos de manera tan sorprendente y en tiempos tan difíciles para llevar a cabo tales empresas, que eso mismo será el reclamo para atraer a las muchedumbres, y por los acontecimientos que el Corazón de Jesús obrará en este lugar, dejarán sus depravadas vidas muchos pecadores y aquí vendrán (a la Casa del Corazón de Jesús) a limpiar sus conciencias.”
Tales cosas pasarán, que este lugar será la admiración del mundo cristiano. Este Crucifijo que tenía en mucha estima, me lo mandaron hacer exprofeso para mí la familia de un P. Jesuita, que no sabían qué hacerse conmigo, por lo mucho que hicimos por salvarlos durante los horrorosos asedios. Este Padre lo bendijo y le aplicó muchas indulgencias y él mismo me lo mandó, para que lo tuviese en la celda; pero yo lo estimaba tanto por venir de una persona tan santa, tan amante de la cruz, de tanta austeridad y penitencia, que sólo su recuerdo hacía mucho bien a mi alma, y por eso lo llevaba siempre conmigo. Por la noche me lo ponía junto al corazón y poniendo los brazos en forma de cruz (como me lo ordenó la Santísima Virgen en mi temprana edad) lo sujetaba, y cuando me despertaba lo besaba con grande amor y le pedía perdón y misericordia para los pobrecitos pecadores que en aquella hora le estaban ofendiendo. También con este Crucifijo se convirtieron muchas almas, y me decían que recibían mucho consuelo en besarlo; y ellas mismas una vez convertidas me suplicaban las llevase a hacer penitencia y llorar sus graves pecados a un sitio muy retirado. También los niños de la Inclusa le querían mucho y cómo les gustaba besarlo cuando yo les decía: “Mirad, hijitos míos, éste es vuestro Padre; queredlo mucho, que Él nunca os abandonará.” Y también les hablaba muchas veces de la Santísima Virgen, diciéndoles que la quisieran mucho porque Ella era la Madre de todos; y los pobrecitos, llenos de candor y cariño, acercándose a mí todos llorando me decían: Tú eres nuestra Madre. Pobrecitos, cuánto los recuerdo y cuántas veces me hacen llorar estos angelitos por el amor que todos me tienen y recuerdan aun siendo mayorcitos, viniendo en mi busca para contarme sus apurillos y pedirme consejo. Por eso les recomiendo a todas mis Hermanas, que cuando la obediencia las ponga para cuidar de estos pobres niños, no escatimen ningún sacrificio y los quieran y mimen cuanto puedan, pues no tienen otras madres en la tierra más que a nosotras. El Santo Cristo antes mencionado, quiere el Sagrado Corazón de Jesús: que desde el día que la Hermana designada por Él para encontrar todo lo que Yo escriba por mandato Suyo, lo coloque en la misma habitación y el mismo sitio que lo desclavó: Se le llame el Santo Cristo de la Pureza y del Consuelo,por las muchas almas que invocándolo se han convertido, de negras e impuras, en blancas y castas, recibiendo de Él grandes consuelos y esperanzas de salvación eterna. Y cuando mis futuras Hijas pequeñas, estén en la Escolanía o casa de preparación, hará la Hermana que esté al frente de ellas que todos los viernes visiten esta Santa Imagen y que le pidan con mucha fe les conceda para siempre la pureza de cuerpo y alma, la humildad, mansedumbre y caridad, y un grande horror a todo pecado o vicio para no ofender a Dios, ni siquiera con sombras de pecado. En la misma noche y entre dulces delicias me hizo ver mi Dulce Jesús con toda claridad, que cuando se encuentren estos mis escritos, en estos recintos grandes edificios se levantarán, para bien de las almas y de la humanidad, sin más medios humanos que la fe y confianza ciega en su divino Corazón. Que todas estas obras se levantarán por inspiración divina y que el principal instrumento de estas obras tan del agrado del Corazón de Jesús, será y se llevarán a cabo por mediación del señor Obispo que en aquellos años gobierne esta diócesis de Barcelona. También me ha hecho sentir con toda claridad, que estas obras se harán en los años 1931 al 1940 sobre poco más o menos. Y que el mismo Corazón de Jesús, por medio de su fiel instrumento (el señor Obispo) dirigirá estas santas obras, y moverá de una manera sobrenatural muchos corazones de almas generosas de esta villa, y de otras muchas partes para que cuando empiecen las obras, sin ningún entorpecimiento se lleven a la práctica estos grandes designios de su Divino Corazón…
Otra noche en que yo estaba castigando mi cuerpo para desarmar la Justicia Divina y consolar a mi Dulcísimo Jesús de todos los pecados que se cometían en toda aquella comarca, se me apareció Nuestro Señor Jesucristo muy triste y me dijo: “Sigue, hija mía, sigue castigando tu cuerpo para que mi Eterno Padre se desagravie por las muchas profanaciones que en estos últimos tiempos me están haciendo.”
“Hija mía, quiero que escribas las profanaciones tan horrendas que hicieron a Mi Imagen en estas últimas guerras, unos malhechores muy cerca de este lugar; estos desgraciados eran tres. Ultrajes que recibí cuando me profanaron: Al romper la Cruz arrancaron el brazo izquierdo y cuando vieron que no era de oro como ellos creían al robarlo del Convento de los Dominicos, buscaron unas cañas y otras leñas de las que tenía tu hermano para cocer el pan y prepararon detrás de esta casa una grande hoguera para quemar la Cruz y Mi Imagen; pero por más esfuerzos que hicieron no lo pudieron conseguir y sólo se quemó la Cruz.
Cuando la hoguera estaba bien encendida, echaron mi Imagen y al instante que cayó en ella, la hoguera se apagó de repente y por más esfuerzos que hicieron para encenderla de nuevo no lo pudieron conseguir, y eso que la leña estaba muy seca. Yo hice este milagro, por ver si mis hijos ingratos abrían los ojos del alma y se convertían, pero tan ciegos estaban que este prodigio los endureció más. Y al ver que quedaban burlados, inventaron otro medio para que desapareciera mi Imagen, y cogiéndola con mucho furor la tiraron al estanque que se recoge el agua para moler, creyendo que entre el cieno se consumiría. Y entonces yo hice que presenciaran otro nuevo prodigio, por ver si se convencían del poder de mi Eterno Padre y se convertían; pero todo fue en vano. Mi Imagen no se hundió como ellos creían entre el cieno; por el contrario, siguió flotante sobre el agua como si fuera una paja, con un resplandor tan claro y brillante que iluminaba todo el contorno; uno de los ladrones atemorizado al ver ese nuevo prodigio en una noche tan señalada (era el día 14 de Septiembre de 1809) invocó a mi Madre Santísima bajo el título del Pilar, con la tan acostumbrada invocación en España, diciendo en voz muy alta: Perdónanos de lo que hemos hecho con tu Hijo, Señora; y bendita y alabada sea la hora en que la Virgen Santísima del Pilar vino en carne mortal a Zaragoza. Al oír sus compañeros tales alabanzas, lo cogieron con grande furia y lo tiraron también al estanque y en vez de ahogarse cogió con suma facilidad la imagen y besándola con gran amor y veneración se la escondía sobre su pecho, y por sí sólo salió del estanque; y se la quitaron al buen ladrón para hacerle otra nueva profanación; quisieron clavarle un grueso clavo en la cabeza, y por más esfuerzos que hicieron en distintos sitios no lo pudieron conseguir. Al verse burlados nuevamente intentaron ver si podían clavarle las espinas de la corona, y antes que clavarse se rompieron. Más enfurecidos aún me escupieron y me pisotearon con tal insolencia, que en aquella noche volvieron a reproducirse todos los tormentos de mi amarga Pasión. Y entonces mi Corazón Misericordioso, quiso hacer otro nuevo y más portentoso prodigio de amor por ver si abrían los ojos del alma los otros dos ladrones (puse por intercesores ante mi Eterno Padre, a mi Madre Santísima y al buen ladrón que expuso su vida por sacar mi Imagen del estanque) y en presencia de los tres hice que mi Imagen se cubriera de un copioso sudor de sangre, para que vieran que mi Corazón de Padre, siempre estaba dispuesto a perdonar y a derramar nuevamente mi sangre, por la salvación de los pobres pecadores. Y tal dureza y ceguedad tenían, que aun viendo con sus propios ojos este portento de amor, no se convirtieron más que uno. Prohibiéndole los otros bajo pena de muerte, el decir algo de lo ocurrido; y a continuación hicieron un hoyo en la tierra para esconder mi Imagen. Antes de tirarme, quiso mi Corazón Misericordioso que los tres oyeran mi voz y les dije con amor compasivo: Hijos míos, ¿aun viendo tales prodigios no creéis? ¿Qué mal os he hecho Yo, para que me tratéis así? Hijos ingratos… Yo os aseguro que en los tiempos venideros, de este hoyo me sacarán otros obreros; vosotros sois dos, los que ciegos y endurecidos estáis, y cuatro o cinco serán los que presenciarán mi hallazgo milagroso, con un portentoso prodigio que llenará de asombro a todo el mundo cristiano. Ya que a vosotros no os conmueven estos prodigios de mi amor misericordioso y que desperdiciáis esta mi sangre que estáis viendo, no queriendo venerarla hoy, Yo os anuncio y aseguro que el metala y la tierra la adorarán y respetarán, y se conservará fresca y roja hasta el día 15 de Noviembre del año 1929 en que Yo haré otro esfuerzo de Amor misericordioso, haciendo que otros hombres que en este lugar honradamente trabajarán, por mediación Mía, con grande asombro uno de ellos lo encontrará y con ‘fe ciega’ y sin respeto humano, a los demás compañeros emocionado lo mostrará. Y esta Sangre Preciosa que vosotros profanáis, entre sus dichosas manos se consumirá. Y admirados del portentoso prodigio, con sencillez y ciega fe, la verdad del hecho siempre dirán, y atraídos por este portento, multitud de fieles de todas partes aquí vendrán y la salud de cuerpo y alma invocando a esta imagen conseguirán. Yo haré que en estas cercanías que tan profanado he sido, se le levante un trono de amor donde todos los pecadores que con fe me invoquen alcanzarán perdón, y que muchas almas puras y castas me desagraviarán ejerciendo por todas partes la caridad. ¡Tengo una sed ardiente de ser amado de los hombres! Y qué pocos, hija mía, son los que me corresponden de verdad.”
“Todo esto oían mis hijos ingratos con terror, tan de piedra tenían el corazón y tan ciegos los tenía el infernal enemigo, que por entonces todo fue en vano y con furia infernal tiraron la Imagen al hoyo entre horribles blasfemias, y cubriéndola, apisonaron fuertemente la tierra, para que nadie de buena fe pudiera recogerla. Así, hija mía, me trataron esos hijos ingratos, y todas las delicadezas de mi Corazón misericordioso caían sobre sus almas como rayos de sol ardiente que endurecía más sus corazones pecadores…
E1 buen ladrón no acertaba a marcharse del sitio que habían escondido mi Imagen, y con malos tratos lo alejaron de allí, amenazándole que como dijera algo de lo que habían hecho lo matarían. Yo al ver cómo me amaba y no cesando de llorar de sincero arrepentimiento, premié su grande ‘contrición’ y el mismo día lo traje a gozar conmigo a mi Reino.”
Con estas manifestaciones quedé tan apenada, que desde aquel instante no podía hacer más que llorar y amarle cuanto podía, por los que le aborrecían lastimando su Corazón amante; y redoblé mis penitencias y desde ese día, rezaba con mis dos sobrinitos mayores, por estos contornos, el siguiente Rosario de desagravios, que deseo cuando se encuentre este escrito, lo entreguen a una persona culta y santa para que con esta idea, que yo en mi ignorancia les dejo, hagan un Acto de desagravios más completo y lo hagan por lo menos todos los años públicamente el día que cometieron tales profanaciones en este lugar.
Rosario o Acto de Desagravios ante la Imagen del Santo Cristo Desamparado(se rezará cinco decenas de las siguientes alabanzas):
Conocido, alabado, querido y reverenciado sea de todo el mundo, el Santo Cristo Desamparado. Respuesta. Amén. A todos nos perdone con su amor misericordioso y en su amor todos vivamos abrazados. Amén.
En cada decena se dirá:
1º—   Otra vez has padecido
tan al vivo tu Pasión, que
Sangre tu cuerpo ha sudado;
y hasta la tierra ha llegado
lo copioso del sudor.
Respuesta.— Por tu Pasión, Jesús mío, misericordia y perdón.
2º—   Con penetrantes espinas
coronaron de nuevo tu cabeza,
y apretándolas con fuerza rompen
tus sienes divinas,
abriéndose así tus minas
del oro de más valor.
Respuesta.—  Por tu Pasión, Jesús mío, abrasadme en vuestro amor.
3º—   El cuerpo llevas manchado,
y las mejillas hermosas
con salivas asquerosas,
tus hijos te han ensuciado,
y en la hoguera te han echado
y tu rostro denegrido ha quedado.
Respuesta.—  Por tu Pasión, Jesús mío, misericordia y perdón.
4º—   Ya lo han tirado al estanque
con rigor fiero e inhumano,
y en vez de hundirse en el cieno,
se cubrió de resplandores
para convertir ladrones;
pero para dos fue en vano.
Respuesta.—  Por tu Pasión, Jesús mío, misericordia y perdón.
5º—   Y haced, mi Jesús amado,
que mis ojos hechos fuentes,
lloren lágrimas ardientes
de lo mucho que he pecado
y pues tanto te he costado,
y sois liberal dador.
Respuesta.—  Perdónanos, Jesús, y abrásanos en tu amor.
También hice todos los días que permanecí en Villa-franca, con el fin de desagraviar a mi Dulce Jesús de las muchas profanaciones que recibió en este lugar, el Vía-Crucis descalza hasta el Calvario y de regreso rezaba el rosario de desagravios, que tanto les recomiendo; todas mis penitencias de esos días iban dirigidas al mismo fin; pidiéndole perdón y la salvación de esos hijos ingratos y desgraciados, si es que aún vivían. A lo que me contestó mi Dulce Jesús: “Si, hija mía, aún viven llenos de remordimientos; pero no llega a triunfar la gracia; mi Amor misericordioso está esperando que tú hagas más penitencias por ellos y se conviertan.” 
Y mientras me decía estas palabras tan consoladoras, me hizo sentir con toda claridad, si mal no recuerdo en este instante, que estos pobres desgraciados eran hijos de Cataluña, y desde que cometieron el hurto y aquellas profanaciones tan horribles, no tenían tranquilidad en ninguna parte, porque el recuerdo de aquella sangre profanada y las palabras que nuestro Salvador les dirigió antes de echar su Imagen en el hoyo, las oían sin cesar y atemorizados y errantes no sabían dónde esconderse, por cuyo motivo estaban muy aniquilados y a punto de terminar su carrera sobre la tierra.
A los dos días de hacerme estas manifestaciones, en que yo estaba haciendo oración y penitencia por estos dos pobres pecadores, se me mostró Nuestro Señor Jesucristo muy consolado y me dijo: “Basta, hija mía, basta; ya se han salvado aquellas dos almas que te recomendé.”
“Te hago saber, hija mía muy amada, que han muerto muy arrepentidos pidiéndome perdón en alta voz, y bendiciendo mi nombre y mi Corazón misericordioso. Al ver estas muertes tan santas unos compañeros amigos suyos en los caminos del mal, se han arrepentido también de sus malas vidas, y sin respetos humanos, deshechos en llanto, han confesado públicamente sus muchos pecados y ya viven en mi gracia.”
El consuelo que mi pobre alma recibió con estas saludables noticias, sólo el Corazón de Jesús que ve en el interior de mi alma puede comprenderlo.
La conversión de estas dos almas, me ha dado a entender mi Dulce Jesús, que serán muy provechosas y servirán para despertar la fe de muchos hijos suyos, que andarán por todo el mundo (cuando se encuentren estos escritos) envueltos en una ola de cieno, guiados por el espíritu infernal, profanando y destruyendo templos, derribando imágenes y sobre todo queriendo borrar su nombre mil veces bendito de todos los ámbitos de la tierra.
Al entender tales cosas quedé tristemente impresionada, y más cuando con más claridad me hicieron ver y sentir muy apenados el Corazón de Jesús y la Santísima Virgen, que hasta en su querida España se cebaría y con más furia que en otras naciones, el espíritu del mal, trabajando sin descanso por borrar la fe cristiana en todos sus habitantes, y de manera especial querrán con gran empeño quitar, y quitarán de la vista de sus hijos pequeñuelos, tan amados de su Corazón, su Imagen, y prohibirán que Se les enseñe, su “Doctrina Divina” (todo con el fin infernal de que no le conozcan a Él). Yo estaba tan apenada, Hermanas mías, que no hacía más que llorar y ofrecerle con la mayor humildad y amor mi propia vida, para evitar tales desgracias en nuestra querida España. A lo que me contestó mi Jesús lleno de amor y mansedumbre:
“No temas; por más medios y maquinaciones que mis hijos desgraciados inventen para quitar la fe de España, no lo conseguirán, y Yo te aseguro, para tu consuelo y tranquilidad, que por amor a las almas justas, puras y castas que en España siempre habrá, Yo reinaré hasta el fin de los tiempos en ella de una manera singular, y mi Imagen será venerada hasta por calles y plazas.”
También me ha dado a entender mi Dulce Jesús que cuando lleguen esos tiempos tan turbulentos y calamitosos, el medio más poderoso para desagraviar a su Eterno Padre, será invocar a su Madre Santísima bajo la advocación del pilar, que es la Patrona y Protectora de nuestra querida España. Y que la devoción más sustancial, y que más le agradará a la Virgen del Pilar para que la invoquen en tiempos de guerras, pestes y persecuciones que se levanten contra nuestra Sacrosanta Religión, será la oración mental y vocal meditando los cinco misterios dolorosos del Santo Rosario; y esta devoción no sólo se rece en los templos, sino también en las casas, pues de ordinario la corrupción del hogar de familia ha sido siempre el origen de las calamidades públicas y de los derrumbamientos de la fe cristiana, porque nuestro común enemigo lo que más persigue es descristianizar la familia; conseguido esto, la victoria del enemigo infernal es segura. Por eso el gran mal de estos tiempos y de otros peores que aún vendrán, ha sido siempre y será el perder la memoria y el gusto de la vida sobrenatural, viviendo sólo para las cosas terrenas y pecaminosas. Y qué razón es aquello del Evangelio: “Los hijos de este siglo son más sagaces que los hijos de la luz.” Por eso el medio más eficaz para combatir la masonería, que tanto incremento va tomando, es cristianizar la familia, tomando siempre por modelo la casita y Familia de Nazaret. Porque, aunque, Hermanas mías, es muy lamentable y horrendo ver cómo derrumban casas, templos, imágenes y monasterios… es mucho más grande el mal que el enemigo hace cuando consigue la ruina moral en las familias cristianas. Porque del hogar es donde ha de venir la regeneración y el bienestar de los pueblos. La familia es la primera escuela del niño, y si en la escuela de los padres envenenan ya a los hijos, la nación será perdida. Por eso yo les ruego a todos, y de manera especial a mis Hermanas en Religión, que pidan, se sacrifiquen y trabajen cuanto esté a su alcance para que en todas las familias que ustedes traten en sus ministerios de caridad, se rece el santo Rosario y se invoque al Sagrado Corazón de Jesús. ¡Es tan poco conocido este Corazón amante! Por eso se le ama tan poco, porque es imposible conocerle bien y no amarle.
También les recomiendo a todos, que sufran todas las persecuciones en silencio, sin hacer caso a la repugnancia que nuestra flaca naturaleza pueda sentir, abandonándose a la Providencia del Sagrado Corazón de Jesús, dejándonos gobernar por Él en todo; nadie como Él nos quiere; bien lo demostró en el Calvario, y Él tendrá buen cuidado de procurarnos todo cuanto necesitemos en nuestras necesidades temporales y eternas. Buen modelo llevamos delante; Él todo lo sufrió en silencio y nadie como Él fue humillado y sufrió toda clase de padecimientos por nuestro amor. Por eso nosotros, que somos pecadores, suframos con mansedumbre las persecuciones que el Señor consienta; pues con esta moneda se compra el cielo; y no abramos la boca cuando nos persigan más que para rogar por los que nos aflijan. Así lo hacía Nuestro Señor Jesucristo. Tampoco quiero decir con esto que se acobarden y dejen de hacer sus rezos, como verdaderos cristianos; por el contrario, los buenos hijos de Dios no deben tener para hacer el bien ningún respeto humano, y cuando las calamidades sean tan grandes y públicas, y la fe esté en peligro de languidecer, deben rezar el santo Rosario hasta por las calles… Con esta arma tan poderosa se aumentarán los cristianos de verdad, y se fortificará la fe sobrenatural en muchas almas cobardes que estarán a punto de perderse para siempre.
Yo estaba muy triste con estas cosas que mi Dulce Jesús me hacía sentir, y me repugnaba mucho escribirlas, cuando de pronto oigo con toda claridad la voz del Señor que me decía:“Hija mía, no temas en hacer mis mandatos; esto que tú ahora escribes, no puedes comprenderlo todo; pero estos escritos servirán para convertir muchas almas fortificando los espíritus, y animarán y darán aliento a las almas que duden de mi Corazón Misericordioso. También quiero que consignes, para consuelo de los hijos de esta nación tan amada de mi Madre Santísima, que si hace falta para salvarla de las maquinaciones infernales, Yo la salvaré, valiéndome de portentosos milagros que visiblemente verán con sus propios ojos muchas personas; y mi Madre Santísima les comunicará lo que tengan que hacer para aplacar y desagraviar a mi Eterno Padre.”
Yo no sé si en todo esto que les dejo escrito, como lo hago con tanta repugnancia y es un suplicio tan grande el escribir estas cosas, habré sabido interpretar bien los mandatos y deseos del Sagrado Corazón de Jesús; sólo por Él lo hago todo.
Al terminar de escribir estos renglones, oí de nuevo la voz dulcísima del Corazón de Jesús, que, poco más o menos, me dijo estas palabras: “Los designios, hija mía, que Yo tengo sobre ti, son muy grandes; y ya sabes que desde la cuna te he concedido muy grandes gracias y he tenido un particular cuidado de ti, siendo Yo mismo tu Maestro.”
En estos días que llevo aquí, como tengo todo el tiempo disponible para darme más de lleno a la oración, las gracias sobrenaturales que de continuo estoy recibiendo son muy abundantes; y no pudiendo contener el ardiente amor que yo siento hacia Nuestro Señor Jesucristo, procuro transmitirlo entre mis hermanos y sobrinitos, convirtiendo esta humilde vivienda en un verdadero horno divino.
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miércoles, 4 de noviembre de 2015

Oct 06_15 Son dos tareas muy diferentes, está Mi Misericordia y está la tarea del profeta.

Oct 06_15 Son dos tareas muy diferentes, está Mi Misericordia y está la tarea del profeta.ImprimirE-Mail
Rosario vespertino.

Temas:

  • Debéis estar muy unidos a Mí, para que podáis vosotros, entender verdaderamente la mentira que os está tratando de inducir satanás y que en una forma muy calculada os puede destruir vuestra espiritualidad.
  • El profeta, el vidente y todos vosotros que sois bautizados, sois también profetas por el sacramento del bautismo; debéis profetizar y cambiar corazones.
  • Las almas sensibles no soportan tanta maldad y ellas han ganado Mi Corazón y, por eso, el cambio es inminente. Preparaos, pues, Mis pequeños, para que Mi Amor produzca este gran cambio, que gozarán las almas buenas, las almas que Me lo han pedido.
  • En estos momentos, en los que vivís encerrados en un cuerpo que aprisiona vuestras capacidades, no entendéis muchas cosas y os las voy explicando poco a poco para que os deis cuenta la magnificencia en la que fuisteis creados.
  • Os pido cambiéis de vida inmediatamente, el tiempo se terminó, la purificación es inminente, regresad a Mí, os quiero de regreso, aún a pesar de vuestros pecados, de vuestra maldad, pero quiero un arrepentimiento profundo, un arrepentimiento de corazón y regresareis a Mí.



Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo,  a J. V.


Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Debéis estar muy unidos a Mí, para que podáis vosotros, entender verdaderamente la mentira que os está tratando de inducir satanás y que en una forma muy calculada os puede destruir vuestra espiritualidad.
Hijitos Míos, un árbol bueno da buenos frutos, un árbol malo da malos frutos.

Mis pequeños, si vosotros estáis Conmigo, vuestras palabras, vuestras acciones, vuestros pensamientos serán sanos, serán santos, serán fruto bueno que los demás podrán tomar de vosotros como si los tomaran de Mi Persona, como cuando caminé en la Tierra para vuestros hermanos de aquel tiempo. Yo estoy viviendo en aquellos que Me han abierto su corazón, realmente Vivo entre vosotros, en la persona de aquellos que Me aman, de aquellos que Me han tomado para que Yo pueda seguir viviendo y transmitiendo Mis Verdades a través de ellos.

Esa fue Mi Promesa desde que estuve en la Tierra, que Mi Iglesia, o sea, Mi Predicación, Mis Enseñanzas, Mi Vida, iba a mantenerse hasta el fin del mundo y Yo, por eso, os estoy transmitiendo todavía Mis Enseñanzas, ciertamente no son nuevas Enseñanzas, son las que Yo os di en aquel tiempo y el hombre las sigue necesitando.

Sois como niños pequeños aprendiendo. Ya os lo he dicho, que se os necesita enseñar lo mismo varias veces, repetirlo, para que lo entendáis y lo toméis en vuestra vida, solamente así, a través de los actos repetitivos, es como vosotros vais aprendiendo la lección.

Ciertamente hay algunos hermanos vuestros que entienden a la primera, pero en  general, como estáis tan atacados por las fuerzas de satanás, se os necesita repetir la misma lección muchas veces, para que la toméis como propia.

No os imagináis, Mis pequeños, cuánto os amo y sabéis que necesitáis aprender todas estas cosas, para que cuando entréis al Reino de los Cielos, sea lo normal para vosotros, porque allá en el Reino de los Cielos, lo normal es vivir, como Yo os enseñe aquí en la Tierra. Es una lucha muy fuerte, ciertamente, porque, aquí, os podéis desviar fácilmente hacia todo aquello que satanás os pone para que le sigáis y vosotros, debéis discernir y debéis escoger a donde ir, si vivir en el bien, o sea Conmigo o tomar el mal y aceptar lo que satanás os dé.

En el Reino de los Cielos no habrá opciones, es una sola, Mi Amor y todas las Enseñanzas que os di y os seguiré dando, porque el aprendizaje nunca termina, la perfección nunca termina en el hombre. Yo Soy Infinito, como Mi Padre lo es y El Espíritu Santo también, así que, siempre habrá algo nuevo que aprenderéis y gozareis en el Reino de los Cielos. Seguid adelante, Mis pequeños, aprendiendo y manteniéndoos en Fe y en Amor Conmigo que Yo os iré guiando y os iré fortificando para que no caigáis en tanta mentira que pone alrededor de vosotros satanás.

PedidMe el Discernimiento Santo, os he pedido, para que podáis distinguir entre sus engaños y la Verdad que Yo os he dejado, satanás es muy sutil y os puede llevar a una equivocación muy grave poniéndoos mucho de Verdad y un poco solamente de mentira.

Debéis estar muy unidos a Mí, para que podáis vosotros, entender verdaderamente la mentira que os está tratando de inducir satanás y que en una forma muy calculada os puede destruir vuestra espiritualidad. Tened cuidado Mis pequeños, si os mantenéis Conmigo, Yo os ayudaré a que no caigáis en las mentiras de él.
Gracias Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: El profeta, el vidente y todos vosotros que sois bautizados, sois también profetas por el sacramento del bautismo; debéis profetizar y cambiar corazones.
Hijitos Míos, la oración y el sacrificio, son poderosísimos ante Mis Ojos y en Mi Corazón, Mis pequeños.

Cuando oráis, desde lo más profundo de vuestro corazón, estáis orando con amor, estáis orando con un verdadero sentimiento bueno y, podría decir, hasta Divino, porque, os he dicho, que Yo estoy en vuestro corazón, y desde ahí nacen y se producen los milagros, Mis pequeños.

Cuando vosotros oráis así de corazón, estáis orando junto Conmigo, estáis llegando a lo más profundo de Mi Corazón, también, y esto es decir que estáis tocando las fibras más nobles, más íntimas, más sensibles, de Mi Corazón Divino. Vosotros no podéis entender esta Sensibilidad Divina, algún día os dejaré que viváis, sintáis y entendáis esta belleza tan grande de Mi Corazón, por eso, los milagros se dan por vuestra intercesión, por el amor que sale de vuestro corazón y que llega a lo profundo de Mi Corazón.

Si la oración la unís al sacrificio, a la penitencia, se vuelve mucho más poderosa. Si vosotros entendierais esta Gracia tan grande y lo que se puede obtener de ella; podríais cambiar al Mundo entero, podríais abatir las fuerzas de satanás y podríais hacer de este mundo y del Universo, un Nuevo Cielo, que es para lo que estáis viviendo y militando en la Tierra. Vinisteis a traer el Cielo a la Tierra Mis pequeños y se puede lograr, si vosotros entendierais lo que os acabo de decir, cuando vosotros evangelizáis, cuando predicáis Mi Palabra. Estáis moviendo corazones, estáis logrando cambios muy fuertes y, con ellos, nuevamente os digo, vienen los milagros.

Tenéis el ejemplo de Jonás, ciertamente él no quería ir a predicar, porque pasó lo que él temía que, después de la predicación, no se iba a dar el castigo, que iba a quedar en ridículo ante los demás.

Esto es muy importante que lo entendáis Mis pequeños, especialmente los que ahora sois videntes y profetas en el Mundo, son dos tareas muy diferentes, está Mi Misericordia y está la tarea del profeta. El profeta tiene que hacer su tarea, que es el transmitir lo que Yo le pido que transmita. Su predicación, si llega al corazón de vuestros hermanos, porque lo hace con lo profundo de su corazón, como os explique, se puede lograr el milagro. El profeta, el vidente y todos vosotros que sois bautizados, sois también profetas por el sacramento del bautismo; debéis profetizar y cambiar corazones.

Ahora, volviendo al profeta actual, cuando cambia corazones, cuando la gente vuelve a Mí, arrepentidos,  con deseos del cambio, Yo no puedo causarles un castigo, aunque esté profetizado, Mi Misericordia está antes que el castigo, porque, Mi Misericordia, es Amor profundo por Mis hijos y, como os explicaba, el profeta tiene, por misión, transmitir y cambiar corazones, si él hizo bien su tarea, y la gente entiende y se produce el cambio, entra Mi Misericordia y no se da el castigo o se retrasa éste, no tiene por qué sentirse traicionado por parte Mía, o ridiculizado ante los demás, puesto que el vidente o el profeta, hizo bien su tarea y, Yo, la respaldo con Mi Misericordia.

Mis pequeños, cuando suceden estas cosas, que no entendéis, es que no os habéis adentrado en lo profundo de Mi Corazón. Misericordia, es un Amor Infinito por Mis hijos, Yo tengo esa debilidad ante vosotros, Mis pequeños, cuando vosotros os arrepentís, de corazón, cuando deseáis de corazón que Mi gracia caiga sobre vosotros, para que cambie vuestra alma pecaminosa, en un alma pura y deseosa de vivir en estado de Gracia. Yo no os puedo castigar, Soy vuestro Padre, Soy vuestro Dios, Soy vuestro Creador, no puedo enviar un castigo, donde estoy viendo arrepentimiento, quiero que entendáis esto en Mi Persona, como Amor Infinito que Soy. Ciertamente, Yo leo los corazones, conozco como están actuando anteriormente, y ante la humildad, ante ese deseo de cambio, Yo no puedo castigar.

Agradeced, pues, que estáis recibiendo, a través de videntes y profetas alrededor del mundo, Mi palabra. Y si queréis que Mi Misericordia detenga, al menos por un tiempo, los castigos que os merecéis, agradecedlo, agradecedlo, porque también vosotros estáis haciendo un esfuerzo por ser mejores.  Yo, eso lo premio con Mi Misericordia, con Mi Amor Infinito sobre vosotros y Mis cuidados, para que vosotros logréis alcanzar lo que Me estáis pidiendo que es un cambio profundo y, quizá, hasta buscando vuestra santificación, para cambiar éste Mundo y que podáis, también, vivir eternamente Conmigo.

Vuestro lugar eterno está en el Reino de los Cielos, debéis cambiar a éste mundo, debéis cambiar al Universo entero, con vuestro deseo, con vuestros actos, con vuestro amor.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Las almas sensibles no soportan tanta maldad y ellas han ganado Mi Corazón y, por eso, el cambio es inminente. Preparaos, pues, Mis pequeños, para que Mi Amor produzca este gran cambio, que gozarán las almas buenas, las almas que Me lo han pedido.
Hijitos Míos, cuando vosotros ponéis de vuestra parte, en manteneros en Mí y en estado de Gracia, ése simple hecho hace que Mi Corazón se estremezca en Bondad, y en Amor muy profundo por vosotros. Ciertamente, os he dicho muchas veces, que sois muy pequeños, y que el poder de satanás es inmenso y, precisamente por eso, esa acción que tomáis vosotros, es grandísima ante Mis Ojos, porque estáis luchando contra fuerzas negativas muy poderosas.

Ciertamente, que contáis con Mi Presencia en vuestra mente, en vuestro corazón y salís airosos de las pruebas, gracias a que Yo estoy apoyándoos en todo momento, pero el libre albedrío es vuestro y vosotros decidís qué hacer o qué no hacer y ahí radica la importancia de vuestra misión y el mérito de ella.

Sois instrumentos de Mi Amor, y eso os debiera llevar a una alegría inmensa. Yo estoy confiando en vuestra vida, os di la vida, para que vosotros fuerais instrumentos Divinos, meditad esto Mis pequeños, porque es muy grande, no estáis siendo instrumentos de cualquier persona, por muy importante que os parezca que puede ser algún hermano vuestro en la Tierra. Sois instrumentos Míos, de vuestro Dios, vuestra misión es espiritual, es inmensa, estáis llamados a hacer grandes cosas para el Cielo, y cuando os digo para el Cielo, quizá no entendáis tal magnitud, pero ahí es donde debe entrar la Fe. Es infinitamente grande vuestra misión en la Tierra, Mis pequeños, y estoy confiando en vuestra nada, sois nada, ciertamente, pero cuando vosotros Me dejáis entrar a Mí en vuestro corazón, vuestra alma adquiere un valor grandísimo, y esto lo sabe satanás y por eso ataca más a las almas que se han dejado mover por Mí, que se han vuelto verdaderos instrumentos Míos y se vuelven transmisores de Mi Amor hacia sus hermanos; satanás no soporta Mi Amor, satanás, no quiere que Mi Amor se dé en el Mundo y en el Universo entero, pero el cambio vendrá y será bellísimo, Mis pequeños, y vosotros, los que estáis Conmigo, gozareis de este cambio, porque sois partícipes de Mi Alegría, sois instrumentos Míos y vais a gozar junto Conmigo el éxito de la purificación y santificación de las almas.

Ya estáis en el tiempo de este gran cambio, estáis a segundos o milésimas de segundo podría decir, para que este cambio empiece Mis pequeños. Hay una cosa que va a iniciar todo esto, el amor,el amor que está naciendo en infinidad de corazones que están deseando Mi intervención Divina,para que Yo pueda cambiar a este Mundo, eliminar la maldad, como de alguna forma lo hice con Sodoma y Gomorra, como lo hice con el Diluvio.

Fueron momentos difíciles para la humanidad pero, con ello, fui eliminando la maldad de ésos momentos y lo haré también ahora. Cuando el Mundo se llena de tanta maldad, hay corazones buenos que no soportan la maldad y Yo escucho el pedimento de esas almas buenas, y sobreviene el cambio.

Como os dije antes, tengo esa debilidad con las almas buenas. Cuando un alma buena Me pide, de corazón, algo, no puedo defenderMe, Mi sensibilidad Divina hace que se produzca el milagro y este es el momento del Gran Milagro, para la Tierra y el Universo entero, porque hay almas buenas, hay almas que están deseándoMe, de todo corazón, que se de este cambio que la maldad ha causado en tantos corazones y ya es imposible vivir como estáis viviendo ahora.

Las almas sensibles no soportan tanta maldad y ellas han ganado Mi Corazón y, por eso, el cambio es inminente. Preparaos, pues, Mis pequeños, para que Mi Amor produzca este gran cambio, que gozarán las almas buenas, las almas que Me lo han pedido.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: En estos momentos, en los que vivís encerrados en un cuerpo que aprisiona vuestras capacidades, no entendéis muchas cosas y os las voy explicando poco a poco para que os deis cuenta la magnificencia en la que fuisteis creados.
Hijitos Míos,  a través de varios pasajes en las Sagradas Escrituras, os hice ver que Yo no venía a dar una Evangelización para los poderes del mundo, para que buscarais lo del mundo, su dinero, sus placeres, la vida disipada. Toda Mi Evangelización fue para un crecimiento espiritual. Vuestra vida futura y eterna, es espiritual. Vuestro exterior, y todo lo que os rodea, se os dio, solamente, para que vuestro cuerpo tuviera vida y pudiera llevar a vuestra alma a misionar a diferentes lugares.

Daos cuenta de a dónde os ha llevado satanás, sin que vosotros lo notarais, os está haciendo creer que vuestro exterior es lo que cuenta y que los valores del mundo, en donde él es príncipe de este mundo, es lo que debéis obtener y es lo único que cuenta. Vosotros, habéis sido engañados y os tragáis esa mentira y seguís buscando las cosas del mundo. Algo fuerte tiene que venir para vosotros, y es un cambio espiritual, primeramente, porque eso es lo que Me interesa, a Mí vuestro Dios, un cambio en vuestra espiritualidad, en vuestra alma. Llenándose vuestra alma de Mí, el cuerpo se Transfigura, es tan grande Mi Potencia de Amor, que un alma que se llena fuertemente de Mí, puede hasta matar el cuerpo, porque el cuerpo no soporta tanta fuerza de Amor y, por eso, vuestro cuerpo, también, tiene que ser transfigurado, para soportar tanto gozo del alma, de lo que Yo os voy a dar.

Os voy explicando esto, Mis pequeños, para que entendáis el cambio que vais a tener. Vuestra alma tiene una potencia infinita, porque vuestra alma está hecha a Imagen y Semejanza Mía. Tiene esa fuerza infinita, ciertamente, no tan poderosa como la Mía que es además Omnipotente; estáis llamados a algo muy grande, Mis pequeños.

En estos momentos, en los que vivís encerrados en un cuerpo que aprisiona vuestras capacidades, no entendéis muchas cosas y os las voy explicando poco a poco para que os deis cuenta la magnificencia en la que fuisteis creados.

No quiero que lleguéis a la soberbia, que de nada serviría, porque vuestras potencias espirituales no se van a manifestar, si vosotros entráis en soberbia y eso os lleva a la maldad. Vuestras potencias espirituales se van a dar en vuestra humildad, en vuestra sencillez, en vuestra donación total a Mí, vuestro Dios.

Cuando vosotros vais subiendo un monte, os vais dando cuenta de cosas que van apareciendo en el horizonte que no conocíais, y vuestro horizonte se va haciendo más extenso mientras más arriba estáis. Cuando llegáis a la punta del monte, os podéis dar cuenta de todas las bellezas que existían alrededor vuestro y que no las conocíais.

Así estáis vosotros, Mis pequeños, estáis subiendo un monte, que es Mi Gracia, que es el conocimiento sobre Mí y de todas Mis Capacidades, pero una verdadera alma humilde, mientras va subiendo más alto, se va dando cuenta de su pequeñez y así cuando llega a la cima, se da cuenta que es un granito de arena en una extensión inmensa y ahí es cuando llegáis a la perfección ante Mis Ojos. Os dais cuenta de la inmensidad, os dais cuenta para lo que fuisteis creados, y de las Potencias que os están protegiendo y os están alimentando, que Soy Yo.

Arriba, en el monte os dais cuenta de Mis Capacidades, de Mis Poderes Divinos y la humildad os lleva a reconocer y a agradecer que sois pequeñitos, muy pequeñitos, en comparación a toda la inmensidad que estáis viendo, pero que, a pesar de ser tan pequeñitos, hay un Dios Inmenso, Inconmensurable, que os ama infinitamente y que mandó a Su Hijo a salvaros, a pesar de vuestra nada. Ese es Mi Amor Mis pequeños, que siendo nada, os amo infinitamente.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os pido cambiéis de vida inmediatamente, el tiempo se terminó, la purificación es inminente, regresad a Mí, os quiero de regreso, aún a pesar de vuestros pecados, de vuestra maldad, pero quiero un arrepentimiento profundo, un arrepentimiento de corazón y regresareis a Mí.
Hijitos Míos, Mi Pedagogía Divina es perfecta y a cada quien lo voy guiando de acuerdo a sus capacidades intelectuales y espirituales. No presiono a las almas que no puedan soportar una presión, que les causaría un daño grave y se alejarían de Mí, en cambio, a las que están Conmigo, que Me entienden, les exijo más, porque quiero su perfección y, con esto, llevarlas a la santificación porque son almas escogidas, almas que harán mucho para la Tierra y para el Cielo.

A un niño pequeño no le podéis pedir, exigir, ni explicar, el futuro en palabras fuertes. Si vosotros tratáis de decirle que tendrá que estudiar muy duro y de los problemas que se van dando con el estudio, con la vida, de los ataques de satanás durante su existencia y los llenáis con puras situaciones negativas, ese niño se va a agobiar y hasta en un momento dado querrá hasta quitarse la vida, para evitar todas esas preocupaciones tan fuertes que le estáis planteando que van a ser de su vida futura. El alimento que se le va dando a los niños, es diferente al alimento del adulto, la forma de explicarles a los niños, es muy diferente que al adolescente, que al adulto. Y así os voy llevando, también, en lo espiritual Mis pequeños.

Si Yo os dijera, o tratara de explicaros un futuro incierto, o inventando, como muchos hermanos vuestros suelen hacerlo, y poniendo todo negativo, insalvable, difícil, no querríais vosotros tener ése futuro, especialmente, pensando que es insalvable y que os quedaríais en el camino.

Cuando voy llamando Yo a las almas, Me pongo a su altura, les explico a un nivel en que puedan entender lo que deseo darles, uso palabras sencillas en algunos y, en otros, palabras más sofisticadas o con un sentido más fuerte, dependiendo de su carácter. Me hago a la manera de ser de cada uno de vosotros, no Soy igual para todos. Ciertamente, la finalidad va a ser la misma para todos vosotros, vuestra salvación eterna, pero vosotros tenéis antes que ese final, toda una vida en que deberéis dejar fruto en la tierra, el final es vuestro premio o vuestro castigo, en caso de que estuvisteis en contra Mía, pero Me interesa vuestra vida y por ella seréis juzgados. Qué hicisteis a lo largo de vuestra existencia, cómo os dejasteis mover por Mí, y qué frutos dejasteis en la Tierra para la salvación de las almas, para un crecimiento espiritual que ayude a vuestros hermanos a llegar a Mí. Cuánto amor mostrasteis a vuestros hermanos y cómo dejasteis marcados sus corazones con lo que hicisteis. El alma crece de acuerdo a la cantidad de Mi Amor y Enseñanzas que tenga en su corazón, si un alma no es educada, no crece,  por eso, alguna vez os dije, que cuando vosotros Me pedís un hijo, Yo no os estoy dando un hijo, os estoy dando un alma para que la hagáis crecer en Mi Amor, que cuando crezca en Mi Amor, pueda dar ese Amor a los que le rodean, porque al final, serán juzgados en el Amor y entrareis finalmente a un Reino de Amor.

Entonces, de qué vale un alma que llevó una vida viviendo para el mundo, para embellecer su cuerpo, para llenarse de valores de mundo, será juzgada, y le preguntaré cuánto amor dejó y se verá vacía en ése momento, porque, simplemente, vivió para el mundo.

Entended, Mis pequeños, que fuisteis hechos para el Amor, y el Amor radica en vuestra alma, vuestro cuerpo muestra lo que tenéis vosotros en vuestro corazón. Muestra el bien y actúa en el bien, si vuestra alma, si vuestro corazón, están llenos de Mí, y vuestro cuerpo actúa en el mal si vuestra alma y vuestro corazón están llenos de mal.

Las acciones de vuestro cuerpo, no son culpa de vuestro cuerpo, son culpa de lo que traéis vosotros en vuestra alma, en vuestro corazón, por eso Yo os juzgaré con vuestra alma presente ante Mí, vuestro cuerpo se quedara aquí para volverse polvo, vuestra alma estará frente a Mí, para darMe razón de vuestra vida, cómo actuasteis, qué dejasteis atrás de vosotros: dejasteis vida espiritual o matasteis almas con vuestra mala actuación, vuestro mal ejemplo, vuestros malos consejos, vuestra acción disipada y pecaminosa.

Os pido cambiéis de vida inmediatamente, el tiempo se terminó, la purificación es inminente,regresad a Mí, os quiero de regreso, aún a pesar de vuestros pecados, de vuestra maldad, pero quiero un arrepentimiento profundo, un arrepentimiento de corazón y regresareis a Mí.

Os amo Mis pequeños, el tiempo se terminó, os quiero de regreso.
Gracias, Mis pequeños.


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