sábado, 25 de julio de 2015

APRESÚRATE A PASAR LA LLAMA DE AMOR PARA SALVAR TU PAÍS

Tomado del Libro: Diario Espiritual Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María (1961-1981) (Con Aprobación Eclesiástica)De: Isabel Kindelmann – Budapest, Hungría
Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María
Diario Espiritual Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María (1961-1981)
TOMAD PARTE TODOS EN MI OBRA DE SALVACIÓN17 de abril de 1962
Petición a los Sacerdotes
Muchas cosas me dijo el amable Salvador. Pidió que no nos rindiéramos en esta lucha espiritual porque la lucha sin tregua aumenta la Gracia:
Jesucristo.-
“Pide a Mis hijos (los Sacerdotes) que envíen a las almas a Mi Madre querida, y que no pronuncien ninguna homilía sin exhortar a los fieles a tener una profunda devoción hacia Ella. Somos el país de la Gran Señora del pueblo Húngaro. Hagan brillar esto constantemente ante los ojos de los fieles ya que se trata del deseo de Nuestra gran Señora.
“Y tú, hija Mía, con todas las fuerzas y sacrificios de tu vida, anhela sin cesar la llegada de Mi Reino, que la Llama del Amor de Mi querida Madre se inflame y se propague por las chispas del amor.”
Una vez, estando postrada delante del Señor Jesús y lamentándome del tiempo perdido de mi vida, me habló así:
Jesucristo.-
“El aumento de la caridad contrapesa las ocasiones que has desaprovechado. Al crecer tu amor Mis gracias también van a crecer en ti. 
(Luego habló todavía largamente conmigo).
Lo que te voy a decir ahora, hija Mía, no es sólo para ti, entrégalo a Mis queridos hijos:
Que entretejan lo esencial de estas Mis Palabras con los pensamientos de su alma. Tienes que sacudir a las almas tibias de la desidia en la que se han hundido. Primero, háganlos conscientes de que son llamados a vivir en íntima unión Conmigo. Comuniquen esto especialmente a las almas que a pesar de que Me reciben frecuentemente en su corazón, no por eso se acercan más a Mí. En vano querría llevarlas a mayor profundidad espiritual, si ellos dan vuelta y Me abandonan.
En el fondo de su alma ni se acuerdan de Mí en medio de los trabajos del día. ¡Esto Me duele tanto! Cuando dicen: —Señor, no soy digno de que entres en mi casa…— no Me den la espalda, sino háganse dignos, dispongan sus corazones para una continua unión Conmigo. Háganlo durante el día también, por medio de una jaculatoria fervorosa o una mirada de amor. ¡Qué ansias tan grandes siento por ustedes! ¡Son tan pocos los que vienen a Mí! Por lo menos los que vienen sean entregados y de verdad recogidos. Despierten en sus almas la confianza hacia Mí. Lo que más Me duele es que no confían en Mí. En vano tienen fe, sin la confianza no pueden acercarse a Mí.
Pide a Mis hijos que despierten valor en las almas. Diles cuán queridos son para Mí todos los que luchan. Que las almas no abandonen la lucha, porque la lucha ininterrumpida aumenta en ustedes Mis Gracias. Envíenlas a Mi dulce Madre.
Desea para Mí, hijita Mía, muchas almas. Éste el objetivo de tu vida que no pierdas nunca de vista. Por eso te he arrancado del mundo, para esto te escogí, Me alegro de que, al menos tú, te hayas compadecido de Mí, Me comprendas y en Mi inmenso dolor Me consueles.”
Mientras me decía esto, derramaba Su dolor sin límites en mi corazón. Mi Señor Jesús, yo soy una miserable pecadora—. Pero Él seguía hablándome:
Jesucristo.-
“Es tu arrepentimiento, hija Mía, lo que te ha traído cerca de Mí. Pide este profundo arrepentimiento para muchas almas. Hay tan pocas almas así, aún cuando Yo llamo a muchas a Mi especial seguimiento. No soy caprichoso, escojo las almas de aquí y de allí, de entre las circunstancias más diversas, pero lastimosamente con poco resultado. Hoy Me quejo mucho, hijita Mía. He tenido necesidad de abrir Mi Corazón delante de ti, con su mar de penas. ¿Por qué tanta conducta indigna tengo que soportar de parte de las almas a Mí consagradas?
¡Ven más temprano a Mí y consuélame todavía más! ¡Sal de tus propios límites! ¡Qué tu amor hacia Mí sea ardiente, lleno de fervor! Sufre con amor y atiende con más amor Mi Voz. Para poder oír Mi Voz, sé muy callada porque con Mi Voz delicada, silenciosa, sólo las almas sumergidas en el amor pueden sintonizar. Mantén vivo tu anhelo por Mí, siendo hostia viva por el amor. El amor es fuego que solamente la aceptación incesante de sacrificios puede mantener incandescente.”
APRESÚRATE A PASAR LA LLAMA DE AMOR PARA SALVAR TU PAÍS20 de abril de 1962
Jesucristo.-
“Toma parte sin cesar en Mi trabajo redentor. No preguntes cómo, ansía que llegue Mi Reino a ti y a todas las almas.
Cuando te aprestes a descansar, revisa todo tu día, ¡qué has hecho para que llegue Mi Reino!”
Al día siguiente inundó mi alma con un dolor agudo, oprimía mi corazón y quemaba verdaderamente: Tú lo conoces, Jesús mío, porque Tú me lo diste, me prometiste darme diferentes sufrimientos. Tanto me duele y sin embargo, ¡cuánto me agrada sufrir! No sé con qué comparar este dolor.
Jesucristo.-“Podrías saberlo —contestó Él mansamente—. Recuerda cuando eras todavía niña, lejos de tu madre y de tu querida patria. Ésta era la pena que durante largo tiempo te torturaba.”
Era la añoranza por la patria, mi amable Jesús.
Jesucristo.-
“Ya ves, has atinado. Este fuerte dolor que te he enviado es la añoranza por la Patria Celestial. Súfrelo por aquellos que no sienten ansia por la Patria eterna.” 
Hoy me pidió el Señor Jesús:
Jesucristo.-
“Apresúrate a pasar la Llama de Amor de Mi Madre para que así aparte del país la mano castigadora de Mi Padre.” 
Me costó muchísimo partir, el Señor me dio ánimo:
Jesucristo.-
“¡Ya no titubees más, hijita Mía! La Santísima Virgen, bajo la advocación de la Gran Señora de los Húngaros, te va a acreditar. Nuestras Palabras, que te hemos dirigido, sean tus oraciones.” 
En estos días, por cierto, he sentido impulsos de transmitir los Mensajes recibidos al Padre E.
En los días consecutivos fui temprano donde el Señor Jesús. Después de estar largo tiempo callado fue Él quien comenzó a hablar en mi alma. Con Voz mansa tan silenciosa que apenas se oía, me dijo muchas cosas pero todo pasó a la conciencia de mi yo.
Sentí la maravillosa importancia de Sus bondadosísimas Palabras que penetró en mi alma, pero me siento incapaz de expresarlas a excepción de unas pocas palabras con que me movió a urgente acción. Entre otras cosas me pidió que ya no me demorase más en entregar las peticiones a mí confiadas y que las instrucciones dictadas por Él las entregara cuanto antes al Padre. Sentí gran temor al saber que ya no había tiempo para dilaciones. En mi gran susto le rogué a la hermana sacristana que dijera al Padre que me encomendara en sus oraciones. No dije nada más. Por tratarse de un asunto tan confidencial no lo pude comunicar con nadie más fuera de aquél para quien el Señor lo destina. Ese día el maligno oprimía sin cesar mi alma. Esto duró hasta que ya de noche me postré a los pies del Señor. Después de breve silencio, el Señor Jesús comenzó a hablarme con indecible, maravillosa ternura. Un amor tan indescriptible, hasta ahora desconocido para mí, pasó de Él a mi alma temblorosa. Esta extraordinaria, maravillosa sensación recorría por largo rato todo mi cuerpo y mi alma. Y el Señor me habló con Voz tan tierna como nunca hasta ahora. Sentí que a Él también le dolía lo que me iba a decir.
Jesucristo.-
“Ésta es nuestra noche de despedida, Mi hijita carmelita. Tu alma ha sido el depósito de Mis apacibles Palabras. A partir de ahora te cubriré con el silencio. Te voy a privar no sólo de Mis Palabras, sino hasta de sentir continuamente Mi Presencia.” 
Cuando pronunció esto, el maligno respiró aliviado y con malicia. El Señor me permitió sentirlo. El maligno dijo: ¡Ha llegado mi hora!”
Sentí que estaba muy lejos y como si el Señor con un gesto lo hubiera aniquilado. Sentí cómo el Señor le dolía el tener que causarme tristeza. Me inspiró con placible bondad:
Jesucristo.-
“Por el bien de tu alma tengo que hacerlo.” 
Al penetrar su inspiración en mi alma un sentimiento para mí totalmente desconocido, delicado, estremecedor y lleno de Gracias inundó todo mi interior. Sentí que era el Espíritu de Amor, el Espíritu de Santidad.
Mientras Él irradiaba a mi alma Su Espíritu, sentí que el Espíritu Santo exhalaba sobre mí una fuerza de Gracia de un orden diferente para vencer todas las tentaciones. Esto me dio tanta tranquilidad que las lágrimas que brotaban de mis ojos por la partida del Señor, cedían el lugar a un silencioso recogimiento. Y después de descansar así en mi alma, el Señor una vez más me habló:
Jesucristo.-
“¡No Me entiendes mal, hija Mía! Yo seguiré estando contigo, también en adelante cuando Me recibas en la Santa Comunión, y esperaré tu venida con el corazón oprimido como lo he recibido hasta hoy. ¡Sé fiel, no busques tus sentimientos! ¡Renuncia a ti misma y sólo ámame a Mí! ¡Llene tu alma, únicamente el Espíritu de Amor! Ámame como a un niño pequeño envuelto en blancos pañales. Búscame como Mi Madre Me buscó angustiada en medio de la multitud. Y donde quiera que te encuentres, ¡alégrate de Mí! Piensa en Mí cuando necesites una mano que te ayude.
Si piensas que tienes necesidad de apoyo paternal, mira hacia arriba, a Mi Padre Eterno y con el Espíritu Santo sumérgete en Nuestro Amor.”
Éstas eran Sus Palabras de despedida. Con todo lo bondadoso que era, me han dejado con tristeza. En las noches anteriores era siempre el Señor Jesús, quien me despertaba para la oración de vigilia. De hoy en adelante será mi Ángel de la Guarda, quien me despertará cuando llegue la hora. ¡Oh, qué diferencia entre el anterior y el actual despertar!
EN LA ESCUELA DE LA HUMILDAD27 de Abril de 1962, viernes
Después de la Santa Misa, partí decididamente para entregar al Padre E. el Mensaje de la Santísima Virgen. Traigo una carta para usted, Padre le dije, en la carta está el Mensaje recibido de la Santísima Virgen. Temblaba en todo mi cuerpo pero sentí que la fuerza del Espíritu Santo me asistía. Esperé hasta que terminó de leer.
Me miró sorprendido y contestó con palabras evasivas: “No puedo dar respuesta a ello”… Yo no esperaba respuesta. Yo sólo soy una miserable pecadora y llevo sufriendo ya bastante por esta causa… Me retiré con el alma oprimida. Me sentí profundamente humillada.
Luego me quedé todavía largo tiempo en el templo sumida en mis pensamientos. Me quejaba ante la Santísima Virgen: ¿A quién me enviaste, Madre querida? Me ha rechazado, no me dijo ni una palabra de aliento. Con dolor en el alma y con la vergüenza por la humillación sufrida, salí del templo. Pero sí hubo algo que me dijo el Padre E. Me dijo que fuera donde el Padre X. A él no lo conocía; jamás había oído hablar de él. Al día siguiente fui a verle pero como no lo encontré en casa, al otro día volví a buscarle. En la santa confesión expuse ante él la situación especial de mi alma. Brotaron de mí oleados de palabras acompañadas con lágrimas. Aunque nunca le había visto, me abrí ante él, con plena confianza; le supliqué que me orientara en mi singular estado de alma. Le dije: “Con la mayor humildad le pido que me diga si estoy en error para así lograr tranquilizarme”. Sus palabras mansas y bondadosas me devolvieron la paz: no encontró en mí nada anormal. Era mi humildad de la cual sacó esta conclusión. Estas palabras daban consuelo a mi alma. Regresé a mi casa apaciguada. Hemos quedado en que la próxima vez le llevaría escritas las comunicaciones de la Santísima Virgen, porque hay Sacerdotes que se confiesan con él y va a tratar con ellos sobre este asunto.

viernes, 24 de julio de 2015

Mensaje importante y urgente para toda la humanidad.

Mensaje personal dado a finales de 2014, anunciando evento importante para el segundo semestre de 2015.



A fines del año pasado, finalizando el 2014, Papá Dios me dió un mensaje, pero más que mensaje, fue una sensación de un suceso que se desataría a la mitad del segundo semestre de 2015. Me hizo sentir que algo muy fuerte iba a pasar en el mundo, pero a la vez no comprendí si era para todo el mundo o solamente una parte. Es un evento muy fuerte, pero me hizo sentir que había algo bello, dentro de ése acontecimiento, no sé explicarlo bien, pero dentro de lo desastroso, también sentía algo de alegría.

A partir de ése momento, y durante el transcurso de éste año, he ido viendo en los Mensajes que me han estado dando del Cielo, que ciertamente, sí, nos está preparando para éste acontecimiento que me anunció, puesto que en los últimos Mensajes nos está pidiendo mucha oración por aquellos que puedan morir y no están preparados para poder ganarse el Reino de los Cielos, y que nos arrodillemos y pidamos perdón por nuestras faltas, para alcanzar Su Misericordia.

Hago público este mensaje y disculpen que se los dé ya casi en el último momento, pero todavía hay tiempo para recapacitar y salvar muchas almas.

Que Dios nos bendiga a todos.

J.V.

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Jul 09_15 Padeceréis y lloraréis cuando no tengáis Mi Alimento Divino.

Rosario vespertino

Temas:

  • ¡Mi Iglesia!, ¡Mi Iglesia! ¡Cómo se ha corrompido! Espiritualmente está en ruinas. ¡Cuánto desamor! ¡Cuánta maldad ha entrado en ella!
  • La familia es solamente una, Yo la creé así, de hombre con mujer, para que de ella, en procreación, se fuera multiplicando la humanidad, todo aquello que esté fuera de Mis Designios, está en contra Mía.
  • Os debéis dar cuenta, Mis pequeños, que cuando el que sufre de ese pecado grave, se arrepiente y confiesa su pecado, Yo lo perdono a través del sacerdote y su mal ya no existe, porque Yo olvido y vosotros debéis actuar de la misma forma.
  • Muchos creen que todavía falta tiempo para el ataque de satanás, lo tenéis ya sobre vosotros, entendedlo, ya está sobre vosotros, ya estáis luchando, ya está destruyendo almas, naciones, está destruyendo hermanos vuestros por todos lados, ¿cómo os vais a proteger?
  • El sufrimiento que tendréis, no será equiparable al que Mi Hijo aceptó por vuestra redención, y lo que Yo permita en vuestra vida, será para el bien de vuestra purificación, para que entréis al Nuevo Reino que tendréis.



Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.


Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: ¡Mi Iglesia!, ¡Mi Iglesia! ¡Cómo se ha corrompido! Espiritualmente está en ruinas. ¡Cuánto desamor! ¡Cuánta maldad ha entrado en ella!
Hijitos Míos, ¡Mi Iglesia!, ¡Mi Iglesia! ¡Cómo se ha corrompido! Espiritualmente está en ruinas. ¡Cuánto desamor! ¡Cuánta maldad ha entrado en ella!

Me di todo por ella, Mi Sangre Preciosa le dio vida y le sigue dando vida, pero sigo en el Martirio que se dio hace más de dos mil años. Se Me sigue golpeando, martirizando, clavando en la Cruz, blasfemias, maldad contra Mí y contra aquellos que Me siguen.

Os dejé el símbolo del Amor, os dejé Mi Vida en la Tierra, Me podéis tomar, Me podéis comer, estoy con vosotros, realmente Vivo y no apreciáis Mi Sacrificio y Mi Donación.

Cuántos la atacan, cuántos son aquellos que primero se acercaron a recibir vida de ella y luego se han volteado y ahora la atacan y la desprecian, cuando, el estar con ella y en ella, es vida para todos vosotros.

Se ha saqueado a Mi Iglesia, en lo económico y en lo espiritual. Se han aprovechado de ella. De una gran cantidad de ministros, ya no se obtienen frutos que les valga para una vida de santidad, que, a eso están llamados, porque deben ser santos, como su Fundador lo Es.

Soy vuestro Dios, Cristo, que Murió por vosotros, os dejé Mi Vida, para que aquellos que la siguieran, tomaran Mi Vida de Ella y prosiguieran Mi Vida sobre la Tierra, pero, ahora, son pocos los ministros a los cuales se les puede decir que son santos, que actúan en la Verdad, que actúan con Sabiduría, que no tienen revés, que son auténticos.

Son tan pocos los que no se han dejado vencer por las insinuaciones de satanás, que no se han vendido a lo que él les ofrece. Son tan pocos aquellos que realmente están atrayendo a los fieles por su sabiduría y por su santidad.

Satanás ha hecho bien su obra, ha destrozado a Mi Iglesia y ni los ministros ni los fieles, hacen gran cosa por defenderla.

Ciertamente, será restaurada y, cuando así sea, os arrodillaréis ante ella, cuando veáis su magnificencia, porque Mi Presencia Santa y Divina se mostrará ante todos vosotros.

También vosotros, laicos, habéis dejado entrar mucha maldad dentro de ella, porque os falta oración, os falta tener realmente vida, vida espiritual, tomada de esta Institución Divina.

Me pedís mucho, Me exigís todavía más, os faltan ya muchas cosas del Mundo, porque os estoy probando, pero buscáis solamente lo material, ¿qué haréis cuando os quite lo espiritual? Es cuando sentiréis realmente la vaciedad de vuestra alma, es cuando os daréis cuenta de Mi Sentimiento en la Cruz, cuando sentí ése abandono Divino.

Padeceréis, como Yo padecí; sufriréis, como Yo sufrí y sigo sufriendo pero, también, tendréis el momento del arrepentimiento, un arrepentimiento profundo. Mucho daño habéis hecho a Mi Corazón.

Habéis despreciado lo que Yo, con Amor, creé para vosotros. No respetáis éste Monumento Divino que Yo creé para vosotros y, en el cual estoy Vivo, esperando vuestra llegada, cuando Me visitáis, ya sea para cumplir vuestros deberes o para platicarMe de alguna necesidad, de algún triunfo o, simplemente, de vuestra vida diaria.

Padeceréis y lloraréis cuando no tengáis Mi Alimento Divino.

¡Cuánto dolor Me habéis causado, infinidad de veces, cuando os habéis acercado a tomarMe y, vosotros, estando en pena grave en vuestro corazón!

Acudís a Mí, solamente, para pedirMe o exigirMe de lo material, cuando, realmente, lo que necesitáis, es crecimiento espiritual y, ahora, lo estáis padeciendo a nivel mundial.

Os lo he anunciado tantas veces, que esto y lo que falta, más grave, lo ibais a tener si no reaccionabais y enmendabais el camino, pero no os importó.

Soy vuestro Hermano, Soy vuestro Dios, regresad a Mí, Mis pequeños, mientras haya tiempo, aprovechadlo, arrepentíos de corazón y escucharé vuestra plegaria y recibiréis Mi Perdón.

Orad, orad por toda la humanidad, por todo lo creado, porque lo que estáis viendo, en poco tiempo, ya no lo veréis.

Grandes cambios han de venir, todo lo que os daré, será para bien, pero lo que sufriréis, será para erradicar la maldad que tenéis en vuestro corazón y para purificar el mal que Me habéis causado, también, a Mi Sacratísimo Corazón.

Orad por Mi Iglesia, que es vuestra Iglesia, pedidMe por su purificación, imploradMe que regrese a estar entre vosotros. Yo estaré con vosotros hasta el fin del Mundo, os prometí y así será, pero os pregunto, ¿realmente queréis que Yo esté con vosotros? ¿Por qué no Me llamáis?, porque no veo ni siento amor en vuestro corazón hacia Mí y no respetáis Mi Iglesia y lo que Yo he puesto en ella. ¿Estáis realmente preparados para vivir eternamente Conmigo?

Os bendigo, Mis pequeños y que Mi Sangre Preciosa os purifique y os santifique, que así sea.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: La familia es solamente una, Yo la creé así, de hombre con mujer, para que de ella, en procreación, se fuera multiplicando la humanidad, todo aquello que esté fuera de Mis Designios, está en contra Mía.
Hijitos Míos, la familia es solamente una, Yo la creé así, de hombre con mujer, para que de ella, en procreación, se fuera multiplicando la humanidad, todo aquello que esté fuera de Mis Designios, está en contra Mía, de Mi Palabra, de Mis Deseos.

Satanás, como el gran engañador, os ha llevado a aceptar y, es más, a imponer situaciones muy diferentes a lo que Yo he creado para el bien del género humano.

Todo lo que de Mí sale, es Bueno, es Santo, es Bello y tiene siempre finalidad de santificación.

Cuando hacéis lo que Yo os pido, y os lo pido siempre respetando vuestro libre albedrío, os va a llevar a la santidad de vida.

Os he dicho tantas veces, y Mi Hijo os lo repitió durante Su Vida pública, cómo quiero a los niños y, sabiendo esto satanás, por ahí Me ataca y lo ha venido haciendo a través de los siglos.

Satanás ataca a Mis pequeñitos, o impidiéndoles tener vida o destruyéndolos espiritualmente. En los dos casos, hay muerte de ésos bebés.

El que muere, porque no se le permitió tener vida, no va a dar frutos en la Tierra, pero sí para el Cielo, por su sacrificio pero, aquellos niños, ya creciditos, a los cuales se les lleva por caminos obscuros, de maldad, de corrupción, se les mata espiritualmente y se les afecta para toda su vida.

En las Sagradas Escrituras, se indica el castigo que tendrán aquellos que echen a perder la vida y la espiritualidad de uno de Mis pequeñitos y, os lo repito ahora: más les valiera no haber nacido a estos que atentan contra los pequeños, ya sea quitándoles vida física o vida espiritual o ambas al mismo tiempo.

Estáis viviendo una destrucción espiritual tremenda, satanás ha llevado a esta generación a que Me olviden, a que no respeten Mis Leyes y Mi Amor. Para muchos, de vuestros hermanos, hablar de estas cosas, les resulta antiguo y obsoleto, fuera de tiempo, fuera de la realidad.

Os decía, en uno de los últimos Mensajes que os di, cómo el hombre se ha encargado de hacer sus propias leyes y ya no respetan las Mías y, estáis viendo el resultado en estos momentos, alrededor del Mundo. Lo que el hombre está sufriendo por sus leyes, que las crearon para “superar” las Mías, y estáis viviendo peor que Sodoma y Gomorra, habéis corrompido la vida, la vida humana y la vida espiritual y ¡os creéis mejores que Yo! ¡Qué ingenuos!, qué tontos sois, Soy vuestro Dios, no tenéis Mi Sabiduría, no conocéis vuestro pasado, no conocéis el futuro y os dejáis llevar por la maldad de un ser que os quiere destruir, a como dé lugar.

Ciertamente, vuestros ojos, vuestra mente, están velados a la Verdad, porque no la habéis buscando ni Me la habéis pedido, simplemente, porque no os interesa.

Cultivasteis la maldad y ahora estáis levantando sus frutos y sufriréis. Ciertamente, hay hermanos vuestros que han buscado mantenerse en el bien y, todos aquellos que han buscado estar Conmigo, Sabiduría tendréis, para que gocéis lo que es Mi Verdad y lo que Yo siempre he querido para vosotros; vosotros os llamaréis hijos Míos, porque sois de Mi Familia y, así, aquellas familias que hayan luchado por mantenerse bajo Mi Santidad, santos llegarán a ser y se unirán a la Gran Familia Celestial y gozaréis el vivir en familia. Mientras que aquellos, que han despreciado lo que es el vivir en una verdadera familia, cosecharán y sufrirán la maldad que hicieron crecer.

Aquellos a los cuales les dieron supuesta vida y crecimiento, se voltearán contra aquellos que los destrozaron, física y espiritualmente y, os repito, sufrirán lo que cultivaron en ellos.

Manteneos, Mis pequeños en familia, para que, un día, alcancéis a vivir en vuestra verdadera Familia, en el Reino de los Cielos.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: Os debéis dar cuenta, Mis pequeños, que cuando el que sufre de ese pecado grave, se arrepiente y confiesa su pecado, Yo lo perdono a través del sacerdote y su mal ya no existe, porque Yo olvido y vosotros debéis actuar de la misma forma.
Hijitos Míos, el pecado, realmente es una enfermedad del alma y así debéis ver a vuestros hermanos. Cuando vosotros estáis enfermos o estáis empezando a enfermaros, no os sentís bien, os sentís acalenturados, débiles, solamente queréis dormir, porque vuestro cuerpo necesita reposo para recuperarse.

El alma, también se enferma y, especialmente, cuando no tiene buenas defensas. También sufre, se duele y se siente mal ante Mí y ante vosotros.

Quizá, los que estén a su alrededor, no sepan de su sufrimiento interior, de los pecados graves que pueda tener, pero, vosotros, sufrís realmente cuando cometéis una falta grave, porque sabéis que Yo sí sé lo que vosotros cometisteis. Os sentís enfermos, os apartáis de los demás, porque no os sentís a gusto con ellos.

Vosotros no despreciáis a aquellos que están enfermos, a menos que sean enfermedades contagiosas y no os acercáis a ellos.

En el alma, os debéis dar cuenta, Mis pequeños, que cuando el que sufre de ese pecado grave, se arrepiente y confiesa su pecado, Yo lo perdono a través del sacerdote y su mal ya no existe, porque Yo olvido y vosotros debéis actuar de la misma forma, porque ¿quiénes sois vosotros para juzgar si es que llegáis a saber de la falta grave que cometieron?

Esto lo padecéis mucho, Mis pequeños, criticáis, juzgáis a vuestros hermanos, como si tuvierais la autoridad y, más que eso, porque a Mí, sí Me duelen, inmensamente, los pecados que cometéis, especialmente si son graves y, aun así, perdono y, vosotros, no sufrís, generalmente, por los pecados graves de un hermano vuestro, pero sí lo señaláis y lo criticáis, aún a pesar de que ya haya confesado su pecado y haya sido perdonado por Mí.

Aprended, Mis pequeños, a tener más Caridad con vuestros hermanos porque el mal que han cometido ellos, quizá también vosotros lo hayáis cometido y, hasta varias veces y, quizá nadie os señaló.

Orad, orad por vuestros hermanos, que viven en pecado grave y, también, orad por vosotros mismos, para que no caigáis en el pecado de la crítica y el de señalar a vuestros hermanos, cuando no tenéis derecho de hacerlo.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Muchos creen que todavía falta tiempo para el ataque de satanás, lo tenéis ya sobre vosotros, entendedlo, ya está sobre vosotros, ya estáis luchando, ya está destruyendo almas, naciones, está destruyendo hermanos vuestros por todos lados, ¿cómo os vais a proteger?
Hijitos Míos, no caigáis en soberbia, ni os dejéis mover por la mentira y, esto os lo digo para que no minimicéis el poder de satanás, de sus ataques, de su astucia, del deseo de destruiros.

Os he repetido muchas veces, que él fue un arcángel y vosotros no os imagináis si quiera, lo que eso significa, que está muy por encima de vosotros. Os gusta burlaros de él, minimizarlo y creer que vosotros sois superiores a él. Ciertamente, en lo individual, no es así.

Si vosotros os unís a Mí, os lo he repetido, también, varias veces, con Mi ayuda, con la de Mi Hija, La Siempre Virgen María, podréis vencerlo y, aún, con la ayuda de San Miguel Arcángel y de los Arcángeles del Cielo, que, ciertamente ya son superiores en poder contra él, que fue el arcángel más poderoso y más bello.

Sí, Mis pequeños, vivís en un gran error y eso es falta de Sabiduría, el que os burléis y que minimicéis a vuestro enemigo.

Imaginad que estáis en la batalla, que la vais a iniciar y vais a luchar contra un ejército muy poderoso y creéis vosotros que con el pequeño ejército que tenéis, venceréis a ése ejército que está perfectamente bien armado y sabe qué hacer para venceros.

Vuestra soberbia, os va a destruir, porque no habéis medido vuestra fuerza y la de vuestro enemigo. Lo que estáis viviendo es una realidad, en lo espiritual, os repito, si estáis solos, satanás os puede aplastar fácilmente. Vinisteis a la Tierra a servirMe, a trabajar para Mí, pero para trabajar unidos y, de esta forma, protegiéndoos Yo Mismo, vuestro Dios, ciertamente así, sí podréis acabarlo. Luchando vosotros mismos con vuestro egoísmo, soberbia, ingenuidad, os aplastará, como ha aplastado a muchos a lo largo de la historia.

Vinisteis a servirMe, os lo pedí y por eso os di el don de la vida, lucheMos juntos, Mis pequeños y pedidMe que os dé lo que os falta para que podáis vencer a vuestro enemigo, el cual, es muy fuerte. En las Escrituras lo tenéis escrito, que si Yo no acorto el tiempo de la prueba, hasta los escogidos se podrán perder. Con eso, se os está dando a entender el poderío de vuestro enemigo.

TeneMos que luchar juntos, vinisteis a la vida por Mí y deberéis regresar Conmigo. No os apartéis nunca de Mí, Mis pequeños y menos ahora, en la lucha en la que ya estáis. Muchos creen que todavía falta tiempo para el ataque de satanás, lo tenéis ya sobre vosotros, entendedlo, ya está sobre vosotros, ya estáis luchando, ya está destruyendo almas, naciones, está destruyendo hermanos vuestros por todos lados, ¿cómo os vais a proteger?, ésa es la pregunta que os tenéis que hacer a diario, cómo protegeros contra los ataques de satanás.

Haceos esta pregunta en vuestro interior, pedidMe que os dé la Sabiduría que no tenéis, para que Yo os equipe y lo podáis aplastar, pero mantened siempre la humildad en vuestra mente y en vuestro corazón, sabiendo que sin Mí, vosotros nunca vais a poder vencer a satanás actuando solos. El triunfo, se dará en la unión de vosotros con vuestro trabajo, con vuestra humildad, con vuestra sencillez, con el deseo de agradarMe y con Mi Poder y el de Mi Hija, La Siempre Virgen María, que son Sus Tiempos, para acabar con el poderío de satanás. Humildad, Mis pequeños, para que podáis vencer al que es el soberbio por excelencia.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: El sufrimiento que tendréis, no será equiparable al que Mi Hijo aceptó por vuestra redención, y lo que Yo permita en vuestra vida, será para el bien de vuestra purificación, para que entréis al Nuevo Reino que tendréis.
Hijitos Míos, esperad con ansia este amanecer que se os avecina, la Luz Verdadera pronto llegará, preparaos para ése nuevo día.

Vosotros mismos, aquí en la Tierra, tenéis días diferentes, no todos los días son iguales, algunos días los esperáis con ansia y con alegría, porque algún evento importante para vuestra vida, se os dará y, por eso, los esperáis con alegría.

Ciertamente, conocéis ése día, pero el Gran Día, no lo conocéis, pero lo iréis intuyendo al paso de los acontecimientos que iréis viviendo; estos ya empezaron.Recordad que, después de la tormenta, viene la calma; la tormenta ya empezó. Recordad que la mayor tribulación que pueda tener el hombre, está en su alma, no tanto en el cuerpo.

Os he dicho que el cuerpo es envoltura y las acciones del cuerpo, son dominadas por el alma.

Vuestra alma está atribulada, estáis viviendo una tribulación Mundial y Universal, preparad vuestra alma para los acontecimientos; los que estáis Conmigo, habéis sido ya preparados, se os ha ido indicando, todavía, en forma velada, cómo se irán desarrollando los acontecimientos por venir. Preparaos y ayudad a vuestros hermanos a prepararse.

Esta generación no ha sufrido, nunca, algo semejante a lo que se os avecina.

Preparos para que forméis un bloque fuerte de oración, contra los ataques de satanás. Yo os estaré guiando, os estaré protegiendo, os estaré indicando qué hacer, para que satanás no os aplaste.

Gozad pues, ya, desde ahora, Mi Gran Triunfo, que también será vuestro triunfo. Orad por todos aquellos que no verán este triunfo, aunque la gran mayoría de ellos, no se lo merecerán.

Vosotros viviréis Mi Triunfo, cosas bellísimas os tengo preparadas. El sufrimiento que tendréis, no será equiparable al que Mi Hijo aceptó por vuestra redención, y lo que Yo permita en vuestra vida, será para el bien de vuestra purificación, para que entréis al Nuevo Reino que tendréis.

Sufriréis, pero tened siempre presente, en vuestro corazón, que después del sufrimiento, una gran alegría vendrá y os he dicho que será como el parto del bebé que tanto deseáis. La madre sufre durante el parto, pero ése dolor se olvida cuando se tiene al bebé en los brazos y, vosotros, Me tendréis a Mí, vuestro Dios, en pleno, en vuestro corazón.

Gozad, gozad, ya desde ahora, esta realidad que se os dará en vuestra vida.
Gracias, Mis pequeños.

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